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Radar Velocidad 2
Mario Nogales

Tipos de radares: cuáles son y cómo te vigilan

Si hay algo temido por los conductores, eso son los radares. El nivel de vigilancia de las carreteras ha ido aumentando con el paso de los años y actualmente en España tenemos alrededor de 3.000 radares. Además de multiplicar esa cifra respecto a los 90 cinemómetros que había activos en 2005, también hemos visto como la tecnología avanzaba para dar vida a aparatos más precisos y capaces de medir distintas magnitudes. Nos toca analizar los tipos de radares que hay en nuestras carreteras, diciéndote cuáles son y cómo te vigilan.

Radares fijos

El radar fijo es el más tradicional de todos y también el que tiene un principio más sencillo. Se trata de un cinemómetros colocado en un lugar fijo (normalmente cabinas, postes o pórticos) y que tiene como objetivo medir la velocidad en ese punto kilométrico exacto. La mayoría de ellos son de tipo «Doppler», una tecnología que usa ondas electromagnéticas para medir distancias, altitudes o direcciones.

En este caso se emiten unas microondas que rebotan contra el vehículo en movimiento y el cambio de frecuencia permite calcular la velocidad instantánea. El margen de error de estos dispositivos es realmente bajo y cuando detectan un exceso de velocidad son capaces de enviar imágenes y datos por fibra óptica o 4G.

Radares de tramo

El radar de tramo podríamos decir que se trata de un pariente del radar fijo. En este caso no se usa un cinemómetro tradicional, pues se trata de controlar la velocidad media en algún tramo concreto. Se consigue utilizando una cámara en el lugar donde se inicia, que registra la matrícula y la hora exacta a la que pasa el vehículo.

Al final del tramo hay otro sistema que registra de nuevo su paso y calcula el tiempo que ha tardado para sacar la velocidad media. En el caso de que haya estado por encima de los límites se envían los datos al centro de tramitación de denuncias.

Radares móviles

El radar móvil recibe ese nombre ya que no tiene que estar instalado permanentemente en un punto. Es aquel que las autoridades pueden poner temporalmente en un punto concreto para sorprender a los conductores. Suelen ir colocados en trípodes junto a la vía, camuflados en un coche o instalados en quitamiedos. En este caso, suelen tener una tecnología láser que proyecta líneas transversales para que el vehículo las atraviese y así pueda calcular su velocidad.

La clave de este sistema es el factor sorpresa y la inmediatez, ya que suelen estar operados por agentes de la Guardia Civil, que son los que cursan la sanción en el momento. Si antes ya eran difíciles de detectar, en los últimos años se ha convertido en misión imposible con la llegada de los veloláser. Estos aparatos miden apenas 50 cm y pueden ser colocados en prácticamente cualquier sitio.

Radares aéreos

El radar aéreo ya tiene nombre propio: Pegasus. Así es como se conocen los helicópteros de vigilancia de la DGT, que tienen instalada la última de las tecnologías para detectar excesos de velocidad. Cuenta con cámaras de alta definición y un telémetro láser capaz de medir la distancia exacta entre el helicóptero y el vehículo. De esta forma va calculando las posiciones sucesivas y saca la velocidad. Como ha ido grabando en todo momento, la infracción quedaría grabada y se tramita por vía telemática.

Desde el aire ya no solo tenemos estos helicópteros, también están en auge los drones de la DGT. Estos aparatos voladores reducen los costes y pueden hacer una labor complementaria vigilando otras conductas inapropiadas desde el aire. En este caso, no todos tiene la posibilidad de medir excesos de velocidad, aunque su tamaño también los hacen más difíciles de detectar.

Radares en cascadas

Una de las partes negativas (para la DGT) de los radares fijos, es que la mayoría de gente ya conoce su posición. Eso hace que pueda llevar una velocidad por encima del límite, frene al acercarse al radar y vuelva a acelerar quedando impune. Por eso están utilizando el radar en cascada, que quiere cazar a los que llevan a cabo esa técnica.

El sistema es tan simple como poner un segundo radar móvil a poca distancia del fijo, de forma que quien acelere acto seguido y rebase el límite de velocidad quedará registrado. Muchos conductores se confían cuando pasan un cinemómetro y no se esperan encontrarse otro en tan poco tiempo, así que su efectividad suele ser bastante elevada.

Radares de línea continua

Con el tema de los radares no es todo buscar excesos de velocidad. Hay dispositivos capaces de detectar otras infracciones, como es el caso del radar de línea continua. Como su propio nombre indica, es capaz de detectar que un conductor rebase una línea continua gracias a un sistema de cámaras en distintas posiciones.

Graba las matrículas de los que van en un carril de incorporación y con otra los de la vía principal, de modo que si alguno se lo salta antes de tiempo queda registrado. Es una modalidad que se ha puesto en auge en los últimos tiempos y que irá creciendo debido a la facilidad de instalación.

Radares de semáforo

El radar de semáforo también es conocido como foto-rojo por motivos evidentes. Consiste en detectar a aquellos que se salten el semáforo en rojo y hacer una foto para que quede registrado y poder tramitar la sanción. La forma de hacerlo es colocar una cámara 25 metros antes del semáforo, de forma que pueda retratar la matrícula y que se aprecie la luz con la que pasa.

Luego se hacen dos fotos, una de la luz del semáforo antes de que pase el coche y otra con la luz después de que lo haya sobrepasado. Si coincide que en las dos imágenes el semáforo está rojo es cuando hay multa.

Radares de cinturón

Como los anteriores, el radar de cinturón no es un radar al uso. Se trata de un sistema para detectar a aquellos que no llevan el cinturón de seguridad a través de cámaras instaladas en algunos puntos elevados como pórticos y postes. Con esta tecnología se hacen hasta 50 fotografías por segundo y se puede detectar la falta del cinturón.

También vigilan otras conductas como utilizar el teléfono móvil mientras se conduce. Los drones de los que hemos hablado anteriormente también pueden vigilar estas infracciones.

Radares de emisiones

El radar de emisiones es un proyecto piloto que fue presentado en Madrid y que pretendía controlar el exceso de partículas contaminantes en la ciudad. Consistía en un sistema capaz de mediar las emisiones a tiempo real gracias a rayos infrarrojos y ultravioletas de baja intensidad. Después hace un desglose de la cantidad de monóxido de carbono (CO), dióxidos de carbono (CO2), óxido y dióxido de nitrógeno (NO y NO2).

Dos de estos dispositivos estuvieron recogiendo datos durante tres años, registrando más de 70.000 vehículos. Se mandaron notificaciones a aquellos en los que detectaban emisiones anormales, pero no ha habido continuidad con el proyecto ni se ha llegado a multar.

Radares de ruido

Como la vigilancia llega cada vez a más áreas, también se están planteando hacer realidad el radar de ruido. Estos sistemas sirven para reducir la contaminación acústica, sobre todo en las grandes ciudades. Todavía no están listos para funcionar en condiciones real, pero Suiza ya se lo plantea. Otra cuestión sería poner dónde poner los límites y si España terminará utilizándolos.

Si todavía te quedan dudas sobre radares, te dejamos también artículos con los márgenes de los radares y las diferencias entre inhibidores, detectores y avisadores de radares.

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