Si hay un coche pequeño importante en Europa ese es el Fiat 500. El modelo original, lanzado en 1957, fue responsable de motorizar Italia… (incluso podríamos decir España). Y el siguiente, lanzado allá por 2007, fue el gran referente del segmento en el siglo XXI. Por tamaño resulta ideal para moverse en ciudad, sin perder su imagen icónica que, además la marca permite personalizar. El Fiat 500e, a todas estas cualidades, suma moverse sin emisiones ni restricciones, gracias a su motor eléctrico y etiqueta Cero.
Pero hay más. El interior del Fiat 500 eléctrico, como vimos en nuestra prueba a fondo, está mucho mejor resuelto, sobre todo su posición de conducción que era claramente mejorable. También se han mejorado los acabados (sigue siendo un coche urbano generalista, no le pidas peras al olmo) y cuenta con mucha tecnología, sobre todo de seguridad. Es el primer coche del segmento con conducción autónoma de nivel 2:
Y lo mejor, que en marcha convence. Los coches eléctricos son ideales para moverse en ciudad, por confort y suavidad. Con un peso bastante comedido para su tecnología, el motor más capaz de la gama hace que el coche se mueva mucho mejor que el 500 Hybrid, tanto dentro como fuera de la urbe.
La capacidad de la batería es más que suficiente para plantearte realizar viajes de unos 200 km antes de buscar un enchufe para recargar. Y ojo, que la potencia de carga de la versión más capaz no está nada mal para un coche de su tamaño. El precio no es de derribo, pero la verdad es que es mucho más barato que otros pequeños coches eléctricos, caso del MINI Cooper E o el Honda e, que lo mismo tienen un interior más cool, pero no una batería de tanta capacidad como el Fiat 500 eléctrico.
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