Ford Focus 1.0 EcoBoost MHEV 155 CV, a prueba: como el buen vino

Hace exactamente 25 años, Ricky Martin lanzó La Copa de la Vida, la canción oficial de la Copa del Mundo de Francia 98, el Titanic de James Cameron se llevó las 11 estatuillas de los Oscars y la viagra salió al mercado. Pero nada tan estimulante como el Ford Focus, que también nació en 1998 y que lleva a la venta desde entonces de forma ininterrumpida para ser uno de los modelos más carismáticos del segmento C. 

Aunque Krilin desperdició sus tres deseos de las bolas de dragón en un curioso anuncio del Focus, queda claro que el compacto ha evolucionado y que lo une todo en un único vehículo. Nosotros nos ponemos al volante de la actualización de la cuarta generación en su versión 1.0 Ecoboost 155 CV. Es de las más interesantes y gana enteros con el acabado ST-Line. Ahora vamos a analizar a fondo este ejemplar que parte desde 26.250 euros.

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Exterior

He de reconocerlo, el anterior Ford Focus no me convencía demasiado a nivel de diseño. Así que creo que la madurez que ha adquirido con este último lavado de cara le ha venido de perlas. Lo más destacado es una gran parrilla con un entramado atractivo y deportivo gracias al acabado ST-Line que lleva nuestra unidad. Los faros delanteros son LED de serie y presentan una firma lumínica actualizada. La parte inferior del paragolpes también tiene una forma bastante sugerente y dinámica.

A nivel estético, hay que reconocer que habría bastante diferencia si se opta por un Ford Focus Active. En esa tesitura se trata de replicar a un crossover a base de detalles como las protecciones en plástico negro, las barras de techo o una distancia libre al suelo mayor. En este ejemplar destacan esas líneas fluidas que le ayudan a tener una coeficiente aerodinámico de 0,25 Cx. Por otro lado, hay que mencionar llantas de 18 pulgadas con pinzas de freno en color rojo o la posibilidad de elegir entre ocho colores exteriores.

Como en otros Ford, me gusta mucho el detalle de los protectores plásticos al abrir las puertas. Y hay que reconocer que la zaga del Focus es muy deportiva. Se debe a varios motivos, comenzando por la forma del pilar C y el pequeño spoiler de techo. En general podemos hablar de un voladizo trasero muy corto y de una luneta de pequeñas dimensiones, aunque lo más destacado son los pilotos traseros oscurecidos, el nombre del modelo en letras o la doble salida del escape.

Queda más que claro que el Ford Focus es un compacto del segmento C, un segmento que viene representando desde hace décadas. Aunque ha crecido mucho respecto a la primera generación y actualmente está en 4.392 mm de longitud, además de 1.825 mm de anchura y 1.459 mm de altura. Eso significa que es ligeramente más grande que rivales principales como el Opel Astra y el SEAT León, ofreciendo una distancia entre ejes de 2.700 mm.

Interior

El interior es uno de los puntos que más sorprende y dónde más ha mejorado el Ford Focus. Recibe el sistema multimedia SYNC 4, que es el último de la firma del óvalo. Con él se consigue una respuesta más rápida y muchas más funciones que hasta el momento. Pero sobre todo, le permite presumir de una pantalla táctil central de 13,2 pulgadas, que es la más grande del segmento. Le saca bastante a las de sus rivales, que se quedan en 10 pulgadas y destaca por una precisión ejemplar y una facilidad de uso envidiable.

Aunque no es sólo eso, este sistema también cuenta con navegación integrada, con conectividad con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricas o con actualizaciones Over-The-Air. Es muy grande, algo que también causa que dependiendo de la posición de conducción el volante nos tape una de sus esquinas. Por no hablar de que aglutina demasiadas funciones, incluyendo la climatización, por lo que necesitaremos varios clics en la pantalla para ajustar cualquier cosa. Resta demasiada atención a la conducción y eso nunca gusta.

Hay muy pocos botones, apenas algunos en la parte baja y para funciones más relacionadas con la conducción. Y si seguimos hablando de tecnología y digitalización en el Focus, vemos detrás del volante una instrumentación digital de 12,3 pulgadas. Es personalizable con los botones del volante multifunción y cambia su aspecto en función del modo de conducción que llevemos seleccionado. Opcionalmente también tiene disponible un Head-Up Display para completar la información y que siempre es útil.

La calidad del Ford Focus es buena para tratarse de un modelo generalista. Los acabados de este modelo son robustos y el tacto de la mayoría de sus materiales es notable. Las partes superiores están cubiertas de plásticos blandos, mientras que hay unas molduras plásticas de imitación a la fibra de carbono en salpicadero y puertas. En las partes inferiores hay plásticos más duros, pero se compensa con la tapicería mixta, con los pedales deportivos y con otros detalles del ST-Line.

La habitabilidad nunca había sido un punto fuerte del Focus, pero parece que mejoró con el uso de la plataforma C2 que tiene en la actualidad. Eso y el aumento en sus cotas hace que haya mucho espacio en las plazas delanteras y una segunda fila bastante capaz. Tenemos un hueco generoso para las piernas y uno suficiente para la cabeza. Además, aunque la plaza central carezca de forma, la anchura es bastante buena. Lástima que no tenga salidas del aire acondicionado en estas plazas, aunque sí haya tomas USB.

Maletero

El maletero del Ford Focus también ha crecido ligeramente para situarse en la media del segmento. Tiene 392 litros de capacidad, quedándose algo por detrás del Opel Astra, aunque ganando a otros como el SEAT León. Además, hay que mencionar unas formas bastante aprovechables, aunque la boca de carga quede algo elevada. En este maletero vemos facilidades como la iluminación o unos ganchos de plástico. Además, hay un acceso directo muy útil desde la plaza central.

Hay que mencionar que bajo el piso del maletero del Ford Focus hay un subwoofer que impide que haya hueco para objetos grandes. Sí que hay una cubierta plástica que ayuda mucho para no rayar esta superficie, además de la posibilidad de abatir los asientos traseros como en la mayoría de coches. Se hace en dos partes (60:40), para dejar una superficie casi plana con una capacidad total de hasta 1.354 litros.

Motor

La gama mecánica del Ford Focus ha evolucionado bastante y ahora ya cuenta con opciones tradicionales y también electrificadas gracias a la tecnología microhíbrida. Sigue habiendo diésel para los que hagan más kilómetros al año, representado a través del motor 1.5 EcoBlue de cuatro cilindros con 115 CV de potencia y solamente disponible con la transmisión automática de ocho velocidades. También hay un acceso a la gama de gasolina con el 1.0 EcoBoost de tres cilindros con 125 CV y cambio manual, aunque a partir de ahí empieza la etiqueta ECO.

Desde hace relativamente poco se estrenaron las versiones EcoBoost Hybrid, con el mismo bloque de tres cilindros, pero con una microhibridación de 48 V. Está disponible en dos niveles de potencia, con 125 o con 155 CV, además de permitir elegir entre caja de cambios manual o la transmisión automática. Sobra decir que el actual Focus es un modelo de tracción delantera únicamente, no hay versiones de tracción total y la única concesión a la deportividad es el Focus ST.

La tradición de este modelo en competición es épica, habiendo sido conducido por pilotos de la talla de Colin McRae o Carlos Sainz en sus inicios. Lo han aplicado en la producción con Ford Focus ST y, sobre todo, con el RS. Aunque ya haya desaparecido, fueron tres generaciones inolvidables que actualmente están muy valoradas en el mercado de segunda mano.

Comportamiento

Ya estamos al volante del que es el Ford Focus tope de gama sin tener en cuenta el poderoso ST. Estamos con el motor 1.0 EcoBoost MHEV de 155 CV y 240 Nm de par ligado a la caja de cambios manual, un bloque muy conocido dentro de la marca del óvalo. De hecho, los primeros comentarios que ha hecho la gente es sobre un nivel de potencia excesivo para tal cilindrada. Lo cierto es que todavía no podemos hablar a largo plazo de su fiabilidad, pero la marca lleva muchos años con esta mecánica como protagonista de su gama.

El funcionamiento del motor está dentro de lo esperado. A pesar de ser un tres cilindros es bastante refinado y no notamos demasiados ruidos indeseados ni vibraciones. Además de ser un bloque que cumple, también se agradece que siga disponible con un cambio manual. Tiene unos recorridos cortos y un tacto muy satisfactorio. Estoy acostumbrado a que la mayoría de vehículos de prensa que pasan por nuestras manos sean automáticos y lo cierto es que se agradece una caja manual como esta de cuando en cuando.

En el caso del Focus MHEV de 155 CV hay que hablar también de cómo consigue la etiqueta ECO. Tiene un sistema eléctrico de 48 V con un motor/alternador que en ningún caso mueve las ruedas. Simplemente sirve de apoyo al de gasolina en fases de aceleración y también para hacer un uso extendido del Start&Stop. De hecho, sirve para reducir bastante sus consumos y emisiones. En la semana de pruebas hemos marcado una media en torno a los 7 litros con un uso alegre. Alejado de los 5,2 litros que homologa, pero razonable para un coche de estas características.

El comportamiento del Ford Focus es gratificante en la mayoría de los casos. Se ha mostrado como un vehículo polivalente  y cumplidor, sin tener unas prestaciones muy destacadas. Sus 240 Nm de par le dan una contundencia bastante buena, aunque la aceleración de 0 a 100 km/h la hace en 9 segundos y su velocidad máxima es de 211 km/h. No es realmente deportivo, pero sí que tiene un carácter bastante dinámico. Eso lo consigue gracias a un peso contenido de 1.349 kg, pero sobre todo a la puesta a punto que se ha hecho en esta plataforma C2 que estrenó en la cuarta generación.

Tiene cierta capacidad de adaptación debido a sus modos de conducción. No hay botón para cambiarlos, pero a través de la pantalla se puede seleccionar los Eco, Normal y Sport. No es que haya demasiada diferencia entre ellos, pero sí que cambia ligeramente la respuesta del acelerador o la dureza de la dirección. De la dirección hay que decir que no transmite demasiado, pues su nivel de asistencia es elevado. Aunque no podemos dejar de decir que el guiado es preciso y más directo que en otros coches.

La suspensión tiene ese tarado intermedio que le permite ser cómodo en ciudad, aplomado en autopistas y estable en carreteras secundarias. Lo consigue con una suspensión tipo McPherson en el eje delantero y con un multibrazo trasero. Incluso en el ST-Line X se opta por una suspensión más deportiva que rebaja la altura en 10 mm gracias a amortiguadores y barras estabilizadoras que son específicos. Terminar diciendo que el sistema de frenado es bastante bueno al tener discos ventilados en el eje delantero y macizos en el trasero.

Opinión coches.com

Cada vez hay menos gente que quiere comprar un compacto y a mí cada vez me parecen una opción más sensata. Creo que es el equilibrio hecho coche y que tienen ventajas respecto a los SUV. Y en el caso del Ford Focus hay que hablar de un plus de polivalencia gracias a las dos carrocerías y los distintos acabados que le convierten en un coche que se adapta a cualquier usuario. Siempre con ese diseño tan distintivo, con una tecnología que ha mejorado para estar entre las mejores del segmento y con un comportamiento que ha dejado un buen sabor de boca.

El equipamiento de este modelo también es bastante completo incluso de serie. Eso hace que su precio de partida de 26.250 euros se sitúe por encima de otros rivales que están justo por debajo de la barrera de los 25.000 euros. Eso sí, hay que decir que no es el caso de una unidad como la que hemos conducido nosotros. Con el motor microhíbrido más potente y un equipamiento mejorado con el sabor deportivo tenemos que hablar de tarifas más cercanas a los 40.000 euros.

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