En un momento en el que hay muchos coches nuevos con poca tradición, viene bien repasar alguno con una historia trascendente. Si tenemos un segmento que haya mantenido su filosofía desde el pasado hasta el día de hoy, ese es el de los todoterrenos. Y uno de los más míticos es el Jeep Wrangler, un modelo que siempre ha buscado la máxima pureza y capacidades inauditas fuera del asfalto. Está disponible desde 81.850 euros y lo hemos comparado con el Ford Bronco para ver cuál es el rey.
Para analizar sus orígenes hay que decir Jeep Wranglersalió al mercado en 1986 y lleva vendiéndose desde entonces de forma ininterrumpida. Aunque si nos remontamos a sus orígenes, este ejemplar procede del mítico Jeep CJ Willys descendiente de la Segunda Guerra Mundial. Aunque este tipo de vehículos siempre había estado ligado al diésel, nos encontramos en un momento en el que este combustible no está disponible en el Wrangler y que sí se apostado por la tecnología híbrida enchufable.
Exterior
El Jeep Wrangler es igualmente imponente, también con esas formas rectilíneas y potentes, propias de un todoterreno. En este caso, el capó tiene forma de concha y desemboca en la parrilla característica de la marca. Eso se traduce en las siete aberturas verticales flanqueadas por unos faros también con forma redonda. En un módulo diferente están las luces diurnas y un abultadísimo paragolpes que no deja a nadie indiferente.
En este Wrangler aparecen unas llantas de 18 pulgadas calzadas por neumáticos mixtos, para los todoterreno habría que optar por el Rubicon y no por el Sáhara que tenemos nosotros. Ambos tienen la rueda de repuesto colgada en el portón y también hay otra peculiaridad. Y es que tienen un enfoque lúdico al permitir que se quiten el techo y las puertas.
El Jeep Wrangler tienen unas dimensiones aparentes en su versión de cinco puertas, denominada como Unlimited. También habría un tres puertas para aquellos que busquen una experiencia más purista. Sin embargo, en este caso llega a los 4,88 metros de largo, con 1,89 metros de ancho y 1,85 metros de alto. La batalla en este caso es de 3,01 metros.
Interior
Cuando pasamos al interior del Jeep Wrangler también sorprende el entorno que nos recuerda al de un coche de hace décadas. Todo tiene pinta de ser resistente, aunque sin perder la buena calidad que caracteriza a este coche. De hecho, vemos detalles como la tapicería de cuero con costuras en contraste. Esta marca acostumbra a incorporar un buen número de “easter eggs” en sus coches y aquí vemos la silueta del Willys en el parabrisas o en la palanca de cambios.
La tecnología no se queda atrás, pues tras su última actualización incorporó una pantalla táctil de 12,3 pulgadas que tiene más funcionalidades. Destaca por su conectividad con Apple CarPlay y Android Auto, además de la facilidad de uso que ofrece gracias a algunos botones de acceso directo en el lateral.
La instrumentación es menos digital, pues tiene una pantalla a color entre las dos esferas tradicionales, que sirven para mostrar tanto la velocidad como las revoluciones.
En este sentido, la sensación de tener un coche del pasado crece mirando la consola central. Ahí están los botones para controlar la climatización, algo que siempre agradecemos. Además de eso, aquí están los botones para abrir las ventanillas, que no están en las puertas como en otros modelos. También tendríamos las tomas de 12 V y los USB, aunque no vemos un espacio generoso para dejar el teléfono móvil.
En el Jeep Wrangler vemos una segunda fila de asientos que no está mal. El acceso es algo complicado debido a la altura del habitáculo, pero una vez dentro hay bastante espacio para las piernas y para la cabeza, incluso para usuarios que sean altos. También peca del tema de la anchura con un asiento central que es más estrecho y que tiene túnel de transmisión. Por suerte, de su respaldo puede salir un práctico reposabrazos.
Maletero
En el caso del Jeep Wrangler en su variante Unlimited de cinco puertas, también vemos un portón de apertura lateral que deja un hueco estrecho. Tendríamos que subir la luneta hacia arriba para tener una boca de carga enorme y de formas rectas. La capacidad de este maletero es de 548 litros, algo que está bastante bien teniendo en cuenta sus dimensiones y que va en la línea del segmento.
Ambos maleteros son muy similares y cuentan con iluminación, ganchos para fijar la carga o tomas de 12 V. También es útil que el material que los cubre sea resistente y que haya alfombrillas reversibles de goma. En la parte del Wrangler también hay una bolsa que nos permite almacenar algunos paneles y un pequeño hueco bajo el piso. En este caso la capacidad máxima asciende a 1.910 litros con los asientos abatidos.
Motor
En el Jeep Wrangler pasa lo mismo, ya no hay diésel y solamente aparecen una variante de gasolina y otra híbrida enchufable. Para poder comparar, hemos escogido el que lleva etiqueta C, que se trata de un motor 2.0T de cuatro cilindros de 272 CV y 400 Nm de par, que va ligado a la transmisión automática de ocho relaciones. Esta mecánica no está disponible en todos los mercados, pues están apostando por el 4xe híbrido enchufable que tiene mayor potencia y eficiencia.
Comportamiento
En el caso del Jeep Wrangler, que solamente tenga una mecánica de cuatro cilindros puede chocar a muchos. El 2.0T no llega a los niveles de potencia o par que tenía el anterior V6 de 3.0 litros, pero es un buen nivel intermedio por su eficiencia. Por encima tiene una variante híbrida enchufable que ofrece nuevas posibilidades, pero que también es más cara.
Vamos a empezar diciendo que el refinamiento es mejor que en un diésel y que no se acusa falta de potencia en bajas. Parte del mérito se lo tiene que llevar la transmisión automática de convertidor de par, que aporta suavidad y bastante precisión.
Los números de estos coches no son lo más importante, pero siempre han de ser tenidos en cuenta. Con el Jeep Wrangler 2.0T de 272 CV vemos un 0 a 100 km/h de 7,6 segundos y una velocidad máxima de 180 km/h en el Sahara que conducimos. El híbrido enchufable sería bastante más rápido, pero parece una buena cifra para tratarse de un cuatro cilindros y no le saca tanto el V6 de Ford.
Estamos conduciendo el Wrangler Sahara y eso también tiene peculiaridades. Se traduce en que llevamos el sistema Selec-Trac 4WD y una caja de transferencia de dos velocidades, pero no estamos tan preparados para salir fuera del asfalto como estaríamos con el Rubicon.
La tracción total funciona con solvencia gracias a los modos 2H de propulsión, un 4H Auto para sumar la potencia al eje delantero cuando sea necesario y a un 4H Lock para bloquear la tracción total. También está la reductora, 4L, aunque con una relación de 2,71:1. En el Rubicon hay una relación de 4:1 y otras bondades como el eje trasero Dana 44 HD, la desconexión de la estabilizadora o los bloqueos delantero y trasero.
En el Jeep Wrangler vemos una altura libre al suelo de hasta 25,2 cm y una capacidad de vadeo de 76,2 cm. Los ángulos en este caso llegan a 36º de entrada, 31,4º para el ventral y 20,8º para el de salida en el Rubicon. En este caso, el Ford es el claro ganador y se ve que el Wrangler ha perdido con respecto a su antecesor.
Tenemos la referencia y hace años era un dolor de muelas el hacer un viaje por carretera a bordo del Jeep Wrangler. Destacaba como sigue destacando en uso off road, pero no se llevaba bien con el resto de situaciones. En este sentido ha mejorado sustancialmente y se nota con una mejor insonorización del habitáculo.
Es cierto que se nota el murmullo aerodinámico, pero es menor que en sus antecesores. A la dirección hay que pillarle el punto, pues da poca sensación de precisión, como si fuéramos flotando. Por otro lado, hay que añadir que la ausencia de diésel hace que se vayan un poco de presupuesto los viajes. Con este ejemplar rondamos un consumo de 12 litros, algo por encima del homologado.
Opinión coches.com
El segmento de los todoterrenos es de los más puros y tradicionales. Por eso, la penetración de nuevos modelos es menos notable y siguen manteniéndose nombres propios como el del Mercedes Clase G, el Land Rover Defender o el Toyota Land Cruiser. El nuevo Jeep Wrangler es uno de los más completos por relación calidad/precio, por no hablar de su tradición y su carácter, que llaman la atención por los cuatro costados.
Eso no quiere decir que sea barato, pues ya hemos visto que en ambos casos se superan los 70.000 euros de base. También va a depender de la configuración que se opte en cada caso, pues ya hemos visto que la terminación marca parte de su comportamiento fuera del asfalto. En el caso del Wrangler echamos de menos el Rubicon para poder llegar a su límite, pues esa es la variante más off-road, que destaca por su equipamiento adicional.
- Estética mítica
- Espacio interior bueno
- Comportamiento off-road
- Algunos elementos interiores
- Gama de motores simple
- Precio elevado
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