Las berlinas están de capa caída hoy en día. Los SUV lo inundan todo y se llevan las ventas, pero eso no quiere decir que sean la mejor opción. A nosotros nos gusta mirar atrás en el tiempo a aquella época en la que los sedanes eran los protagonistas y, de hecho, creemos que todavía pueden ser muy aprovechables en la actualidad. El BMW Serie 5 nos lleva intentando convencer de ello desde la década de los 70 cuando salió por primera vez al mercado, aunque todo ha cambiado desde entonces.
Este tres volúmenes que ponemos a prueba esta semana es uno de los modelos más longevos de la marca alemana y cuenta ya con siete generaciones a sus espaldas. A nivel mundial lleva vendidas alrededor de 8 millones de unidades, un número que seguirá aumentando con este lavado de cara que acaba de salir al mercado. Con estos datos queda claro que es una de las vacas sagradas del segmento, aunque todavía tiene duros rivales como el Audi A6 o el Mercedes Clase E enfrente, ¿será capaz de superarlos? Acompáñanos para comprobarlo.
Exterior
Comenzamos hablando del diseño del BMW Serie 5 y hay buenas noticias visto lo visto. El Serie 4 levantó mucha polémica con esa parrilla con disposición vertical. La marca ha sido más conservadora con este modelo y ha decidido mantener una parrilla de doble riñón con unas dimensiones generosas, pero todavía con un enfoque horizontal un poco más tradicional. Cuenta con el marco de una sola pieza y queda integrada justo entre unos faros rediseñados que son más estrechos. En esta unidad tienen ese borde azul que acredita que cuentan con la iluminación láser, una tecnología que llega a este modelo por primera vez.
Nuestra unidad de pruebas lleva el paquete M Sport y eso hace que cuente con unos paragolpes más prominentes y tomas de aire de mayor tamaño. También contamos con algunos elementos en negro haciendo contraste como es la propia parrilla, los marcos de las tomas de aire o estos embellecedores laterales. En ese mismo tono aparecen unas llantas de 19 pulgadas que le dan un toque deportivo al conjunto. A pesar de todo, el BMW Serie 5 mantiene esa silueta de berlina tan reconocible y con los tres volúmenes tan marcados.
Cuando pasamos a la zona trasera vemos que gana horizontalidad respecto al modelo antes de la actualización. El techo desemboca en una tapa del maletero bastante marcada, con una forma que recuerda a un spoiler. Aunque en esta vista la principal novedad son los pilotos traseros tridimensionales con un marco negro, que integran la luz de freno en un módulo separado consiguiendo un aspecto llamativo. En la parte baja el paragolpes se ensancha y recibe una especie de difusor que integra dos salidas de escape trapezoidales.
El BMW Serie 5 se encuadra en el segmento de las berlinas grandes, siendo uno de los principales representantes. El aumento en dimensiones ha sido ejemplar con el paso de los años y ahora está más cerca del Serie 7 que nunca. Tiene una longitud de 4.963 mm, una anchura de 1.868 mm y una altura de 1.479 mm; un crecimiento moderado respecto a su antecesor. La distancia entre ejes de este ejemplar se queda en 2.975 mm.
Interior
Cuando entramos al interior del BMW Serie 5 es fácil darse cuenta de su alto nivel. Los coches de este segmento ya tienen que mostrar un estatus elevado, pero el de la marca alemana se lleva la palma y superará a sus rivales principales. Es cierto que en los Audi y Mercedes podrían parecer más tecnológicos por el número de pantallas y su diseño futurista, pero en el BMW terminamos dándonos cuenta que es más práctico y resta menos atención de la conducción. De hecho, ha mejorado mucho en este apartado y mantiene la facilidad de uso.
Recibe el sistema operativo 7.0 de BMW y todo el infoentretenimiento se centra en esta enorme pantalla de 12,3 pulgadas que sobresale en el salpicadero. Es táctil, con unos controles muy precisos y unos menús muy intuitivos. Pero la parte positiva es que también tenemos un mando físico iDrive en la consola central para controlar esta pantalla. Gracias a una ruleta y a botones de acceso directo nos será más fácil realizar algunas funciones durante la marca. Estrena un control por voz que es más avanzado y que reconoce comandos más complejos.
Y, por si fuera poco, este BMW Serie 5 cuenta con control gestual. Esto quiere decir que bastará con mover la mano en el aire justo delante de la pantalla para llevar a cabo algunos comandos sencillos. Haciendo círculos a un lado o a otro podemos subir el volumen y moviendo la mano pasaremos de canción, aunque hay muchos más ejemplos. Justo por debajo tenemos acceso a los controles de la climatización, que son analógicos y más fáciles de manejar que en sus rivales.
Al conductor lo primero que le queda a mano es un volante multifunción sobresaliente, con un grosor y tacto muy destacados, desde el que además podemos controlar la instrumentación. Es totalmente digital, con una pantalla de generosas dimensiones. No nos termina de convencer que haya perdido las esferas tradicionales. Ahora visualizamos la velocidad y las revoluciones de un modo distinto que no es tan claro como antes. Por suerte, podemos elegir la información que ver y también complementar con el Head-Up Display de gran tamaño que equipa esta unidad de pruebas.
Berlina grande y de marca premium, estaba claro que la calidad iba a ser buena. Sin embargo, no pensábamos que este BMW Serie 5 fuera a ser tan destacado. Miremos donde miremos son todo buenos acabados, de esos que dan la sensación de que van a envejecer bien y que no perderán empaque con el paso de los kilómetros. Hay materiales nobles como la tapicería de cuero que envuelve asientos, salpicadero y parte de las puertas; mientras que también destacan otras molduras como la del salpicadero y la consola central. Hay algunos plásticos, sí, pero quedan disimulados y tienen buen tacto.
Llegados a este punto es obligatorio mencionar la habitabilidad que hemos encontrado en este BMW Serie 5. Las plazas delanteras son amplias y holgadas en todas las direcciones, destacando un buen espacio libre al techo. Además, contamos con unos asientos Confort, que como su propio nombre indica nos dan un extra de comodidad. Tienen reglajes eléctricos con función memoria y también son calefactados. La columna de la dirección también es eléctrica, por lo que encontraremos la posición ideal de conducción fácilmente.
Pasamos a las plazas traseras de esta berlina grande y nos quedamos bastante sorprendidos. El acceso es bastante cómodo gracias a la generosa apertura de las puertas y una vez dentro encontramos un espacio notable. Como podéis ver, el hueco que hay para las piernas es brutal, cierto que yo apenas mido 1,70 metros, pero hasta los usuarios de 1,90 podrían entrar aquí. El espacio para la cabeza tampoco está mal y la anchura es suficiente.
Es cierto que la plaza central es más estrecha, carece de forma y tiene un prominente túnel de transmisión; así que mejor viajar cinco en ocasiones esporádicas. Aquí detrás encontramos unas salidas de aire y un mando para ajustarlo, ya que es un climatizador de cuatro zonas. También hay una consola central que sale de la quinta plaza.
Maletero
Los maleteros de la mayoría de modelos de este segmento están a la altura y el del BMW Serie 5 no podía ser menos. En este caso, tenemos 530 litros de capacidad, un valor similar al de sus principales rivales. Cuenta con unas formas muy regulares y aprovechables con gancho y redes para fijar la carga en esta superficie. La principal pega es la que tienen todas las berlinas, que al contar con portón y no con una puerta completa que se eleve con la luna, la boca de carga es más estrecha y nos costará llegar al fondo del maletero. Quienes vean esencial ese aspecto siempre tendrán al Serie 5 Gran Turismo.
Por otro lado, decir que en este BMW no hay un hueco bajo el piso. Ahí debajo encontramos la batería de 12V y el kit antipinchazos, no tenemos tampoco espacio para una rueda de repuesto. Para sacar todo el partido de este maletero podemos abatir la segunda fila de asientos en tres partes (40:20:40), algo que se hace desde aquí mediante estas palancas. De esta forma nos quedará una superficie plana y una capacidad superior. Para terminar con el maletero hay que añadir que el portón es eléctrico y se puede abrir y cerrar pasando el pie por debajo.
Equipamiento
Otro de los aspectos que tenemos que destacar del BMW Serie 5 es su equipamiento, que se puede completar hasta límites insospechados. De serie la dotación es bastante completa, pero seguro que muchos clientes que buscan este tipo de coche prefieren empezar por un escalón superior. Están por un lado, el paquete M Sport, con un carácter más deportivo (es el que lleva nuestra unidad de pruebas) y, por el otro lado, la línea Luxury, con un enfoque más lujoso.
Del mismo modo, cada uno de los acabados también se pueden seguir completando gracias a la extensa lista de equipamiento opcional. Algunas opciones interesantes se engloban alrededor de paquetes. El paquete Comfort para mejorar la comodidad, el Safety para completar las ayudas a la conducción o el Innovation para sumar tecnología son los más interesantes. También se pueden ir añadiendo muchos elementos de forma individual en función a las necesidades.
Al igual que mencionamos algo exclusivo como son los faros con tecnología láser, también hay que mostrar la BMW Display Key. Con esta llave con pantalla táctil que parece un smartphone se pueden realizar varias funciones. Podemos comprobar el estado del vehículo, si está abierto/cerrado, con las luces apagadas/encendidas o la autonomía que tenemos. También hay una función muy llamativa que sirve para salir de una plaza de aparcamiento estrecha. Desde fuera del vehículo podemos arrancarlo y sacarlo manteniendo pulsados estos botones.
Motor
La gama mecánica es otro de los puntos destacados de este BMW Serie 5. Decimos esto porque hay muchísimas opciones en todos los combustibles, teniendo tres diésel, cuatro gasolina y tres híbridos enchufables. Los de combustión tradicionales se han sumado a la electrificación al montar el sistema Mild Hybrid de 48V que les hace ser más eficientes y ganarse la etiqueta ECO de la DGT. Llama la atención que este modelo ha perdido las cajas manuales, solamente se ofrece con la automática Steptronic de ocho velocidades.
Vamos a intentar recordar todos sin liarnos, que no es tarea sencilla. Por la parte del diésel están disponibles el 520d con cuatro cilindros y 190 CV, y luego ya con seis cilindros los 530d con 286 CV y 540d con 340 CV. Por la parte de la gasolina aparecen con cuatro cilindros el 520i de 184 CV y el 530i de 252 CV. Ya con seis cilindros está el 540i con 333 CV y con el V8 está el M550i de 530 CV. Mención aparte para los M5 que van desde los 600 CV, hasta los 625 del Competition y 635 del CS, el BMW M más potente de la historia.
En este modelo también hay tres híbridos enchufables, con motor principal de cuatro cilindros están el 520e con 204 CVy el 530e con 292 CV, pero con seis cilindros aparece el 545e con 394 CV. Y tras mencionar esta gama de motores tan completa decir que nuestra unidad de pruebas es un BMW 520d con su cuatro cilindros de 2.0 litros que tiene 190 CV y 400 Nm de par. Va ligado a la transmisión Steptronic de ocho velocidades y de serie es de propulsión, aunque también se puede escoger con la tracción total xDrive de la marca.
Comportamiento
La primera sensación que nos viene a la cabeza cuando conducimos este 520d es el confort extremo que nos llega a todos y cada uno de los sentidos. Con el oído podemos notar que apenas se filtran ruidos del exterior, ni del motor ni aerodinámicos, dejando claro el buen trabajo de insonorización que se ha llevado a cabo en la berlina. Pero la cosa no se queda en la experiencia puramente auditiva. El Serie 5 también nos ofrece un tacto de lo más refinado.
En este coche parece que todo ha sido concebido para realizar viajes largos con total comodidad. Se me ocurren pocos coches mejores para cruzar la península sin que la fatiga aparezca, bueno eso cuando se pase esta situación y se pueda. Este 520d es un coche perfecto para poner una velocidad de crucero elevada y disfrutar. Además, contamos con un buen numero de ayudas a la conducción para que nos vayan asistiendo y no suframos ningún percance.
El motor de cuatro cilindros y 2.0 litros también parece estar hecho para este cometido. Es la definición ejemplar de un diésel, con un refinamiento correcto y su característica contundencia en bajos. Se notan mucho los 400 Nm de par cuando aceleramos, pues presenta unas recuperaciones muy destacadas que nos ayudarán en adelantamiento e incorporaciones. Por potencia, a pesar de ser el de acceso a la gama diésel, lo consideramos suficiente para la mayoría de situaciones.
Y la gran ventaja que tendrá este de 190 CV frente a otros será su bajo consumo. Tras una semana a sus mandos marcamos una media de 6,5 litros. Nos hemos dado cuenta de que es fácil ir bajando esa cifra su acumulamos kilómetros en autopista y autovía a velocidades legales. Solo al entrar en ciudad podremos ver como el consumo aumenta. Destacar que este 520d con el depósito lleno consigue una autonomía superior a 800 kilómetros.
Ya dijimos que la transmisión automática Steptronic de ocho velocidades era la única opción ahora que no hay cambios manuales en la gama. No es una mala noticia, pues es una caja de convertidor de par que destaca por su enorme suavidad, otro punto del coche que busca potenciar el confort. Aunque es cierto que a veces nos ha parecido un poco lenta de reacciones, que le cuesta reducir cuando pisamos a fondo. Por suerte, tenemos las levas en el volante para adaptar su comportamiento.
Para esa finalidad también aparecen los modos de conducción habituales en la marca. Podemos elegir entre Eco Pro, Comfort, Sport e Individual. Hay ciertas diferencias en aspectos como la respuesta del cambio, la del acelerador o la de la dirección. Destaca ese modo vela en el programa económico y una respuesta más afilada en el más dinámico. Aunque en ningún momento podemos llamar deportivo a este Serie 5, al menos en la versión 520d.
Destaca por su comportamiento fluido y noble, incluso en los tramos de curvas se va a comportar de manera ejemplar, pero, al fin y al cabo, estamos ante una berlina grande con el diésel de acceso. Lo que más se va a notar son sus 1.750 kg de peso, que lo hacen un coche con mucho aplomo, pero poco ágil en algunas situaciones.
Por suerte, siempre nos puede ayudar la suspensión, pues tenemos tres opciones. La de serie podría resultar algo blanda, con el acabado M Sport viene una que reduce la altura de la carrocería y aporta un poco de rigidez, mientras que hay una suspensión adaptativa que consigue sacar un mayor partido al coche gracias a sus amortiguadores de dureza variable.
Opinión coches.com
El BMW Serie 5 es uno de los pesos pesados en el segmento de las berlinas, un modelo que lleva dando de qué hablar casi cuatro décadas y que parece que lo seguirá haciendo. Con esta actualización está cada vez más cerca de su hermano mayor, el Serie 7, por muchos aspectos. Por suerte, en el estético ha mantenido las líneas y no tenemos una parrilla nada exagerada. Es por dentro donde más se nota, pues destaca por su avanzada tecnología y por una calidad muy por encima de la media, dejando atrás a algunos rivales directos.
Además, hay que decir que en su versión diésel de acceso, 520d, tiene un comportamiento dinámico sobresaliente. Se nota que es un coche para realizar muchos kilómetros con total comodidad, destacando principalmente su refinamiento durante la marcha. Tiene un precio de partida de 56.750 euros, curiosamente lo mismo que la variante de gasolina 520i, aunque es cierto que para tener una unidad como esta cargada de extras habría que desembolsar algo más de 70.000 euros.
- Tecnología y calidad interior
- Gama mecánica muy extensa
- Comportamiento dinámico
- Plaza central trasera
- Algunos extras deberían ser de serie
- Precio final
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