Nissan Townstar Combi, a prueba: ¿lamentará no contar con motores diésel?

Hoy tenemos con nosotros al Nissan Townstar, un modelo que posiblemente barajes si buscas un monovolumen compacto derivado de un vehículo comercial, como puede ser el Renault Kangoo o el Toyota ProaCe City Verso.

Se trata de coche que tiene un nombre difícil de pronunciar para la mayoría de hispanohablantes. Llegó al mercado en 2022 para reemplazar al Nissan NV200 Evalia y tiene vocación de vehículo familiar. Con ella ya son tres la “estrellas” en la gama de comerciales Nissan, pues con la Townstar, la Primastar y la Intestar apuntan bien arriba.

¿Pero es la Nissan Townstar una verdadera «estrella de la ciudad», como dice su nombre? Después de una completa semana con ella esta versión Combi destinada a pasajeros, gemela del Renault Kangoo y los Mercedes Citan y Clase T nos ha gustado por diversas razones. Para empezar, tiene un precio razonable para su tamaño y lo que ofrece. Su motor de gasolina resulta refinado y tiene un funcionamiento agradable y además, como otros vehículos de su tipo, destaca por versatilidad de uso, con buen espacio interior y de carga.

En el momento de escribir esta prueba está disponible desde 28.200 €. Ojo, se trata de precios recomendados. Puedes encontrar ofertas del Nissan Townstar en nuestra sección de coches nuevos, publicadas por concesionarios oficiales de la marca, así como solicitar un préstamo del coche para pagarlo cómodamente mes a mes. Pero antes, analicemos a fondo al Nissan Townstar:

Exterior

Puede que Nissan sea una empresa japonesa, pero ves el Townstar y claramente ves que sale de la línea de montaje de Maubeuge, en Francia, donde también se ensambla la Renault Kangoo o el Mercedes Citan y hay muy pocas diferencias entre ambas.

¿Dónde se aplican esas pequeños cambios? Los faros LED tienen un diseño algo distinto (las luces largas tienen halógenos) y hay formas en el paragolpes delantero más angular, con protectores en color plata y en el que se encastran faros antiniebla en las esquinas. Y tiene, cómo no, el logo de Nissan en la parrilla superior. De hecho, fue el modelo que estrenó el nuevo emblema en Europa.

Cuando lo vemos desde el lateral vemos que cuenta con un capó bastante largo, como sus hermanos, puertas correderas en ambos lados y bastante superficie acristalada. No hay protecciones plásticas de bajos en los acabados altos y encontramos llantas de aleación de 16 pulgadas (neumáticos 205/60 R16 Continental EcoContact 6). Por cierto, puedes elegir la carrocería en seis colores clásicos (con acabado sólido o metalizado).

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A diferencia de Renult y Mercedes, el Nissan Townstar se vende solamente con un tamaño de carrocería, la versión corta. Mide 4.486 mm de longitud, exactamente lo mismo que el Renault Kangoo, situándose entre un Volkswagen Caddy y un Toyota Proace Verso.

Otras cotas son el 1.860 mm de ancho (sin tener en cuenta los retrovisores) y los 1.838 de altura, contando las barras de techo.

Detrás se aprecia más que estamos ante un derivado de un vehículo comercial, con formas muy cuadradas y un amplio portón trasero de apertura vertical. Lo flanquean unas ópticas verticales. En la parte baja, un protector en plata, que parece querer acercar la imagen a los SUV de la gama

Interior

Si por fuera es muy parecido a sus hermanos de línea de montaje, por dentro también.  Un buen acceso al habitáculo, con unas puertas delanteras que abren muchísimo, en 90 grados y luego un buen espacio interior con los elementos que vimos en la prueba del Renault Kangoo.

Volante, el cuadro de instrumentos, el sistema multimedia o el módulo de climatización, la palanca de cambios. Todo es idéntico a lo que encuentras en el Kangoo. Y, más allá de perder diversidad en el mercado, no significa que sea malo.

La posición de conducción es buena, si bien no tan similar a la de un turismo como la que ofrece la Volkswagen Caddy, pero tienes buena visibilidad. La palanca de cambios queda muy a mano, en la pequeña consola flotante y se conservan mandos físicos para la climatización y también accesos directos a la pantalla del sistema multimedia. Todo muy a mano.

La pantalla es de ocho pulgadas a partir del acabado Tekna, algo lejos de las 10 que ofrece la Volksagen Caddy, pero lo mismo que ofrece un Renault Kangoo o el Toyota Proace Verso:

Pero más que el tamaño, en el sistema de infoentretenimiento interesa más cómo funciona. Y en este sentido, peca de lo mismo que la de Renault. Es clara, pero algo lento de funcionamiento. Lo mejor, la cámara con visión periférica de 360 grados asociada al acabado Tekna, que ayuda a maniobrar sin problemas incluso en lugares angostos.

Las calidades no alcanzan las vistas en el Mercedes Clase T. Las versiones superiores como estas tienen asientos con una tapicería con la parte exterior de tela y el interior en piel sintética. De tacto agradable pero que transpira poco, lo notarás cuando hace calor. Dan buena impresión las inserciones en el salpicadero que imitan un acabado en aluminio, las alfombrillas en todas las plazas y la buena sensación de solidez de la parte superior. Eso sí, hay que reconocer que falla un poco el tacto de algunos materiales en las partes bajas.

Y lo que no podía dejar de copiar a la Kangoo es en el gran número de huecos para dejar objetos. Nos gustó la guantera con tapa por encima de la instrumentación o el módulo de techo en la parte delantera.

Muy práctico también el soporte satélite, que puedes colocar a ambos lados de la pantalla para que el móvil complemente a la pantalla multimedia. Si tu terminal tiene esta funcionalidad, hay una bandeja con carga bajo la palanca de cambios, además de reposabebidas o el cofre entre los asientos. La marca habla de hasta 49,5 litros de espacio interior extra. Y hay un espejo para controlar qué ocurre en las plazas traseras, donde vamos ahora.

Y detrás, más de lo mismo. Se accede a través de un par de puertas laterales correderas a un lugar que destaca en altura pero no en espacio para las piernas. Nos gustan las ventanillas que bajan prácticamente del todo pero ya podían sumar elementos que mejorasen la comodidad, como cortinillas (que ofrece la Proace City Verso) o reposabrazos.

Tenemos también mesas de tipo avión en el respaldo de los asientos traseros, pero los niños echarán de menos algún lugar donde dejar sus cosas, ya que solamente cuentan con un diminuto compartimento al final de la consola central, donde eso sí, hay salidas de aire, dos tomas USB-A y una conexión de 12 V.

Para ser considerado un monovolumen quizá le falte modularidad, ya que los asientos no son individuales (tienen la forma, pero solamente son dos) y no se pueden desplazar longitudinalmente. Solamente hay dos anclajes Isofix en las plazas traseras, el tercero está en el asiento del pasajero delantero. Y como no hay variante larga, no lo puedes elegir con 7 plazas.

Maletero

Al maletero se accede por un enorme portón en el techo, que obliga a calcular bien dónde aparcas. No existe la opción de tener dos puertas asimétricas, como en el Kangoo o el Citan y tampoco se abre la luneta trasera de manera independiente para acceder al maletero, como en el Rifter.

Eso sí, el espacio de carga es muy bueno. Con cinco plazas en uso anuncia 755 litros de capacidad, que llegan hasta los 1.030 si lo utilizas hasta el techo, si colocas la bandeja superior pegada contra los asientos.

Es una cifra muy buena, pero como dijimos cuando probamos a sus hermanos, no alcanza los 1.213 litros. Mejora, eso sí, los casi 600 litros de la Proace Verso.

Se trata de un espacio de formas regulares y con el borde de carga a apenas 56 cm del suelo, lo que ayuda a subir a él objetos pesados. Hay puntos para sujetar la carga, una toma de 12 V y huecos laterales donde  llevar cosas pequeñas.

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Además, puedes abatir los respaldos de los asientos traseros. Así consigues un espacio de carga de 2.800 litros de volumen. Si no es suficiente, dentro del catálogo se ofrecen cofre de techo, portabicicletas, divisores y rejillas de carga… e incluso la versión camperizada Nissan Townstar by Tinkervan.

Motor

Una diferencia con el Kangoo o el Citan es que el Nissan Townstar no se puede elegir con motores diésel. Solamente se ofrece con un motor gasolina 1.3 de cuatro cilindros de 131 CV (96 kW), un bloque de aluminio de origen Renault.

Se asocia solamente a la caja manual de seis relaciones y entrega su potencia máxima entre 5.000 y 6.000 rpm, con un par motor de 240 Nm entre las 1.600 y 3.500 rpm. Las prestaciones son suficientes, ya que con 1.550 kilos de peso acelera de 0 a 100 km/h en 12,8 segundos y alcanza 183 km/h de velocidad punta.

En la variante comercial, el Townstar furgón, se ofrece ya una versión eléctrica con 122 CV y 300 km de autonomía. ¿Llegará a este Combi en España, como ocurre en otros países? Lo desconocemos por ahora, así que  centrémonos en cómo va un vehículo de este tipo con motor de gasolina y si cumple con los 6,8 l/100 km de consumo anunciados.

Comportamiento

Como no hay monovolúmenes compactos en el mercado, las marcas se empeñan en que estos derivados de comerciales cubran esas necesidades. Y sí, contamos con un interior a la altura, un montón de asistentes a la conducción que ayudan a que la conducción sea segura y similar a la de un turismo, como el asistente contra viento lateral… pero en este caso, la postura de al volante es bastante vertical, dando más la impresión de vehículo comercial que, por ejemplo, el Volkswagen Caddy, donde vas más estirado. De todos modos, los asientos son cómodos y no cansan en viajes largos.

En marcha, las suspensiones tiene un tarado bastante confortable, tanto con el coche cargado como si vamos solos, me gusta la puesta a punto. Obviamente, no le pidas reacciones deportivas, pero sujetan bien a esta carrocería alta en curvas y no se mueve mucho en aceleraciones o frenadas intensas. Se nota que emplea la misma plataforma que un Nissan Qashqai, pero no da esa sensación de control en curva al ir rápido que sí tienes con el Volkswagen Caddy.

También me ha parecido un coche bastante bien insonorizado. Sin pretender ser una berlina de lujo, llegan pocos ruidos de rodadura o aerodinámicos, a pesar de sus enormes retrovisores, al habitáculo. Y tampoco del motor.

El motor es claramente más refinado que las opciones diésel de sus rivales.  La potencia es suficiente para moverte de manera tranquila, pero no destaca a la hora de realizar adelantamientos (tarda 7,9 segundos en pasar de 80 a 120 km/h) y tampoco cuando llevas el coche cargado hasta los topes.

Con este propulsor de gasolina, el Townstar se mueve bastante bien incluso a bajas revoluciones. El empuje no es muy grande hasta que alcanzas las 3.000 rpm, pero no hay vibraciones. A partir de las 3.500 ya se nota cierto empuje. Eso hace que tengas que usar el cambio si debe adelantar con rapidez o se aproxima una pendiente pronunciada. Por suerte, tanto palanca como cambio tienen un tacto agradable, quizá algo blando, pero lo normal en un coche de este tipo.

El gasto no se dispara y, en carreteras secundarias no cuesta cumplir con los consumos homologados, en parte debido a los neumáticos de baja resistencia a la rodadura, que no son los mejores si vas rápido en curva o llueve.

En autovía y cargado consigues cifras del entorno de los 7,5 l/100 km en viajes. Más que los diésel, obviamente y solamente echamos de menos algo de hibridación en trayectos urbanos, donde sus dimensiones y radio de giro hacen que vaya muy bien. Hay un botón Eco en la consola para mejorar los registros, pero más allá de que el coche se hiciese algo remolón a las órdenes del acelerador, no me pareció que sea mucho más eficiente.

Opinión coches.com

Sin ser un coche prestacional, el Nissan Townstar ofrece un buen rendimiento, muy progresivo, sin que los consumos se disparen. El motor de gasolina mueve bien el coche, con soltura si no abusas de su capacidad de carga.

Es un buen vehículo familiar, realmente versátil pues no supone un engorro en ciudad y tiene mucho espacio interior y de carga que puedas necesitar por tu trabajo o para vacaciones. Eso sí, no es perfecto y echamos de menos cosas. Por ejemplo, que sólo se ofrezca una versión de carrocería, sin opción a 7 plazas como otros. Y lo mismo ocurre con las mecánicas, sin opción a cambio automático o etiqueta ECO. Como a sus «primos», le falta algo de modularidad interior, sin asientos traseros con regulación longitudinal o respaldos reclinables.

Su precio de partida es de 28.200 euros. Una cifra inferior a la del Renault Kangoo o el Mercedes Clase T con el mismo propulsor. El Caddy con el motor de gasolina 1.5 TSI de 114 CV ya dejó de venderse y el Toyota Proace City es menos potente, solamente se ofrece con el acabado más sencillo y en el momento de grabar este vídeo la web oficial decía que estaría disponible próximamente… pero sin permitirte configurarlo.

Si eliges el acabado superior, el Tekna, sube a 35.300 euros, pero está realmente equipado y cuenta con la garantía de 5 años o 160.000 km de todos las vehículos oficiales de la marca.

Galería de fotos:

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