Fue en 2009 cuando se lanzó el Citroën C1, que llegaba para sustituir al C2 en el segmento de los coches pequeños. Compartió desarrollo con el 107 y el Toyota Aygo, y, ya en la segunda generación, con el 108 además del japonés. Su última renovación data de 2018… y tras dos generaciones su vida comercial ha finalizado.
Se vendieron en este tiempo casi 1,2 millones de unidades, si bien hay que reconocer que, al menos en nuestro mercado, el Toyota Aygo le comió la tostada, con un imagen más atrevida y un sinfín de versiones especiales. Ambos se fabricaban en la planta checa de Kolin.
¿Renuncia con ello la marca gala al segmento A? Por ahora, por debajo del Citroën C3 ya solamente puedes elegir el Ami, el cuadriciclo eléctrico que como solución urbana no está mal… pero que no alcanza al C1 en prestaciones o versatilidad. Ya no se peuden realizar pedidos a fábrica, lo único que queda son unidades en stock.
El acuerdo de Toyota con PSA (actual Stellantis) para fabricar coches del segmento A tenía fecha de caducidad, sabida desde que la marca nipona anunciaba que se hacía con la plena titularidad de la fábrica de la República Checa. Es allí conde se comenzará en breve a ensamblar el Toyota Aygo X, uno de los SUV más pequeños del mercado.
El Peugeot 108 actual también pasará a mejor vida, si bien no hay por el momento comunicado oficial. Está por ver cuál será la estrategia de Stellantis en este segmento. Recordemos que existe el Fiat 500e, un modelo algo caro (es eléctrico) y que podría ajustar precios estableciendo economías de escala y compartiendo gastos de desarrollo con otros vehículos del Grupo. ¿Una idea descabellada tener eléctricos más pequeños que un Opel Corsa e, un Peugeot e208 o un Citroën ë C4?