El dúo de Ferrari y Pininfarina ha dado vida a algunos de los deportivos más atractivos de la historia. El catálogo de la firma de diseño creada por el artista italiano Battista “Pinin” Farina y su hijo Sergio acoge infinidad de Ferrari legendarios, tales como el 250 GT Berlinetta Lusso (1962), el 365 GTB/4 “Daytona” (1968), el 308 (1975), el Testarossa (1984) o el F40 (1987), por mencionar algunos. Sin embargo, uno de los deportivos menos conocidos de Pininfarina es el Ferrari 365 P Berlinetta Speciale, en 1966.
Esta belleza, comúnmente conocida como “Berlinetta Tre-Posti”, fue inicialmente pensada como un prototipo para ser homologado en las 24 Horas de Le Mans (hasta 1965, Ferrari ya había vencido en nueve ocasiones). Una de las características sobresalientes de este coche fue el lujoso y exclusivo diseño interior conformado por tres asientos. Sí, exactamente como en el McLaren F1 lanzado en 1992. Y con esta bomba informativa, ya podemos profundizar en las raíces del concepto y ver qué lo convierte en un vehículo único.
El Ferrari 365 P Berlinetta Speciale se basó en la versión del ya existente prototipo del Dino. Míralo bien, se parece mucho a un 206 GT (1967) que ha sido ensanchado y estirado. Quizás sea porque Pininfarina diseñó el modelo con Luigi Chinetti Jr., quien diseñó el Dino 206 GT. Pero la zaga del 365 P Berlinetta Speciale es inmensamente larga en este caso. La diseñaron de esa manera, ya que fue el primero de los pocos Ferrari planteados como gran turismo de motor V12 en posición central. De hecho, hubo que esperar al Mondial.
Cuando Ferrari reveló públicamente el triplaza en el Salón del Automóvil de París en White Gardenia, se convirtió inmediatamente en el centro de atracción. El director de Fiat, Gianni Agnelli, quedó tan impresionado por su belleza que pidió una segunda copia, la cual se le entregó al año siguiente en Turín. Pero no parece que lo disfrutas mucho conduciéndolo, ya que lo guardó durante varios años antes de venderlo en Estados Unidos. Puede que tan solo lo quisiera en su garaje para admirarlo y elogiarlo en todas las mañanas.
La forma del coche, con líneas esbeltas y fluidas y una carrocería curvilínea donde destacan unos pilares traseros que se funden gradualmente con el techo y la cola, fue suficiente para captar la atención de cualquiera a primera vista. Cuando fue preguntado por cómo estaba el coche, Agnelli respondió que no podía reducir la velocidad ni detener el vehículo en lugares públicos porque se formaba una multitud a su alrededor al instante. También dijo que era divertido de conducir y que le llevó algún tiempo acostumbrarse al asiento central.
Algunas características exteriores incluyeron un techo corredizo de cristal, las salidas de aire justo en frente de los pasos de rueda traseros y un sistema de escape con doble salida. Estas características son bastante comunes hoy en día, pero fueron una novedad en los años 60. Cuando se ve desde un lado, todo, desde el parachoques delantero hasta el trasero, tiene una forma curva. No hay cortes rectos, excepto el portamatrículas y la carcasa de los faros posteriores. En términos simples, el 365 P Berlinetta Speciale se adelantó a su tiempo.
Como decíamos más arriba, la unidad de Agnelli fue a parar al otro lado del charco, más aún en concreto a un banquero de Nueva York que lo compró por 26.000 dólares de la época, lo que serían unos 150.000 euros actuales. Lo tuvo brevemente antes de devolverlo porque le costaba mucho aparcar. Además, no había aire acondicionado, y con ese techo corredizo en un día soleado, uno las pasaría canutas. Irónicamente, lo cambió por un 365 GT que sí tenía aire acondicionado, aunque no era precisamente mucho más pequeño.
Pero volviendo al protagonista de nuestra historia, el Ferrari 365 P Berlinetta Speciale fue el primero de su estirpe con un V12 tras los asientos. Hablamos de un bloque de 4.4 litros que podía arrojar 385 CV a 7.300 rpm. Toda esa potencia se enviaba a través de una transmisión manual de cinco relaciones al eje posterior. El motor derivaba del Ferrari 365 P2 de carreras, al igual que su chasis de acero (aunque con la batalla estirada en 200 mm). La suspensión era independiente en ambos ejes, y los frenos de disco en las cuatro esquinas.
Con un peso en vacío (sin ningún tipo de líquidos) de 1.020 kilos, el deportivo de Maranello podía alcanzar una velocidad máxima estimada de 245 km. Para hacer frente a esas cifras, el cavallino rampante también acogía a una jaula antivuelco integrada con acabado cromado, unos pedales de competición y una tapa del depósito de combustible visible que no estaba dentro de la cabina. A diferencia de la mayoría de los demás deportivos coetáneos, la tapa del depósito del 365 P Berlinetta Speciale estaba fuera, lejos del cuero.
El 365 P Berlinetta Speciale es uno de esos coches rarunos que son demasiado distintivos para ser integrados a un grupo. Tiene un corazón mecánico y cimientos de competición, una hermosa carrocería, una suspensión orientada al confort, una cola ultralarga y una posición de conducción única; permitía al conductor obtener una línea de referencia ideal tanto en el lado izquierdo como en el derecho, al mismo tiempo que propiciaba un excelente campo de visión. Es como pilotar un monoplaza, pero con opción a llevar pasajeros.
No parece que haya muchos coches que ofrezcan todas estas bondades en un solo paquete. Quizás por eso el vehículo original pasó la mayor parte de su vida con su diseñador, Chinetti, y su familia. Y Chinetti retiene el coche muy cerca de él. En una subasta realizada en 2014, la oferta más alta fue de 23,5 millones de dólares, pero el italiano rechazó la oferta. Más de 20 millones de euros es una cantidad considerable, pero Chinetti considera que este coche vale mucho más y, ciertamente, no podemos estar en desacuerdo con él.
Fuente: Conceptcarz
Galería de fotos: