Una de las mayores preocupaciones a la hora de comprar un coche eléctrico son los tiempos de carga. Por eso en los últimos tiempos es uno de los puntos en los que más se está intentando avanzar. Mientras que llegan las baterías de estado sólido, que prometen aumentar autonomías y reducir tiempos de carga, hay gente que se hace preguntas bastante peculiares. Por ejemplo, la de cuánto se tardaría en cargar un coche eléctrico en una toma USB, que lógicamente tiene una potencia muy inferior a otros sistemas.
Estamos acostumbrados a ver potencias de carga de 150 kW en corriente continua, incluso más en algunos vehículos. Cuando hablamos de corriente alterna ya se están alcanzando hasta 22 kW gracias a los Wallbox, aunque eso depende de si se realiza una carga trifásica o se queda en monofásica. Aunque para eso también influye el tipo de cable que se utilice y si hubiera uno que tuviera toma USB directamente al coche, los tiempos serían muy exagerados. No existe esa posibilidad, pero vamos a plantearnos cómo sería.
Estamos hablando que actualmente una toma USB normal alcanza una potencia máxima de 2.5 W, que en su momento tenía lógica para dispositivos pequeños. Con el nuevo estándar USB-C se llega hasta los 240 W en algunos aparatos gracias a las últimas actualizaciones. Teniendo en cuenta que eso equivaldría a 0,0025 kW en el caso del USB-A y de 0,24 W para los USB-C, vamos a analizar cuánto se tardaría en completar una recarga en algunos de los eléctricos más populares.
Si comenzamos por el que fue uno de los primeros eléctricos para el gran público, tendríamos que nombrar al primer Nissan Leaf. Con su batería de 24 kWh lo cierto es que no conseguía una autonomía demasiado destacada, pero en su momento cumplía. Cargarlo con un USB normal nos llevaría 400 días, más de un año y un mes. Con una toma USB-C se cargaría en cuatro días y cuatro horas. En un modelo actual con más nivel de batería, como podría ser el Kia e-Niro se tardarían unos tres años en recargar su batería de 64,8 kWh con un USB-A y unos doce días en hacerlo con el USB-C.
Y eso que todavía hay baterías mucho mayores en el mercado. Para todo un superdeportivo eléctrico como el Rimac Nevera, que monta una batería de 120 kWh, los tiempos se duplican. Estaríamos hablando de casi cinco años y medio en una recarga completa con el USB básico y casi tres semanas con un USB-C. Y las cifras que más destacan serían las de cargar una bestia como el GMC Hummer EV y su tremenda batería de 246 kWh. Doce años y medio para cargarlo con cable USB serían una eternidad…
Fuente: Jalopnik