Tras el escándalo inicial del #diéselgate, en el que la Agencia Medioambiental estadounidense descubía que los motores 2.0 TDI de cuatro cilindros contenían un software que reducía las emisiones durante el proceso de homologación, a principios de noviembre volvían a la carga. Entonces la EPA señalaba al motor 3.0 TDI V6 diésel. Una mecánica que, sobre el papel era bastante limpia, ya que contaba con SCR (catalizador selectivo) e inyección de urea AdBlue.
En un principio, Volkswagen aseguró que se trataba de un «malentendido» que los niveles de emisión de de NOx de esos coches multiplicase por 9 el límite legal de 43,6 mg/km, hasta casi 400 mg/km. Pero finalmente se ha reconocido el fraude. Según indican las autoridades americanas, en una reunión el jueves pasado admitiron que los vehículos contaban con equipamiento de control de emisones «auxiliar» que no había sido revelado al gobierno de Estados Unidos.
El caso afecta a unos 85.000 vehículos de alta gama, desde las berlinas más altas del catálogo Audi (a6, A7 Sportback y A8) a SUV como el Porsche Cayenne Diesel o el Volkswagen Touareg, entre otros. Son coches vendidos en los últimos siete años, desde 2009 hasta la actulidad. Ahora, la EPA y la agencia medioambiental californiana, la California Air Resources Board «seguirán investigando y tomarán las acciones que consideren oportunas».
Además de las multas, Volkswagen tendrá que enfrentarse a las posibles demandas individuales y colectivas de los dueños… que tendrán un mayor poder adquisitivo. Se avecinan más provisiones de dinero y ya se han anunciado recortes de la inversión y el gasto. Para empezar, se han paralizado las obras de construcción de dos centros de diseño en Alemania y en México. También se habla del fin del proyecto de sustituir al Volkswagen Phaeton e incluso cerrar la fábrica de Dresden donde se produce. Pero el caso está lejos de ver su fin y esto puede ser solo el principio… o los acontecimientos pueden dar un giro de 180 grados.
En Europa, la EPA aseguraba en su primer informe que esta manipulación de los V6 3.0 TDI no funcionaba en el modo de homologación europea. Además, los límites legales de NOx son en el Viejo Continente mucho mayores que en Norteamérica… pero habrá que esperar a conocer los detalles de la adulteración para conocer si tiene implicaciones aquí.
¿Bosch salpicada?
Desde el inicio del escándalo #diéselgate se apuntó a Bosch, como proveedor de las centralitas involucradas en el fraude, como posible causa implicada. La empresa se defendió argumentando que, a pesar de que fabricar el software con el defeat device, destinado a prototipos preeliminares, Volkswagen sabía que no podría montarlo en modelos definitivos (se mostraron comunicaciones con la empresa indicándoles este punto). Recuerdan también que «la calibración, e integración de estos componentes en un vehículo es responsabilidad únicamente del fabricante».
Todo esto es cierto y el gigante de los componentes no está por ahora señalado. Sin embargo, según la agencia Reuters, Estados Unidos está investigando a Bosch para esclarecer si el mayor proveedor de la industria del automóvil estuvo involucrado. ¿Podría afectar el caso también al mayor proveedor de Volkswagen y de muchos otros fabricantes europeos? Habrá que estar atentos también a esta ramificación del caso.
Fuente: EPA, Reuters