Si te gustan los coches de alto rendimiento y fantaseas conducirlos mientras echas un vistazo a su ficha técnica, tú también te habrás dado cuenta: muchos están limitados a 250 km/h de velocidad máxima. Es cierto que esa limitación desaparece en algunos superdeportivos y también que hay marcas que permite «desbloquear» este aspecto de forma opcional, pero es algo bastante extendido. Vamos a explicar el origen de este hecho y también a ver que no se trata de una coincidencia.
Este límite a 250 km/h data de hace décadas y tiene origen en Alemania. Este es el país de la velocidad por excelencia, de los pocos del mundo que tiene tramos sin límites: las Autobahn. En las décadas de los 80 y 90 hubo un boom de vehículos de alto rendimiento, entre los que estaban los Mercedes SL600, BMW M5 o Audi RS 6. Esos tres fabricantes alemanes fueron los que llegaron a un pacto de caballeros para limitar electrónicamente la velocidad máxima de sus modelos a 250 km/h.
Hace tres décadas lo cierto es que podría tener algo de sentido la restricción, ya que velaba por la seguridad de los usuarios. Sin embargo, con el paso del tiempo fueron más los fabricantes que aplicaron el mismo límite y en la actualidad está muy presente. El motivo principal podríamos decir que ha cambiado y ahora se debe a un componente muy concreto: los neumáticos. Son aquellos que están en contacto con el asfalto y no todos están diseñados para soportar tales velocidades.
Ya hemos hablado del significado de la inscripción de los neumáticos y de que no es lo mismo uno con código de velocidad S (recomendado hasta 180 km/h) que uno con el Y (hasta 300 km/h). En todo caso, los coches de alto rendimiento deberían llevar neumáticos acorde, pero eso también elevaría su precio. Lo habitual es que monten gomas intermedias sabiendo que la mayoría de usuarios no llegará a la velocidad máxima del vehículo. De ahí que con dejarles llegar hasta los 250 km/h sería suficiente y mantendrían el carácter.
Eso les permitió a las marcas competidoras (Audi, BMW y Mercedes) centrarse en otros aspectos. Al limitar a 250 km/h ya no tenían que luchar por seguir superándose, así que buscaron otros datos como el de aceleración o los tiempos por vuelta en Nürburgring. El tiempo les ha dado la razón y ahora se puede correr aún menos que antes. Las limitaciones, los radares o las emisiones van en contra de la velocidad y ya hay fabricantes que ponen límites aún por debajo. El ejemplo principal sería el de Volvo y los 180 km/h, por no hablar de que los eléctricos ya se limitan por debajo.
Por suerte, todavía hay coches que tienen velocidades muy por encima. Véase los Bugatti o Koenigsegg con sus récords y búsqueda de los 500 km/h, e incluso otras más mundanas. Volviendo a la Santísima Trinidad alemana, ellos ofrecen aumentar el límite de velocidad deforma opcional. Pagando el M Driver’s Package algunos modelos como el M5 pasarían de los 250 km/h a los 305 km/h, un incremento importante. Lo mismo con Audi y su RS 6 Avant GT que llega a los mismos 305 km/h.
Fuente: CarBuzz