A los que nos gusta conducir (e imagino que también a los que no) nos desesperan los embotellamientos. Son una pérdida de tiempo y dinero (hay estudios que calculan los costes de los atascos). Por eso no dejamos de ver numerosas posibles soluciones a ellos, algunas bastante curiosas, como el sistema basado en incentivos mediante las Redes Sociales o los estudios de los GPS de los taxistas que se han hecho en China y que ayudarían a mejorar los trazados de las ciudades.
Ahora es Ford quien pone su granito de arena y ha presentado un sistema que automatiza la conducción del vehículo en situaciones de atascos y tráfico denso, el Ford’s Traffic Jam Assist. Se basa en una cámara y un radar que analizan el entorno del vehículo y a partir de ahí toman el coche. Esto permite al conductor despreocuparse de estar acelerando y frenando en el atasco, siempre y cuando estemos seguros de que los carriles se identifican bien y de que no hay riesgo de que se crucen personas o animales en nuestra trayectoria.
La idea es «desestresar» al conductor, y permitir un movimiento más eficiente de la caravana de coches. De hecho, algunos estudios al respecto afirman que cuando el 25% de los vehículos estén equipados con sistemas de seguimiento autónomo del tráfico, como el proyecto Sartre de Volvo, recientemente probado en Barcelona) los tiempos de viaje se podrán reducir en un 37,5% , y los retrasos en un 20%. Esto llevará asociada una reducción en el consumo de combustible… y en contaminación. De hecho, estudios realizados en Estados Unidos demostraron que viajando más despacio se viajaba más rápido.
A pesar de que algunas de las tecnologías que soportan el Traffic Jam Assist ya existen y están disponibles en algunos modelos de Ford (como la función Active Park Assist, que te ayuda a aparcar sin que preocuparte por rozar tu coche, o aparcar de oído y con el que Ford realizó una espectacular acción de marketing en París), aún falta un tiempo hasta que puedas disfrutar de este chófer antiatascos . Concretamente, se espera que salga al mercado entre el año 2017 y 2025 (un poco decepcionante para algunos que pensábamos que para entonces los coches ya volarían). Este es el vídeo que muestra su funcionamiento.
Aunque tarde en llegar, será una tecnología muy bien recibida por todos los ahorros que conlleva, y en especial si ello supone una disminución en el número de accidentes que a menudo ocurren en los atascos por tanto frenazo inesperado.