A estas alturas, a nadie le pilla por sorpresa que el Volkswagen Tipo 1 –también conocido como Käfer, Escarabajo o Beetle– es uno de los coches más icónicos de todos los tiempos. Lo hemos visto vestido con el mono de carreras y el dorsal #53, en versión eléctrica y gigante, recubierto de millones de abalorios y hasta rediseñado como una minimoto y un kart. Pero lo que todavía no conocíamos es de la existencia de un Volkswagen Beetle blindado, tal vez porque a lo mejor este es el único que existe.
Pongámonos en contexto: Italia, a finales de la década de los 70. Los ciudadanos del país tenían un problema grave en lo referente a las amenazas de secuestro, pues resultaban muy comunes. Desde 1974, especialmente en el norte de Italia, los secuestros aumentaron y ocurrieron casi a diario, con su pico en 1977. Es por eso por lo que el propietario original de este Beetle de 1978, un adinerado empresario de la industria de Bolonia que quería mantenerse a sí mismo y a su familia fuera del alcance de los secuestradores de la mafia, lo modificó apropiadamente.
Con la toma de personas en contra de su voluntad convirtiéndose en uno de los ingresos más importantes para la mafia italiana, aquellos con mayor poder adquisitivo, a menudo, tomaban precauciones adicionales para evitar que eso les sucediera. La mayoría de los secuestros ocurrían de camino a la escuela o al trabajo, haciendo especial hincapié en los ocupantes de los coches más lujosos. Eso convertía a este Beetle común y corriente en un medio de transporte que pasaba completamente desapercibido para los delincuentes, como cualquier otro plebeyo más.
Desde el principio, el objetivo era conseguir un tanque seguro y a prueba de balas que tuviese el aspecto de un Beetle normal. Esto explica porque el interior está tan desnudo, llegando a ser incluso un lugar deprimente. Todo los cristales fueron reemplazados por unos vidrios capaces de detener proyectiles de armas de fuego (de calibre desconocido), y se agregaron láminas de acero de tres centímetros a las puertas, el capó y el maletero. Asimismo, se añadieron pernos de seguridad en las puertas para imposibilitar el acceso al interior en caso de un ataque.
Todo lo demás quedó intacto. El motor es el mismo, una unidad tetracilíndrica refrigerada por aire de 1.585 cc con 48 CV de potencia y 99 Nm de par, al igual que el sistema de frenos. Sin embargo, el hecho de blindar al compacto germano hacía incrementar su peso en alrededor de 300 kilosadicionales (870 kg de serie), por lo que su aceleración o su velocidad máxima tal vez se vean un poco mermadas. Afortunadamente, nunca encontró un arma en su camino y hoy luce casi igual de bien que el primer día, algo no demasiado común para este tipo de vehículos.
En 45 años de vida, este Volkswagen Beetle blindado cuenta con poco más de 45.000 kilómetros en el odómetro, por lo que no ha sido especialmente usado. Ahora está busca un nuevo hogar, y lo único que se le ha hecho en los últimos años ha sido un trabajo de pintura en su tono original, con todos los dispositivos de seguridad intactos. Bueno, en verdad entró a subasta el pasado 26 de diciembre de 2020, pero con una oferta más alta de 21.500 euros, no llegó a alcanzar el precio de reserva. Aun así, el pequeño Escarabajo a prueba de balas sigue a la venta.
Fuente: Get Your Classic
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