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Coche en Movimiento
Luis Ramos Penabad

¿Tracción delantera, trasera o total? ¿Cuál conviene más y en qué situaciones?

Si estás pensando en cambiar de coche, quizá te hayas fijado en que la mayoría de vehículos son de tracción delantera, pero otros son de tracción trasera y algunos de tracción total. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? ¿Cuál es el más idóneo para ir seguro? ¿Es peligrosa la propulsión? ¿Es imposible divertirse con una configuración de tracción delantera?

En este artículo te explicaremos los conceptos básicos de cada uno de los mencionados sistemas y proporcionamos las ideas clave de uso óptimo en todos ellos.

Antes de entrar a la cuestión propiamente dicha, conviene aclarar que al hablar de “un tipo de tracción”, lo que hacemos es discernir entre las distintas ruedas que mueven a un vehículo. Para referirnos a estos tipos, podemos distinguir entre aquellos con un eje motriz (2WD), que puede ser bien el anterior o el posterior (FWD/RWD[Front/Rear-Wheel-Drive]) y aquellos con dos (4WD/AWD).

¿Qué es la tracción a dos ruedas?

Un vehículo con tracción en las dos ruedas (2WD) es exactamente lo que parece: sólo dos de las ruedas del automóvil son movidas por el motor. Las otros dos son, esencialmente, para apoyarse, ya que tener cuatro ruedas tocando el suelo hace que el coche sea más estable que si sólo hubiera dos o tres. La mayoría de los vehículos nuevos vienen de serie con 2WD, aunque las ruedas que reciben la  potencia del motor varían:

FWD (tracción delantera)

Los urbanos, compactos, monovolúmenes y SUV que no están destinados a un uso todoterreno suelen tener tracción delantera (FWD). Estas giran y aceleran, lo que puede parecer mucho trabajo. Un vehículo en esta configuración suele ser más ligero, se conduce mejor en la nieve y facilita tener habitáculos y maleteros amplios.

La mayoría de los turismos de pasajeros nuevos vienen de serie con FWD porque, por lo general, se traduce en una mayor eficiencia de combustible. Grosso modo, hay menos pérdida de energía en la línea motriz, o energía desperdiciada, con un automóvil de tracción delantera porque tanto el motor como las ruedas motrices están cerca el uno del otro. Además, el hecho de que el motor esté presionando las ruedas delanteras contra el suelo ayuda con la tracción, especialmente en superficies deslizantes como puede ser la nieve, la arena o el barro.

RWD (propulsión o tracción trasera)

La tracción trasera, predominante hasta mediados de los 80, ahora está generalmente reservada para deportivos y coches de corte premium como grandes berlinas.

La potencia enviada únicamente a las ruedas posteriores deriva en un manejo más neutral y equilibrado que hace que modelos como un BMW Serie 3 sea más divertido de conducir que un Volkswagen Passat, por ejemplo. En cuanto a la seguridad, tranquilo. Los coches RWD de hoy son mejores que nunca en las inclemencias del tiempo. Esto se debe en gran parte a sus eficientes sistemas de control de tracción y a los grandes avances en la tecnología de los neumáticos. Aún así, “pierde” en agarre cuando se trata de una superficie muy deslizante.

¿Qué es la tracción total?

La tracción a las cuatro ruedas es un término general para dos tipos diferentes de sistemas, que suenan similares pero que en realidad funcionan de forma muy diferente en la práctica.

Sistemas 4WD

como el que se ve en un todoterreno de los “de verdad” (véase un Jeep Wrangler o un Toyota Land Cruiser), generalmente cuenta con un modo 2WD para su uso en pavimento seco. Los sistemas de este tipo de vehículos también suelen incluir un modo 4WD automático, adecuado para usar en pavimento húmedo o condiciones arenosas.

A partir de ahí, estos sistemas también acogen un modo 4WD solo para terreno resbaladizo que bloquea los ejes solidarios (lo que significa que las ruedas delanteras y traseras giran a la misma velocidad), lo que puede provocar daños graves en la línea de transmisión si se conectan sobre asfalto.

Por lo general, añaden la funcionalidad de una relación más corta (Low Range o reductora) para uso todoterreno a velocidad ultrabaja o para sacar sortear un obstáculo muy pronunciado. Algunos pueden hacerlo mediante un conjunto de engranajes mecánicos, mientras que otros optar por sensores electrónicos.

Sistemas AWD

Hoy día es mucho más común un sistema de tracción total conectable por el propio coche. La mayoría de los SUV y algunos compactos o berlinas se ofrecen con un sistema AWD que funciona en segundo plano. Normalmente, la energía se suministra a las ruedas delanteras en estas configuraciones. Luego, se envía a las traseras según sea necesario. Esta es la técnica que utilizan la gran mayoría de fabricantes… con algunas honrosas excepciones como es Subaru, cuyo sistema de tracción integral permanece siempre conectado, variando el par sobre cada rueda.

Estos sistemas no requieren normalmente la intervención del conductor. Suelen funcionar sin problemas y en silencio bajo las órdenes de una centralita. De vez en cuando, los fabricantes de coches ofrecerán algo parecido a un “bloqueo 4WD”, diseñado para ser útil en nieve profunda. La ventaja de este sistema viene por su simplicidad: no hay nada que hacer más que conducir. Pero, a diferencia de los sistemas de tracción total de los todoterrenos empedernidos, este no está diseñado para remolcar ingentes cantidades de peso o para un uso off-road realmente serio.

¿Cuál es el mejor sistema de tracción?

Si vives en un lugar soleado y no tienes intención de ir a esquiar o aventurarte por un camino sin pavimentar, un vehículo de tracción delantera o trasera será adecuado para ti. Incluso entonces, unos neumáticos cuidadosamente seleccionados y clasificados para uso en invierno contribuirán sustancialmente a la hora de infundir más confianza. Porque un coche no es más seguro solo por tener tracción a las cuatro rudas, también por su calzado.

La elección se reduce a las habilidades del conductor. De todos modos, los SUV y las pick-ups se asientan más arriba en el suelo. Eso hace que se manejen peor que los modelos de turismo de los que derivan, con el centro de gravedad más bajo y menos masa a desplazar.

Pero lo más importante para optar por un vehículo de tracción total o a dos ruedas es saber en qué condiciones vas a circular con él, pero no te ayudará a detenerte más rápido o más seguro. Ah, y el consumo. Disponer de cuatro ruedas motrices implica más energía, así que blanco y en botella.

La mayoría de la población estará bien con cualquiera de las opciones, siendo la tracción delantera la más común, la trasera reservada para vehículos de tintes más dinámicos y la total para dar un plus de motricidad y seguridad en condiciones de baja adherencia.

Es mejor reservar un modelo “4×4 puro” para quienes buscar ir por caminos embarrados o por nieve especialmente profunda con cierta asiduidad. En caso contrario, lo que te llevas a casa es un coche más pesado, que gasta más combustible y que, además, es más caro de mantener debido a los componentes extra que lleva.

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