Hubo un tiempo que los coupés eran los coches aspiracionales, de quienes querían un modelo para diferenciarse. Ese espacio lo coparon los SUV un tiempo, pero como ya suponen el 60 % de las ventas en España pues se ha extendido el concepto de SUV coupé, como el Volkswagen ID.5, un SUV eléctrico con una carrocería más tendida que la del ID.4.
Hay pocas diferencias de conducción entre ambos. Porque ambos priman el confort de los pasajeros, si bien como vas sentado algo más cercano al suelo se percibe mejor cómo se comporta el coche en curva. Ambos maniobran bien y, pese a la naturaleza eléctrica con mucho peso en la parte baja, el peso y la altura se nota en curva. La autonomía, como vimos en nuestra prueba, permite hacer viajes con él, a poco que planifiques paradas para cargar cada 300 km. Dentro es espacioso (sus formas no condicionan demasiado las plazas traseras y el maletero está muy bien.
Es algo más caro que el ID.4 equivalente y, pese a que los acabados interiores mejoran mucho a los del primer eléctrico de la marca, el ID.3, conserva esos inquietantes fallos ergonómicas que deberían ir pensando en resolver.
Su tarifa es elevada, pero no demasiado si lo comparas con un Kia EV6 o un Ford Mustang Mach-E, ambos con un toque más deportivo en su comportamiento, pero no tan confortables. También es más caro el Audi Q4 Sportback e-tron… pero ojo al nuevo Skoda Enyaq Coupé que apunta justo al mismo nicho de mercado.
Galería de fotos: