El coche por suscripción no para de coger fuerza mes tras mes, especialmente si tenemos en cuenta la actual crisis de semiconductores y los elevados precios de los coches nuevos, y también de los usados. Por eso existen numerosas compañías que se dedican a prestar coches a cambio de una cuota mensual sin que tengas que preocuparte de nada más salvo echarle gasolina, como Wabi. Pero, ¿cuándo sé que me puede venir mejor suscribirme a un coche que tener uno?
En estos tiempos tan cambiantes, las prioridades de las personas también lo hacen. La idea del coche por suscripción no es nueva, pero ha sido en estos últimos años tan intensos que se ha puesto en auge. Para la mayoría de nosotros, comprarse un coche es la segunda inversión más importante de nuestras vidas, después de una casa. Sin embargo, la posesión de ambas está en entredicho con la economía actual, razón por la cuál se ha extendido tanto el pago por cuotas mensuales. Así, a principios de cada mes, pagas la casa, el coche, los impuestos y Netflix.
Centrándonos en el medio de transporte, es posible que no estés por la labor de desembolsar una entrada de varios miles de euros, ni de un seguro (y pagarlo) o siquiera de preocuparte por llevarlo a un taller en caso de avería. Simplemente, quieres un coche y olvidarte de todo lo que ello acarrea. Que te lleve y te traiga a cambio de una cantidad monetaria que puedas afrontar todos meses, con todo incluido menos el combustible, por razones obvias. Y el día que quieras deshacerte del coche, puedes rescindir el contrato, o incluso cambiarlo por otro.
Si bien estas condiciones son similares al renting, la suscripción cuenta con un plus que marca la diferencia: la flexibilidad. Porque si bien el primero suele condicionarte por largos periodos de tiempo (normalmente de años), puedes tener un coche por suscripción incluso durante solo un mes. Eso significa que puedes pagar el coche solo cuando lo necesites, ya sea por un motivo vacacional, circunstancias de trabajo temporal o porque apenas uses el coche salvo en contada excepción. No hay compromiso a largo plazo, así que no pagar por tener el coche en desuso.
Además, gracias al elevado precio de los coches, sean nuevos o usados, a uno se le hace cada vez más difícil afrontar la adquisición de uno. Con el pago por suscripción, los modelos que se te ofrecen son relativamente nuevos y con pocos kilómetros, como mucho con cuatro años de antigüedad. En la cuota mensual, además, se incluye el seguro a todo riesgo con asistencia en carretera, así como las revisiones y los cambios de neumáticos pertinentes (salvo que los uses para ir circuito, claro). Además, hay casi un plan para adaptarse a casi cualquier necesidad.