Aena ha realizado la adquisición de un total de 33 vehículos eléctricos, bajo la modalidad de renting a 3 años, a la empresa británica Northgate. El importe de la operación asciende a 1.016.065,44 €. Estos coches se utilizarán para dar servicio a los aeropuertos en las actividades realizadas en el denominado “lado aire” por los departamentos de operaciones, medio-ambiente e ingeniería, entre otros.
Después de las pruebas piloto llevadas a cabo en 2010 en los Aeropuertos de Madrid y Barcelona, los vehículos elegidos han sido, en este caso, los Peugeot iOn, pues debido a sus contenidas dimensiones de 3,48m de largo y 1,47m de ancho, así como a su batalla de 2,55m, lo convierten en un coche muy ágil y que se desenvuelve a las mil maravillas en este tipo de cometidos. Gracias a la tecnología empleada en las baterías (iones de litio) y al aprovechamiento de la recuperación de la energía, tanto en las deceleraciones como en las frenadas, la autonomía del modelo francés en el ciclo estándar europeo llega a los 150 km.
El suministro de energía eléctrica a los coches se realizará mediante una infraestructura de recarga especialmente diseñada para ello. Los automóviles serán cargados en las horas valle o nocturnas, cuando el aeropuerto tenga menos demanda de energía eléctrica.
Con esta adquisición, el operador global de servicios aeroportuarios y navegación aérea español, dispondrá de la mayor flota de coches eléctricos del sector en toda Europa. Los vehículos comenzarán a utilizarse a partir del mes de julio en los aeropuertos de Madrid-Barajas, Barcelona, Palma de Mallorca y Lanzarote.
La distribución de los vehículos eléctricos por los diversos aeropuertos será la siguiente:
• Aeropuerto de Madrid-Barajas: 10 coches.
• Aeropuerto de Barcelona: 10 coches.
• Aeropuerto de Palma de Mallorca: 8 coches.
• Aeropuerto de Lanzarote: 5 coches.
La utilización de este tipo de vehículos está incluida en el Plan de Ahorro, Eficiencia Energética y Reducción de Emisiones, en el Transporte y la Vivienda del Ministerio de Fomento. Según ha manifestado Aena, se trata de un primer paso para comprobar si es posible sustituir la totalidad de los vehículos convencionales que utiliza en la actividad aeroportuaria (más de 1.200), por vehículos eléctricos y, a la vez, extender su utilización también a las actividades realizadas por otras empresas que operan en los aeropuertos.