Siempre decimos que en coches.com hay sitio para todos: tanto si eres un asiduo del detailing como si prefieres recurrir a soluciones caseras, como limpiar las llantas con un limpiahornos o arrancar el coche con una cuerda. Esta vez traemos seis sencillos pasos para que tomes como rutina revisar en qué condiciones está tu coche sin que te dé pereza, porque el mantenimiento sigue siendo una asignatura pendiente.
1. Revisa las ruedas
La única parte de nuestro vehículo que está en contacto con el suelo resulta ser de las más importantes. Siempre tomando como referencia las especificaciones del fabricante, se debe comprobar que los neumáticos tienen la presión adecuada: ni muy alta ni muy baja.
En el manual del vehículo las podemos encontrar, si bien también suelen ponerla en la tapa del depósito de combustible, en la guantera o en el marco de la puerta del conductor. Lo más recomendable es revisar la presión al menos una vez al mes, siempre en frío. Debemos fijarnos en la profundidad de las hendiduras o si presenta daños, fugas u objetos clavados. Si quieres más información atento a esta noticia.
2. Revisa el nivel de aceite
La mayoría de los coches tienen una varilla en el motor que permite medir el nivel del aceite. De nuevo, con el motor parado y frío, saca la varilla tirando con suavidad hacia arriba.Limpia con un trapo o un papel el extremo de la varilla y fíjate que presenta dos muescas: son los niveles mínimo y máximo de aceite permitidos. Ha llegado el momento de introducir de nuevo la varilla hasta el tope y la volver a extraerla. Podrás observar que se ha manchado de aceite en su extremo; la mancha debe situarse entre las dos muescas. Si el nivel estuviera por debajo del mínimo, debes rellenar con el tipo de aceite indicado por el fabricante.
3. Revisa los frenos
Al tratarse de un manual para vagos, el número tres debería limitarse a «pisa el freno ¿frena? Entonces van bien». Pero si quieres sentirte más útil, puedes intentar asomarte a los discos de freno por si han dejado de ser redondos. Nosotros recomendamos que prestes atención al pedal, si está demasiado duro, o tiene mucho recorrido o las pastillas chirrían, tal y como explicamos aquí.
4. Revisa las luces
En este punto es interesante que otra persona pueda indicarte si hay algún faro fundido mientras las vas poniendo todas, aunque también lo puedes hacer tú. Así de fácil. Por cierto, ¿sabes cómo utilizarlas?
5. Revisa el anticongelante
Es el líquido que se encarga de evitar que el agua del circuito de refrigeración se congele. Además de esta función principal, también tiene otras muchas, como transferir el calor al exterior evitando que el líquido entre en ebullición, reducir la evaporación y proteger el circuito de la cavitación (una corrosión que se produce al formarse burbujas de gas que impiden el contacto directo del metal con el líquido refrigerante).
Es vital mantener siempre el nivel de líquido de refrigeración en su nivel justo, incluso en verano.
6. Revisa el líquido del limpiaparabrisas
Este líquido tiene un depósito de muy fácil acceso y puedes cambiarlo tú mismo sin problema alguno. Hay coches con sistemas lavafaros, que también necesitan líquido, que suelen tomar de ese mismo depósito.
Por el precio bajo que tienen estos líquidos no compensa utilizar agua con jabón (una costumbre muy extendida, no obstante), ya que pueden dañar los circuitos a la larga. Es mejor que te des cuenta de que no tienes en un día soleado y sin bichos pegados al cristal. Y aún podemos reducir más los pasos a seguir; concretamente a uno: lleva el coche al taller y que ellos lo hagan por ti.
Este es el vídeo que Car Throttle ha publicado para dejar constancia de que hasta los más vagos pueden revisar el coche sin perder más tiempo del necesario. Nota: no recomendamos usar la linterna del móvil para meterla por los recovecos del coche; a no ser que no te importe que se llene de grasa o que se pierda entre las tinieblas:
Vía: CarThrottle