La ofensiva eléctrica de Volkswagen va a ser ejemplar en los próximos años. Con la llegada de la plataforma MEB se establecen las bases para nada menos que 27 modelos del Grupo, con el objetivo de vender 10 millones de vehículos eléctricos con esta arquitectura. Tras la llegada del Volkswagen ID.3 para ocupar el segmento de los compactos, ahora es el turno del Volkswagen ID.4, el SUV eléctrico que quiere convertirse en un referente.
Aunque ya conocíamos prácticamente toda la información del Volkswagen ID.4, hasta ahora no habíamos podido conocerlo en persona. Tuvimos la oportunidad de verlo en estático, todavía no lo hemos conducido, pero sirvió para sacar las primeras conclusiones. Sobra decir que es un modelo de vital importancia, pues es el primer SUV 100 % eléctrico de la marca y solo hay que ver los imponentes números de ventas de estas carrocerías que están tan de moda.
Si tenemos que situarlo en algún lugar dentro de la gama actual de Volkswagen podría ser entre el Tiguan y el Tiguan Allspace. De hecho, tiene la misma batalla que éste último: 2.766 mm. Se trata de un crossover con 4.584 mm de longitud, 1.852 mm de anchura y 1.612 mm de altura. Por fuera da la sensación de ser incluso más grande, aunque es posible que se deba a las llantas de 20 pulgadas que llevaba (hasta 21 pulgadas opcionalmente). A pesar de estas dimensiones, presenta un radio de giro de apenas 9,8 metros, lo mismo que el pequeño T-Cross.
Estéticamente he de reconocer que el Volkswagen ID.4 gana en directo. En las imágenes había algunas formas y proporciones que no terminaban de convencer, pero en persona luce más atractivo. Destacan algunos elementos como los faros LED unidos por una tira iluminada que surca la parte central o esa ausencia de parrilla como tal debido a que no necesita tanta refrigeración. Además de esas generosas llantas, en el lateral llaman la atención los tiradores de las puertas enrasados en la carrocería. Gracias a ellos y a otros aspectos consigue un coeficiente aerodinámico de 0,28 Cx.
La zaga es igual de llamativa y destaca por una cadera alta que desemboca en ese característico pilar C. Los pilotos traseros LED también van unidos por el centro y el paragolpes presenta unas formas más enrevesadas en la parte inferior. Pasan prácticamente desapercibidas unas pequeñas barras sobre el techo, que puede ir en contraste para conseguir la carrocería bitono. La verdad es que no se nos pasaría por la cabeza sacarlo fuera del asfalto, pero el ID.4 cuenta con una buena altura libre al suelo de 21 cm.
Aunque creo que lo que más me sorprendió del SUV eléctrico de Volkswagen fue su interior. No lo digo por su diseño o tecnología, al fin y al cabo todo es clavado a lo visto en el Volkswagen ID.3. Eso es una buena noticia, pues mantiene la pantalla de 12 pulgadas como epicentro del sistema multimedia y hace que desaparezcan prácticamente los botones físicos. La instrumentación también es digital, puede llevar un Head-Up Display con realidad aumentada y tiene ese llamativo mando para seleccionar la marcha.
Aunque estamos ante unidades de pre-serie, la tecnología parece accesible y fácil de utilizar. Sí que es cierto que todo se concentra en pantallas y que eso suele requerir desviar la atención de la carretera, pero los menús son bastante intuitivos. También llama la atención la calidad de los acabados y algunos materiales como la tapicería mixta. Hubiésemos agradecido que no usaran el «negro piano» en algunos zonas como la consola central.
Pero la sorpresa que nos llevamos en el interior viene por el generoso espacio que ofrece a sus ocupantes. Volkswagen los bautiza como «Open Space», pues es un espacio abierto que ofrece unos asientos delanteros con certificación AGR que son muy confortable. Y donde nos termina de ganar es en las plazas traseras, muy amplias por su espacio para piernas y cabeza, y con la ventaja adicional de tener un suelo completamente plano, sin túnel de transmisión.
El maletero del modelo también parece generoso gracias a sus 543 litros, que pueden llegar a ser 1.575 litros abatiendo la segunda fila de asientos. Es curioso que tenga esa capacidad si tenemos en cuenta que el motor eléctrico va en posición trasera y que mueve ese eje exclusivamente (todos los ID.4 excepto el GTX son de propulsión). Aunque claro, ya adelantamos que este bloque destacaba por su tamaño tan reducido que le permitía caber en una bolsa de deporte.
Y ahí es donde empieza la compleja gama del Volkswagen ID.4, uno de los puntos que más le costará asimilar al usuario. Porque este ejemplar se ofrece con dos tamaños de batería y con hasta cinco niveles de potencia. El ID.4 Pure es el que lleva la batería de 52 kWh y que ofrece una autonomía de hasta 340 kilómetros. Estará disponible en una versión de acceso con 149 CV (109 kW) y con el Pure Performance que eleva la potencia hasta los 170 CV (125 kW).
Por otro lado, están los ID.4 Pro con la batería de 77 kWh y hasta 520 kilómetros de autonomía. También se ofrece con dos niveles de potencia, 174 CV (128 kW) para el normal y hasta 204 CV (150 kW) para el Pro Performance. Más adelante llegará la única versión con tracción total, el Volkswagen ID.4 GTX, que suma un segundo motor eléctrico en posición delantera para mover ese eje y conseguir una potencia combinada de 306 CV (225 kW). Sobra decir que irá con la batería grande como los Pro.
La complejidad se acentúa a la hora de elegir equipamiento. Están disponibles los acabados Pure Performance, City y Style para el de batería pequeña. Con la batería de mayor capacidad están el Pro Performance, Life, Business y Max. Con motivo de su llegada también están las ediciones especiales de lanzamiento 1st y 1st Max. Como decimos, hay que estudiarse bien los elementos en cada uno y las necesidades del usuario para tomar una buena decisión.
Sin que todavía hayan llegado todas las versiones del Volkswagen ID.4 (sólo están los Performance, habrá que esperar para los Pure y Pro «a secas») se anuncia un precio de partida de 38.085 euros. Esta tarifa no incluye ningún tipo de campaña, descuento ni ayudas a la compra como el plan MOVES; la marca calcula que con todo ello se podrá bajar de 30.000 euros. En el otro lado de la balanza, hay que decir que el ID.4 Pro Performance más equipado tiene un PVP de 55.145 euros, aunque lleva todo lo que puede llevar este modelo.
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