Todos los fabricantes se verán obligados a abandonar la combustión de forma paulatina. Los generalistas de gran volumen primero, pero las pequeñas marcas más exclusivas también tendrán que adoptar la electrificación tarde o temprano. Hay algunos que están entre medias, teniendo ya lo mejor de los dos mundos y buscando alargar al máximo la vida de los motores térmicos. En cierta marca de Stuttgart ya se ha dicho que el Porsche 911 será el último que mantenga esa tecnología y tiene toda la lógica del mundo.
El nueveonce es el producto más destacado que tienen y también uno de los deportivos con más solera del mercado actual. Desde su lanzamiento en 1964 han conseguido mantener su filosofía prácticamente intacta, con motores bóxer en posición trasera y un comportamiento dinámico exquisito. Aunque no se cierran a electrificar a su estrella, Porsche afirma que será el último en caer, pero no ponen una fecha tope. No será demasiado alejada si tenemos en cuenta que quieren que los eléctricos representen el 80 % de sus ventas para 2030.
Porsche es uno de los máximos exponentes de los combustibles sinténticos, con los que se quiere alargar la vida de las mecánicas de combustión y evitar su prohibición en Europa para 2035. Sin embargo, no es una solución definitiva y con el tiempo tendremos que ver un 911 totalmente eléctrico. Eso será después de que llegue otros como el ya confirmado Macan eléctrico, seguido de la familia de los 718 y del popular Cayenne. Se hará la excepción con un modelo que a día de hoy representa el 13 % de sus ventas.
Lo cierto es que Porsche no es el único interesado en alargar la combustión lo máximo posible. Otros como Ferrari también creen que la electrificación estará presente en el 80 % de los modelos que vendan para 2030, pero el resto quiere que sobreviva de manera muy digna. De ahí la apuesta por los combustibles sintéticos, que han sido criticados por su elevado coste. Fabricantes pequeños como Morgan, que produce apenas 600 coches al año, tienen en ciernes algún modelo eléctrico, pero el grosso de su negocio peligra si se acaba por completo con los motores térmicos.
Fuente: Reuters