Los vehículos eléctricoshan revolucionado el mercado de la automoción en un período de tiempo sorprendentemente corto; sin tener en cuenta que nació antes que el propio coche de combustión interna. Sin embargo, parece que será difícil mantener el ritmo, ya que en un futuro ya tan lejano, los compromisos para lograr un ecosistema automotriz 100 % eléctrico empezará a mostrar algunos signos de debilidad.
Los precios de las baterías de vehículos eléctricos han caído drásticamente en los últimos 10 años, superando muchas predicciones anteriores, y las ventas de coches eléctricos se están incrementando de forma exponencial. Pero, de acuerdo con Jeremy Michalek, profesor de ingeniería y políticas públicas en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh (Pensilvania, EE. UU.) a cargo del Grupo de Electrificación de Vehículos (VEG), hay que ser cautos con las predicciones alcistas sobre los vehículos eléctricos.
En un artículo de opinión escrito para MarketWatch, el maestro afirma que no se continuará con este ritmo para siempre. Sus principales argumentos se centran en la producción y el precio de las baterías. Aunque estas últimas han mejorado sustancialmente y han bajado de precio, las economías de escala que ayudaron a impulsar los mismos cambios ahora están casi a cero. Incluso las mejoras del proceso de producción que ayudaron a reducir los costes de las baterías están llegando a un punto de techo fijo.
El profesor señala el hecho de que las empresas automotrices han de lograr beneficios. Por lo tanto, cobrar menos del coste de las baterías no será un modelo comercial sostenible, por lo que los ahorros solo pueden reducirse sin importar cuán eficientes sean los procesos de producción. Y esa necesidad de obtener ganancias, probablemente signifique que los precios de los vehículos eléctricos sean tan bajos como es posible que bajen en el futuro cercano. Porque nadie regala nada, lo que importa es el negocio.
A medida que las empresas buscan establecerse en el mercado y otorgar subsidios cruzados para cumplir con las normativas pertinentes, algunas de ellas han estado dispuestas a sufrir un impacto en el precio de sus coches. Incluso Tesla gana una cantidad sustancial de dinero vendiendo créditos de emisiones a otros fabricantes. Pero, a medida que más y más marcas ingresen al mercado de los coches eléctricos, esas ventajas se reducirán y es poco probable que las tarifas de los cero emisiones bajen mucho más de lo que ya están.
La buena noticia para los entusiastas de estos vehículos es que la innovación sigue siendo un área en la que las diferentes empresas pueden reducir el precio, pero es probable que sean cifras marginales. Aunque las nuevas sustancias químicas y las llamadas baterías de estado sólido pueden conducir a un nuevo auge en la innovación de los vehículos eléctricos , hay muchas papeletas de que esta tecnología no llegue a los consumidores hasta la próxima década, o al menos así lo defiende Michalek en su artículo.
Lo que el pedagogo quiere hacernos entender con sus argumentos es el hecho de que hay que tener en cuenta que existe la posibilidad de que la bajada de precios para los vehículos eléctricos se desacelere. De hecho, las facturas podrían subir si se incrementan los costes de los materiales o si los gobiernos deciden dejar de subsidiar la industria, aunque esto último no parece que vaya a ocurrir a corto o medio plazo. Todo indica a que la adopción de un coche eléctrico podría ir limitándose en los próximos años.
Fuente: MarketWatch