Aunque los monovolúmenes han sido llevados al borde de la extinción por los crossovers y SUV en los últimos años, parece que la moda de tener un microbús está de vuelta, sobre todo al ver numerosas opciones de camperizaciónincluso desde la propia fábrica. Volkswagen hizo de eso una actividad muy popular en los 50 y 60 gracias a su Transporter original (T1). Ahora tenemos una reinterpretación moderna y eléctrica llamada ID. Buzz. Pero también tuvo una antecesora: la Volkswagen Elektro-Transporter.
Porque algunos han señalado que la ID. Buzz es la primera furgoneta completamente eléctrica de la firma de Wolfsburgo, una afirmación que no podría estar más lejos de la realidad. Como todos los principales fabricantes del mundo, Volkswagen lleva experimentando con vehículos eléctricos durante décadas. De hecho, el primer prototipo eléctrico totalmente funcional de la marca se basó en el chasis de la atemporal Transporter de segunda generación (T2), conocida cariñosamente su tierra natal como “Bulli”.
Todo comenzó a finales de la década de 1960, cuando se creía globalmente que las reservas de petróleo del planeta se agotarían durante la década de 1990. Aunque esta teoría ha resultado ser inexacta por unos pocos años, eso motivó a varios fabricantes a experimentar con sistemas de propulsión alternativos. Volkswagen fue una de las que centró su atención en los vehículos eléctricos y estableció un centro de investigación dedicado a ello. A la cabeza de un pequeño de 10 hombres, la dirección nombró al Dr. Adolf Kalberla.
El electroquímico y especialista en el campo de la investigación de baterías, después de varios años de investigación, ideó junto a su equipo un diseño implementable. Sin embargo, había un gran problema: a diferencia de hoy, donde encontramos paquetes de baterías de iones de litio razonablemente compactos y ligeros, en los 70, las unidades de plomo-ácido disponibles eran grandes y pesadas. Debido a esto, el único modelo de Volkswagen que podía acomodar dichas baterías de 850 kg y el motor eléctrico, era la T2.
Para construir el primer vehículo eléctrico de la firma germana, se sacó de la línea de montaje una T2 convencional y se despojó de su tetracilíndrico refrigerado por aire. Se hicieron amplias modificaciones y se implementaron refuerzos del chasis que permitieron colocar el propulsor eléctrico concebido por Bosch detrás del eje trasero. Para una mejor distribución del peso, las tres baterías se montaron en las secciones delantera (reemplazando el asiento del copiloto), media (bajo uno de los asientos centrales) y trasera.
Bautizada como la Volkswagen Elektro-Transporter, se completó en 1972 antes de someterse a una serie de complejas pruebas. Su motor podría entregar una potencia de salida continua de 16 kW (22 CV) y una potencia máxima de 32 kW (44 CV). La velocidad máxima no superaba los modestos 70 km/h, y tenía una autonomía de hasta 45 kilómetros. Teniendo en cuenta que las baterías tardaban unas 10 horas en cargarse cuando se agotaban por completo, los ingenieros desarrollaron un sistema para intercambiar los tres paquetes.
La idea detrás de este prototipo era ofrecer tanto un vehículo de carga como un monovolumen que pudiera usarse en tramos urbanos cortos. Además de unas idílicas estaciones de carga, el equipo imaginó la creación de ubicaciones para reemplazar las baterías donde los propietarios pudieran conducir y cambiar sus “depósitos”. El trabajo en el proyecto continuó entre 1973 y 1975, con la construcción de no menos de 50 prototipos. Dos años después, salió a la venta al gran público en una versión optimizada como Elektro-Transporter.
Se construyeron alrededor de 30 unidades capaces de entregar hasta 80 km de autonomía con una única carga completa. Apenas pararon a manos de particulares, puesto que la mayoría de ellos fueron comprados por las empresas locales que utilizaban su capacidad de carga útil de 800 kg para las entregas de distintas cargas. Y aunque se especuló que Volkswagen estaba intentando asociarse con la NASA, que estaba experimentando con baterías de níquel-zinc más capaces, el desarrollo de la Volkswagen Elektro-Transporter finalizó en 1979.
Para entonces, el Dr. Kalberlah y su equipo habían presentado el concepto híbrido de la empresa, una cabina compacta llamada CityTaxi, así como un prototipo electrificado del Golf de primera generación. Durante las siguientes décadas, la marca continuó financiando la investigación de motores eléctricos, un esfuerzo que condujo al e-Golf que debutó en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 2013. Solo cinco años después, llegó el primer modelo de la saga ID., la cual aún tiene mucho que ofrecer para los próximos años.
Fuente: Volkswagen, Periodismo del Motor
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