Esta semana probamos el Opel Insignia Sports Tourer que no es otra cosa que la variante familiar de este modelo de segmento D que lleva ya una década entre nosotros. Aunque el predominio de los SUV al que asistimos en la actualidad haya hecho que las carrocerías sedán y familiar desciendan en popularidad y en ventas, esto no quiere decir que no tengan sentido. De hecho, vehículos como este podrían ser la opción ideal para muchos usuarios.
Pero antes de analizar este modelo vamos a repasar sus orígenes. El Opel Insignia salió al mercado en 2008 como un reemplazo al popular Opel Vectra. La filosofía se mantenía innata y pretendía seguir siendo el buque insignia de la marca (valga la redundancia). Concretamente, seguía la estela de los Opel Kapitän, el Admiral y el Diplomat (también conocidos como los KAD) que marcaron la pauta durante las décadas de los 60 y 70.
La primera generación consiguió cosechar bastantes éxitos y mantener buenos niveles de ventas. La segunda generación vio la luz el pasado año estrenando plataforma, con un nuevo lenguaje de diseño y con un buen número de novedades tecnológicas. Aunque ahora el Opel Insignia Sports Tourer lo tiene más crudo entre tanto SUV (Opel incluso va a quitar a los Adam, Karl y Cabrio para favorecer esas carrocerías), está dispuesto a demostrar que todavía tiene mucho que demostrar.
Exterior
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El nuevo lenguaje de diseño de este Insignia venía inspirado por el prototipo Opel Monza lanzado en 2013. Aunque aquel se trataba de un coupé y con unas llamativas puertas tipo alas de gaviota y este se trata de un corriente familiar de cinco puertas, las similitudes quedan patentes. Lo primero que llama la atención es la parrilla delantera con un entramado llamativo, que está rodeada por un marco cromado y unas ‘alas’ de ese mismo acabado que parten del ‘Blitz’.
El morro apunta hacia abajo y el capó va surcado por una nervadura central. Los faros delanteros son más estrechos y cuentan con una firma lumínica bien reconocible (y adoptada por otros modelos). Los antinieblas ocupan un lugar inferior y también quedan resaltados por molduras cromadas. De hecho, los cromados tendrán mucha presencia en este vehículo, estando presentes en barras de techo o en los marcos de las ventanillas.
En nuestra unidad también contamos con unas llantas de 18 pulgadas con un acabado bitono. Una de las particularidades que se perciben desde el lateral precisamente es ese marco plateado que surca el pilar C y se integra en los estrechos pilotos traseros. La zaga pasa un poco más desapercibida y destaca por su horizontalidad, con un spoiler que parte del techo, una luneta estrecha y un paragolpes que gana presencia en la parte inferior.
Aunque uno de los aspecto más llamativos del Opel Insignia Sports Tourer es su silueta. Es imponente su longitud y la extensión que adquiere su voladizo trasero a simple vista. Eso se debe a que la nueva generación ha crecido hasta los 4.986 mm de largo, 1.863 mm de ancho y 1.500 mm de alto. Todo ello con una distancia entre ejes de 2.829 mm. Eso significa que tenemos un coche considerablemente más largo y más bajo que el anterior, estéticamente más dinámico.
Interior
En el interior del Insignia Sports Tourer es fácil ver cómo se ha seguido el camino marcado por la última generación de Opel Astra. Se ha buscado el minimalismo, la eliminación de botones y simplificación de las superficies. Eso pasa por el sistema multimedia multimedia IntelliLink 4.0, en nuestro caso con la pantalla de 8 pulgadas, una navegación avanzada y una conectividad completa gracias a Apple CarPlay y Android Auto.
Aunque todavía quedan algunos botones. Justo debajo de la pantalla para algunas funciones multimedia, más abajo una botonera completa para la climatización (bien resuelta) y en la zona de la palanca de cambios los relativos a las funciones de conducción (modos y aparcamiento). Lo cierto es que esta fórmula hace que su control sea intuitivo y que no requiera demasiada atención, lo que ayuda siempre mientras se va conduciendo.
Desde el asiento del conductor se percibe que la consola central está enfocada ligeramente hacia ese lado. También se encuentra un volante multifunción de cuero perforado, con la parte inferior achatada, un tacto muy conseguido y capaz de controlar bastantes funciones. Entre ellas está la visualización de la pantalla a color de 4,2 pulgadas que encontramos entre las dos grandes esferas de la instrumentación.
El Opel Insignia Sports Tourer pretende ser el tope de gama en la marca alemana. Eso se queda patente en la calidad percibida que ofrece, que ha venido mejorando con las actualizaciones y que incorpora materiales nobles como el cuero de la tapicería. En general, quedamos bastante convencidos por sus acabados, aunque hay algunos detalles que empañan el conjunto. Los plásticos duros y los ajustes de la parte inferior no están a la altura y se sigue abusando del Piano Black en la consola central.
Llegados a este punto es obligatorio hablar de uno de los principales puntos fuertes del modelo: su habitabilidad. En este segmento estamos acostumbrados a plazas delanteras amplias y cómodas, pero en el Insignia van un paso más allá gracias a los recomendables asientos con certificación AGR. En las plazas traseras sorprende su espacio para piernas y cabeza, siendo un referente del segmento. La pena es que está más pensado para que aquí viajen dos adultos, pues la plaza central carece de forma y cuenta con prominente túnel de transmisión.
Maletero
El maletero de este familiar no se queda atrás y nos deja con 560 litros de capacidad. Mejora considerablemente los 490 litros del sedán y además ofrece unas formas mucho más aprovechables. La boca de carga es muy grande y su altura no es excesiva, por lo que será fácil cargar objetos pesados y voluminosos. Echamos de menos el paquete Flex Organizer que nos ayuda a dividir la carga, pero contamos con otras ventajas.
Bajo el piso encontramos un hueco específico para pequeños objetos o herramientas. Más abajo hay un kit antipinchazos y el subwoofer del sistema de sonido, pero se podría montar una rueda de repuesto (tipo galleta) opcionalmente. Desde el maletero también se puede accionar unos tiradores que abaten los asientos traseros en tres partes (40:20:40) para dejar una superficie lisa con una capacidad total de 1.640 litros.
Equipamiento
El equipamiento del Opel Insignia Sports Tourer está estructurado en torno a cinco acabados bien diferenciados. El más básico es el Selective, aunque ya viene bastante completo gracias a elementos como radio IntelliLink 4.0 con pantalla de 7 pulgadas, climatizador bizona o apertura y arranque sin llaves. Se complementa con el Selective Pro (antes Excellence), que añade llantas de 17 pulgadas, Pack Visibilidad o iluminación ambiental.
Por encima queda el Innovation (antes Exclusive), una opción de lo más completa que incluye llantas de 18 pulgadas, faros matriciales Intellilux LED, navegador RF900 o los asientos Wellness (con certificación AGR, 18 posiciones, memoria, calefactables, ventilados y con masaje). Nuestra unidad de pruebas llevaba este completo nivel de equipamiento. Hay que decir que Opel ha renovado su gama de acabados recientemente.
Para los que quieran una opción más deportiva siempre podrán optar por el Opel Insignia GSi Sports Tourer. Se trata de la versión tope de gama del familiar, que va ligada a los motores más potentes (de los que hablaremos a continuación) y a un equipamiento más completo. Cuenta con llantas de 18 pulgadas, paquete OPC interior, pedales deportivos, chasis adaptativo FlexRide y otros detalles que se suman a todo lo anterior.
Hay que destacar que la mayoría de modelos de la marca ya cuentan de serie con el sistema Opel Eye. Mejora la seguridad gracias a la alerta de colisión frontal con detección de peatones o la alerta de cambio involuntario de carril. También se sigue beneficiando de las ayudas de Opel OnStar, el asistente de la marca que todavía con el que todavía no se sabe qué pasará en el futuro. Opcionalmente se pueden sumar otros elementos como el Head-Up Display.
Motor
La gama de motores del Opel Insignia Sports Tourer es bastante completa y tiene varias opciones tanto en gasolina como en diésel. En gasolina aparece el 1.5 Turbo con 140 CV o con 165 CV, además del 1.6 Turbo de 200 CV. El tope de gama, como dijimos antes, es el GSi que puede elegir entre el 2.0 Turbo de 260 CV o el diésel 2.0 BiTurbo de 210 CV. Estos dos van ligados a la tracción total Twinster AWD, siendo los únicos que no son tracción delantera.
Siguiendo por los diésel más normales encontramos el 1.6 CDTi ecoTEC de 110 CV como la opción ahorradora. Por encima está el 1.6 CDTi con 136 CV como variante intermedia. Por encima se sitúa el 2.0 CDTi de 170 CV que es el que lleva nuestra unidad de pruebas. Todos van de serie con caja de cambios manual de seis velocidades, mientras que los más potentes pueden ir con transmisiones automáticas de seis y ocho velocidades.
Nuestro ejemplar se trata de un Opel Insignia Sports Tourer 2.0 CDTi 170 CV con cambio automático de ocho velocidades. Una de las opciones más indicada para viajes largos gracias a su potencia de 170 CV y 400 Nm de par, que consigue que acelere de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos y tenga una velocidad máxima de 223 km/h. En cuanto a consumos homologa 5,5 l/100km y a emisiones de CO2 se queda en 144 g/km.
Comportamiento
Cuando nos ponemos al volante de este Insignia Sports Tourer comprobamos los puntos fuertes y los flacos de la mecánica diésel. Por un lado hay que dejar claro su desempeño, le caracteriza un empuje contundente desde bien abajo. 400 Nm de par desde 1.750 revoluciones es una cifra francamente buena que ayuda en aceleraciones y otras maniobras. Acelera de forma tan lineal que a veces nos parece que tiene menos potencia de la que declara, aunque luego miramos el velocímetro y se nos olvida.
Lo negativo de esta mecánica 2.0 CDTi es su rumorosidad. Desde parado se percibe ese traqueteo típico y durante la marcha también se llega a apreciar cuando va alto de vueltas. Y aún así tenemos que decir que se ha hecho un buen trabajo de insonorización en el vehículo y que destacamos la calidad de rodadura que tiene el Insignia. No hay apenas vibraciones en el interior y gracias a la mejora aerodinámica el aire tampoco incide con tanta notoriedad.
Nuestra unidad de pruebas montaba el cambio automático de ocho velocidades y eso condiciona enormemente al conjunto. La transmisión de convertidor de par destaca por su suavidad, es capaz de pasar de una marcha a otra de forma precisa y sin que el usuario apenas lo perciba. Los desarrollos están bastante equilibrados, pero su tendencia es a hacer una conducción eficiente, por lo que a veces nos puede resultar algo lenta e imprecisa.
Por suerte contamos con el sistema FlexRide de la marca, el chasis adaptativo que cuenta con varios modos de conducción para adecuarse a todo tipo de situaciones. En el modo ‘Normal’, en el que estará por defecto, se muestra neutro y equilibrado en reacciones. Podemos pasar a ‘Tour’ para viajar con mayor comodidad con un tarado de la suspensión más blando. En el modo ‘Sport’ se aumenta la rigidez tanto de la suspensión como de la dirección, además de tener un cambio más reactivo.
A pesar de ese botón ‘Sport’ situado en la consola central, en ningún momento podremos hablar de un coche realmente deportivo. Este Opel Insignia Sports Tourer se muestra notablemente más ágil, la nueva plataforma ha conseguido restarle más de 150 kg. Aún así, no podemos olvidar que tiene un peso de 1.600 kg y que donde mejor se desenvuelve es en vías rápidas. Se trata de un viajero intachable que pisa con aplomo y que está siempre sediento de kilómetros.
Ya hemos hablado de las virtudes de la suspensión con amortiguación adaptativa, clave para mejorar el comportamiento dinámico del coche. No podemos hablar igual de la dirección, que tiene un tacto suave pero que no comunica todo lo que nos gustaría. En ciudad sale penalizado por sus dimensiones y los consumos se disparan. Al final de nuestra prueba hemos registrado 6,8 litros, una cifra que bajaría fácilmente si predominasen los recorridos por autopista y autovía.
Opinión coches.com
El Opel Insignia Sports Tourer es un familiar de lo más interesante que podría suponer una alternativa real a la mayoría de SUV. Los gama por estética, con una silueta alargada y unas líneas dinámicas y atractivas que convencen a simple vista. También por habitabilidad, pues no echaremos falta espacio en sus plazas y además tiene un maletero mu competente. La tecnología y el equipamiento están a la altura, pudiendo tener todo tipo de elementos a precios bastante competentes.
Porque aunque nuestra unidad de pruebas (cargada de extras) supere ligeramente los 40.000 euros, hay versiones con precios bastante atractivos. Un modelo que ofrece buena relación calidad-precio y que quiere restar ventas a sus rivales premium. La mecánica diésel 2.0 CDTi de 170 CV es la adecuada para quien viaje con asiduidad y destaca por su entrega de potencia. La calidad de rodadura está asegurada, al igual que su versatilidad gracias al sistema FlexRide.
- Diseño exterior atractivo
- Espacio del interior y del maletero
- Buena calidad de rodadura
- Precio superior a otros rivales
- Algunos acabados interiores
- Consumos elevados
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