Los que crecimos en los años 80 recordamos a un Tom Cruise casi imberbe en la película que lo lanzó al estrellato, Risky Business, un film de 1983 en el que se convertía de la noche a la mañana en un empresario de éxito, aprovechando un viaje de sus padres.
El coche que conducía en la película era un Porsche 928 de 1979, que se subasta ahora. El vehículo es una de las tres unidades utilizadas en escenas de conducción en la película de Warner Bros que lanzó la carrera de Cruise. El productor Jon Avnet ha dicho que Cruise aprendió a utilizar el cambio de marchas precisamente en el 928, ya que estaba equipado con una transmisión manual de cinco velocidades.
Para los que hayan visto la película, el 928 era la fuente de varias escenas memorables. Nos encanta esta. Después de una escena de persecución donde Cruise en su 928 escapa del alcance del malo, que va en un Cadillac DeVille Sedan, Cruise aparca al lado de la acera, se acerca a la actriz protagonista de Rebecca de Mornay y le dice: «Porsche. No hay sustituto»:
Más tarde, después de que el coche de lujo fuese rescatado del lago Michigan (la cuarta unidad utilizada), el gerente del concesionario Porsche al que acuden a repararlo le dice otra frase genial a Cruise y sus amigos: «¿Quién es el comandante del submarino?»
La carrocería del coche original era de color verde, pero cuando llegó al rodaje la productora lo pintó de oro. Con número de chasis 9289201213, fue uno de los 2.275 Porsche 928 fabricados para EE.UU. en 1979.
Breve historia del Porsche 928
A finales de los años 60, los ejecutivos, entre ellos Ferry Porsche, comenzaron a considerar la incorporación de un nuevo modelo a la gama. La caída de las ventas del Porsche 911 obligó al director gerente Ernst Fuhrmann a iniciar un estudio de diseño en 1971 de un gran turismo de gama alta.
Se consideraron varios diseños, incluido el diseños con motor central o trasero. El primero no dejaba suficiente espacio en el habitáculo de pasajeros y un motor trasero dificultaba el control de emisiones y ruido. De ahí que se optase por un diseño con motor delantero y tracción trasera con transeje.
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El motor elegido fue un V8 de 4.5 litros, de un solo árbol de levas en cabeza, refrigerado por agua y montado en la parte delantera (código interno M28), con un sistema de inyección de combustible Bosch K-Jetronic. Combinado con la transmisión, eje y un diferencial en un conjunto integrado en la parte trasera, el nuevo Porsche 928 logró una distribución del peso casi 50/50. Tenía 240 CV de potencia, aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 230 km/h.
Esta combinación de cupé deportivo y sedán de lujo era técnicamente diferente al resto… y tenía derecho a verse diferente. Los faros abatibles y plegables tomados del Miura, pasos de rueda ensanchados y los flancos curvos llamaron la atención. Entre ellos, a los productores de Risky Business.
Por qué un Porsche 928 en Risky Business
«Auto das Jahrzehnts» o coche de la década, como se lo denominaba, el Porsche 928 estaba dirigido a un tipo diferente de personas. En 1983, justo antes de que Ferris Bueller viviese Todo en un día en el Ferrari del padre de Cameron, Paul Brickman, de Chicago, dirigía a un joven y desconocido actor del norte del estado de Nueva York llamado Tom Cruise en Risky Business.
Cruise interpretaba a un estudiante de último año de secundaria interpretado por Tom Cruise contratando los servicios de una prostituta. El otro protagonista de la película era este Porsche 928 dorado. ¿Por qué ese coche? Porque un GT de alta gama podía ser un vehículo de uso diario para un ciudadano de Chicago exitoso, más exótico que un Ferrari y menos «mundano» que un 911.
De los tres 9128 empleados en la conducción, sólo dos lo hicieron en la escena de persecución por el centro de Highland Park (Illinois) y esta unidad se utilizó para muchas de las tomas principales, incluida la última en la que Cruise miró directamente a la cámara y pronunció el famoso eslogan «Porsche, no hay sustituto». Fue también la unidad que grabaron los recursos, por lo que le llamaban el «coche de relleno» que usaron en el montaje uso para rellenar los huecos en las secuencias de conducción.
Tras su uso en la producción cinematográfica, fue devuelto a California, lo pintaron de blanco y pasó por varios propietarios de California antes de que lo redescubriera el documentalista Lewis Johnsen de Denver, Colorado. Lo compró sin verlo a mediados de la década de 2000 y documentó su búsqueda en la película The Quest for the RB928 (Risky Business 928).
El 928 llegó más tarde a una colección en la Costa Este, donde tuvo importante renovación estética y mecánica, de la que se guardan los recibos. Su actual propietario lo compró en 2021 en en la subasta de Barrett-Jackson celebrada en Houston (Texas), por un precio de 1.980.000 dólares, estuvo guardado en un garaje con climatización durante los últimos tres años. Hasta el 16 de agosto de 2024, en que fue subastado de nuevo por Bonhams, esperando alcanzar entre 1.400.000 y 1.800.000 dólares.
Fuente: Bomhams
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