Mazda CX-5 e-Skyactiv-G, a prueba: etiqueta ECO al estilo Mazda

Hoy conocermos al Mazda CX-5 2023. Se trata de un SUV apto para una familia que ya cuenta con la etiqueta ECO en sus versiones de gasolina. Si buscas un todocamino de este tipo y quieres gastarte unos 30.000 euros, puede que hayas mirado modelos como el Kia Sportage o el Nissan Qashqai. El Mazda CX-5 tiene como ellos orígenes asiáticos, pero un enfoque muy diferente. En este vídeo vamos a contarte por qué.

El SUV más vendido de la marca japonesa se modernizó en 2023 para obtener la etiqueta ECO.pero sigue fiel a su esencia. En la anterior prueba del CX-5 2022, decíamos que era de los pocos sin electificación. Ahora la tiene para ganar ese distintivo medioambiental. Pero sin cambiar su idiosincrasia. Busca ser más eficiente y limpio, pero se mantiene diferente. Porque sigue siendo un coche atmosférico y con cambio manual (en la versión probada)

Después de una semana conduciéndolo hay muchas cosas que me han gustado del Mazda CX-5. Destacaría su interior muy cuidado, que destaca por su buena ergonomía, el refinamiento del motor –muy porgresivo– y, sobre todo, el tacto del cambio manual.

Está disponible en estos momentos por un precio de 32.300 euros con el motor de gasolina de acceso de 165 CV que estamos probando en estos momentos. Se trata del precio recomendado por la marca, puedes encontrar ofertas del Mazda CX-5 en nuestra sección de coches nuevos, publicadas por concesionarios oficiales de la marca. Recuerda que la cantidad puede ser algo menor si necesitas financiar el coche. Hora de conocer más a fondo a este Mazda CX-5.

No es oro todo lo que reluce y el Mazda CX-5 no es perfecto o, mejor dicho, no es para todos los públicos. Si quieres saber si es para ti, lo mejor es que leas esta prueba… o veas este vídeo:

Exterior

El Mazda CX-5 se lanzó originalmente en 2012. Fue el modelo que estrenó el diseño Kodo y demostró que un todocamino puede tener unos rasgos bastante dinámicos. Desde entonces se han vendido más de tres millones de unidades. Desde entonces ha habido varias puestas al día, unas centradas en diseño, otras en lo tecnológico y otras en el apartado mecánico.

La verdad es que el Mazda CX-5 2023 cambia poco respecto al 2022. Conserva ese agresivo diseño de la parrilla, con un tramado que ha ganado profundidad. Si hace un año te decíamos que el acento en rojo identifica la versión de enfoque deportivo Homura, hoy te contamos que el verde identifica al acabado Newground, que persigue conquistar a los clientes más aventurero.

Esta parrilla se apoya en la “ala” cromada que une a los faros, que han ido afilándose con el paso de los años, con un doble acento para la luz diurna. En los acabados más completos tienen tecnología Smart Full LED. Hay una segunda toma de aire inferior, que se apoya en protección plástica con una protección que imita al acero.

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El lateral mantiene la silueta con el capó alargada y aquí no hay negro brillante en los bajos y pasos de rueda, sino el habitual plástico negro de los todocamino, más sufrido. Llantas de 17 pulgadas en el acabado básico, de 19 en este acabado, con neumáticos en dimensiones 225/55 R19. Hay 200 mm de altura libre al suelo, lo que uno espera de un SUV. No faltan los juegos de sombras y luces en las chapas laterales, tan habituales en la firma, y este es el color Zircon Sand metalizado. Poco habitual, la verdad, pero hay diez entre los que elegir.

El Mazda CX-5 mide 4.575 mm de longitud, se encuentra en la gama entre el Mazda CX-30 (4.395 mm) y el Mazda CX-60 (4.745 mm). Es una especie de SUV compacto con tamaño suficiente para una familia. Si lo comparamos con algunos de sus rivales más directos, vemos que todos andan cerca de los cuatro metros y medio, pero el CX-5 es hasta 13 cm más grande que un Nissan Qashqai.

De su longitud total, 2.700 mm corresponden a su distancia entre ejes. Otras cotas son sus 1.845 mm de ancho y los 1.685 mm de alto.

En la zaga nos encontramos con unos pilotos que copian el diseño de las luces diurnas delanteras, divididos por el portón. Sobre la luna trasera hay un alerón que integra la tercera luz de freno y aletines laterales en negro. Ya en la parte baja, el paragolpes en tonos plata tiene dos salidas de escape reales, que nos indican que esta es una unidad de gasolina, porque los diésel tiene solo una.

Interior

Por fuera el Mazda CX-5 ha ido cambiando y refinando aspectos y por dentro, lo mismo. Cada vez se han mejorados ligeros aspectos para que la base inicial, que ya era buena, gane enteros.

Tenemos una posición de conducción muy de SUV, muy distinta, por cierto, a la del Mazda CX-30, que se nota que es un compacto algo más alto. EN el CX-5 vas más erguido y con unos asientos con un mullido fabuloso.

En el acabado Newground la tapicería es de símil cuero, con un patrón hexagonal y costuras en verde lima. La calidad de realización de todo el habitáculo, desde materiales empleados en el salpicadero a los ajustes es muy superior a la de otros rivales generalistas, sobre todo en los acabados tope de gama. En los básicos verás más plásticos duros.

Algo que destacaría del puesto de conducción es que el conductor, es el auténtico punto de partida del diseño en Mazda. Y lo vemos en las novedades. En el volante se han mejorado los botones –físicos–, para que queden al alcance de la mano. Y unque parezca el mismo volante, porque el diámetro es igual, ahora el aro es algo más estrecho y se ha cambiado la zona para los pulgares.

Detrás del volante tenemos un cuadro de instrumentos clásico. No es tan vistoso como los digitales que ofrecen la mayoría de alternativas, pero se ha trabajado para que la información se vea de manera más clara y tienes todos los datos clave de un vistazo.

En el centro del salpicadero, la nueva pantalla táctil, que estrena Apple CarPlay y Android Auto de manera inalámbrica, tiene un sistema de menús sencillo e intuitivo… y cuenta con una fabulosa cámara de visión posterior y cenital. Es de 10,25 pulgadas, un tamaño que la sitúa entre las mejores de sus rivales directos, si bien al ser más apaisada condiciona algo la visión de los mapas.

Mazda conservó los mandos físicos para el climatizador, si bien quedan en una posición algo más baja. Y si bien la pantalla es táctil, no podrás usarla en marcha. Para manejarla durante la conducción has de usar un mando giratorio en la consola. Hay también botones para acceder directamente a los menús principales y una ruleta para el volumen. Genial para el conductor… algo menos para el acompañante, salvo que sea zurdo.

Ante la palanca del cambio tenemos una superficie con carga inalámbrica para el móvil. Tras ella, un par de reposabebidas y un cofre bastante profundo con conexiones USB-C. Lo cubre el reposabrazos, que podía deslizarse hacia delante porque a alguno conductores –entre los que me incluyo–, les puede quedar algo retrasado.

Las plazas traseras laterales son buenísimas, con dos butacas muy confortables, casi al nivel de las delanteras. En la unidad de pruebas son hasta calefactadas.  Lástima que la central no sea tan cómoda, ya que la banqueta es mucho más corta y además el túnel de transmisión –el CX-5 ofrece versiones con tracción total–, roba espacio. Tenemos, eso sí,  salidas de aireadores al final de la consola.

El espacio para las piernas y para la cabeza es correcto para adultos de hasta 1,85 metros y en anchura está en la media del segmento. Otra incomodidad para quien deba ocupar el asiento central trasero es que el mullido de su respaldo no es tan confortable. Ahí se oculta un reposabrazos con reposabebidas y un pequeño donde dejar el móvil mientras se carga con el par de tomas USB.

Maletero

Si hablamos del espacio de carga, anuncia 522 litros de capacidad, un poco más que si lo eliges con motor diésel, por cierto (se queda en 510). Me gusta que la cortinilla se abra con el portón, que es un detalle interesante y que la luz esté integrada en ese portón, porque así no la tapas con nada cuando el maletero está muy cargado. Un pero, los 760 mm a los que queda la boca de carga, que obligarán a hacer más esfuerzo si subes bultos grandes. O a elegir el Mazda 6 Wagon.

Es una cifra algo justa para su tamaño, similar a la del Peugeot 3008 que es un coche algo más corto. El Kia Sportage mild hybrid está bastante más por delante.

Por cierto, la puesta al día afectó al maletero. Ahora las dos secciones que conforman el piso pueden colocarse a dos alturas por separado. En el caso del acabado Newground, el panel del piso de carga es reversible, con un recubrimiento impermeable en la parte inferior. Bajo el suelo encontramos un hueco bastante generoso y en este acabado es resistente al agua y a los arañazos.

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Hay también huecos en los laterales, una toma de 12 voltios e incluso una cinta para fijar objetos pequeños. Si necesitas cargar objetos grandes es posible abatir los respaldos de los asientos traseros, con unas palancas en los laterales. Se encuentran divididos en tres partes, en proporción 40:20:40, y hac iéndolo consigues un espacio totalmente plano de 1.638 litros de capacidad.

Motor

Puedes elegir el Mazda CX-5 con motor diésel. Es un bloque 2.2 SkyActiv-D, con dos niveles de potencia, 150 CV de potencia y 380 Nm de par, transmisión manual y la tracción delantera el básico. 184 CV y 445 Nm de par el más potente, con posibilidad de tener cambio automático y tracción total. Todos esos motores tienen turbo, un elemento mecánico conocido desde hace más de un siglo y presente en la gran mayoría de coches del mercado.

Parece que el turbo es un elemento que resulta práctico en los coches. De hecho la gran mayoría del mercado lo equipa. No es así en los Mazda CX-5 de gasolina. Hay dos versiones, el 2.0 e-SKYACTIV G con 165 CV de potencia y 213 Nm de par máximo, que puedes elegir con cambio manual o automático. El mismo que probamos hace meses pero que ahora cuenta con un sistema de 24V para regenerar la energía en las deceleraciones, mediante un motor eléctrico que asiste al motor principal.

Se trata de un bloque de cuatro cilindros, como todos los de sus rivales microhíbridos salvo el Peugeot 3008, que emplea uno de tres. Es el más potente y, con 1.998 cc de cilindrada, es también el de mayor cubicaje:

¿Qué prefieres tracción total? Entonces te toca elegir el 2.5 e-SKYACTIV G con 194 CV de potencia y 263 Nm de par máximo. También tiene etiqueta ECO pero si no vas a tener que ir por caminos complicados, elige este. En marcha te cuento por qué.

Comportamiento

En los año 90 el turbo se popularizó en España, de la mano de los coches turbodiésel. Sus ventajas eran claras, ya que se conseguían más prestaciones usando bloques más pequeños. Pero los coches sobrealimentados llegaron mucho antes. De hecho, el primer coche de calle con turbo llegó, curiosamente, de Estados Unidos, el paraíso de los motores de aspiración natural. Fue el Oldsmobile Jetfire Rocket quien consiguió, en 1962, fabricó un motor V8 de 3.5 litros en aleación ligera con un Turbo Garret.

Los motores turbo son sencillos de conducir a revoluciones bajas, porque ese aire extra que entra al motor ayuda a que responda. En los coches como este Mazda CX-5 hay que ayudarlo bajando marchas con el cambio porque no es hasta las 4.000 rpm que el coche comienza a empujar con ganas. Eso sí, el tacto del cambio es, sencillamente, fabuloso.

Debido a ello, el Mazda CX-5 no acelera tan rápido como uno espera. Realiza el 0 a 100 km/h en 10,7 segundos, una cifra alta si la comparamos con la de sus principales rivales. El Nissan Qashqai o el Kia Sportage la completan en un segundo menos:

También es algo perezoso recuperando, ya que tarda 7,2 segundos en pasar de 80 a 120 km/h.  Eso hace que no sea un coche muy pensado para arriesgar en adelantamientos… pero hay que tener en cuenta que es un coche para un uso familiar tranquilo. A la hora de subir pendientes, también tendrás que hacer uso del cambio de marchas para mantener la velocidad de crucero en un puerto.

Ojo, aunque hay una versión de gasolina más potente, si analizas diferencia de precio y prestaciones, creemos que es más interesante esta básica. Es un motor muy progresivo, con un confort de marcha superlativo. Mazda ha aumentado la rigidez de la carrocería con más adhesivo y cambiado muelles para que sea confortable en zonas bacheadas sin perder su característica agilidad (aunque es algo más pesado que su antecesor).

Y en cuanto a consumos, el sistema híbrido de Mazda se nota. Respecto del Mazda CX-5 2022 baja tres décimas y ahora homologa 6,5 l/100 km. Cifras muy similares a sus competidores con bloques de menor cilindrada. Solamente el Peugeot 3008 Hybrid gasta notablemente menos, pero con un motor menos potente:

He logrado los consumos homologados en una ruta mixta de secundarias y autovía a ritmos legales. Y lo bueno es que, en viaje a velocidades sostenidas más elevadas, no se dispara. Me he movido en 6,9 -7 l/100 km, una cifra correcta para un coche de este volumen y peso.

Opinión coches.com

Puede que muchos piensen que al CX-5 le pueden pesar los años. Lleva tiempo en el mercado, mientras sus rivales presumen de nuevas plataformas. Eso sí, se mantiene en forma, con actualizaciones continuas.

Podemos imaginarlo como si fuese un futbolista veterano que se curte en gimnasio para no desentonar ante compañeros más jóvenes.  Un día refina el exterior, otro los acabados interiores, otro la conectividad y ahora, llega ese toque de electrificación que le da la etiqueta ECO. Eso lo mantienen entre los titulares del segmento, aunque ojo, con el motor atmosférico y cambio manual no va a jugar en todos los equipos y muchos entrenadores ni lo sentarán en el banquillo. Traducido al lenguaje automovilístico: a algunos no les convencerá.

Hay cosas que debería mejorar. Tiene unas prestaciones discretas (pero suficientes para un uso familiar). Las plazas traseras son algo estrechas para tres y hay detalles que no gustarán a muchos, como que la pantalla multimedia sólo sea táctil en parado.

En cuanto a precios, son ajustados y la versión de partida es más económica que la de sus rivales si los vemos sin descuentos:

¿Qué pasará en el futuro? Pues estando entre el CX30 y el CX-60, es de esperar que llegue un CX-50. Existe en Estados Unidos, con un aire muy aventurero pero la marca se ha apresurado a señalar que no vendrá a Europa. En su lugar, el CX-80, un SUV de siete plazas. Pero algo debería traer a este segmento la marca, ¿no?

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