A medida que los fabricantes de coches buscan nuevas formas de diferenciar sus productos, deben pensar detenidamente sobre su futuro antes de permitir que los gigantes tecnológicos (Apple y Google) dominen las experiencias de sus clientes. Eso es lo que dice el pionero de la conectividad de vehículos VNC Automotive, puesto que los próximos años estarán marcados por la conectividad de nuestros teléfonos móviles con el coche y las bases de datos y control de cada fabricante.
Con los vehículos eléctricos ganando popularidad, las oportunidades para que los fabricantes creen características distintivas y un carácter ingenieril están disminuyendo. El uso compartido de los componentes y plataformas es fundamental para la viabilidad comercial de un vehículo eléctrico, pero también limita la individualización. El resultado deriva en que los constructores de equipos originales (OEM) se han inclinado hacia el diseño de experiencias más inmersivas y conectadas para que sus clientes creen lealtad a la marca.
Sin embargo, ese trabajo corre el riesgo de ser socavado por Silicon Valley, especialmente tras la noticia de que Apple tiene la intención de usar la interfaz CarPlay para extender su alcance dentro de los automóviles y tomar el control de los sistemas de climatización, los controles de los asientos e incluso del cuadro de instrumentos. Google, por ejemplo, ya ha hecho contratos con varios fabricantes para que el sistema de multimedia al completo funcione con el software de Android Automotive OS enlazado con tu perfil de Google.
“Si bien los avances de Apple parecen ser algo beneficioso a primera vista, al dar a las marcas de coches acceso a sistemas listos para usar con los que los clientes ya están familiarizados, podría darse la pendiente resbaladiza que excluye por completo a los fabricantes de vehículos de la experiencia en el coche”, advierte Tom Blackie, director ejecutivo de VNC Automotive. La expansión de esta funcionalidad permitiría a los usuarios de un iPhone controlar muchas de las funciones de su coche a través CarPlay, de eso no hay duda.
Sin embargo, cuanto más arraigados estén los dispositivos de Apple en la vida diaria del coche y del cliente, menos probable estos últimos que abandonen el ecosistema de Cupertino. Pero no es solo Apple la que está haciendo movimientos para conquistar el mundo del automóvil. Nuevos modelos de empresas ya han renunciado al control de casi todas las áreas digitales del coche y brindando a los gigantes tecnológicos estadounidenses un acceso sin precedentes a la vida de sus clientes. Porque también tienen nuestros datos.
Si bien eso plantea problemas de privacidad y seguridad que es poco probable que preocupen a la audiencia más joven por la que compite la industria automotriz, aún existe el riesgo de que algunos potenciales compradores se sientan alienados por la elección de una plataforma sobre otra. También existe el riesgo de que las funciones de un coche se vuelvan inaccesibles para su propietario si se niega a actualizar al smartphone más moderno, o que dicha funcionalidad con la que estaba equipado desaparezca repentinamente si se decide retirar el soporte.
“Las casas de coches con las que trabajamos están interesadas en garantizar la compatibilidad con versiones anteriores en todos los dispositivos y durante toda la vida útil del vehículo. Con la edad promedio de los automóviles en las carreteras británicas ahora más alta que nunca, 8,4 años [en España ya supera los 13 años], en comparación con apenas dos años para un teléfono móvil típico, estas son duraciones a las que Silicon Valley, simplemente, no está acostumbrada”, concluye Blackie. El futuro conectado y el comercio digital automotriz es inminente.
Fuente: VNC Automotive