¿Cómo definiría al Skoda Octavia en una palabra? Honestidad. Un coche que ofrece mucho, por un precio ajustado. Buenas mecánicas, amplitud, practicidad… sin artificios.
Si has subido a un Octavia de las pasadas generaciones sin duda eso era así. En nuestra prueba del Skoda Octavia 2020 vimos que la actual generación iba un paso más allá. No sólo por incorporar la última tecnología de conectividad y seguridad (ya todos lo hacen), sino porque hay algunas concesiones al diseño, con toques pasionales sin renunciar a ser funcional.
En es enfoque pragmático entra en juego el Skoda Octavia iV, el primer híbrido enchufable de la historia de este sedán. La firma checa crea coches para ser disfrutados y eso implica poder usarlos en todos los ámbitos y escenarios. Con etiqueta Cero, para poder desplazarse por ciudad sin problemas ni emisiones. Y sin renunciar a viajes largos.
Hemos tenido un primer contacto con el Octavia IV durante una mañana, incluida una pequeña vuelta de su versión más prestacional el Octavia RS iV. Porque sí, la marca no renuncia, como hemos dicho, a un toque de emoción, incluso en estas versiones pensadas en las bajas emisiones. Así lo vivimos.
Exterior
Si tienes un superventas, a pesar de que estrene una tecnología revolucionaria, no puedes tocarlo mucho. Conserva las dimensiones del Octavia 2020, con 4.689 mm de longitud (19 mm más que el precedente). Es también algo más ancho (1,83 metros) y su altura se queda en los 1,47.
¿Cómo reconocer a esta versión? Pues en detalles como el logo iV colocado en el portón del maletero o la toma de carga situada en el paso de rueda delantero izquierdo. O etiqueta CERO de la DGT en el parabrisas. Y si eliges el RS iV, más de lo mismo (con sus detalles estéticos propios de las variantes de combustión tradicionales).
Por lo demás, es que puede escogerse con las mismas llantas (de serie esta versión ya cuenta con unas de 18 pulgadas) y es posible elegirlo con los mismos 13 colores de carrocería que si buscas un motor de combustión.
Interior
Uno de los interiores más interesantes por su habitabilidad es el del Octavia. De su segmento… e incluso mejor que en coches de segmentos superiores. Siempre ha sido una baza en la marca y no renuncia a ello.
Encontrarás un volante de nuevo diseño, de dos radios, y la pantalla táctil de 10 pulgadas de serie, junto al cuadro de instrumentos digital, que deja en los extremos laterales los indicadores de nivel de batería a la izquierda y depósito de combustible a la derecha. Son estas pantallas las que concentran la mayoría de funciones, ya que los botones físicos, como es tendencia, se limitan a accesos rápidos, en una zona inferior bajo la pantalla (no integradas en la misma).
Te remitimos al contacto con el Skoda Octavia para conocer las impresiones del espacio que es, como decíamos antes, muy notable. Delante gana bastante amplitud gracias a que esta versión cuenta con el pequeño mando selector del cambio o el freno de estacionamiento eléctrico. También ofrece los asientos Confort, todo un acierto.
Por lo demás, un salpicadero montado en diferentes niveles y detalles de diseño ya vistos, como los tiradores de las puertas. Lo mencionamos porque hasta ahora no era habitual encontrarnos detalles de este tipo en los Skoda. Sí prácticos y en ellos también incide esta versión.
Maletero
Uno de los grandes hándicaps de los híbridos enchufables es la gran merma del maletero. En el caso del Octavia iV, anuncia 450 litros de capacidad. Eso significa que las batería lo reducen en nada menos que 150 litros, que es bastante. Lo bueno, que el portón trasero lo hace muy accesible (es una solución que me encanta para los sedanes y las formas son bastante cúbicas.
También está disponible esta variante con la carrocería familiar, el Skoda Octavia Combi. En este caso el maletero también pierde 150 litros y se queda en 490. Sigue destacando entre los familiares híbridos enchufables.
Bajo el piso hay un hueco, en el que podemos colocar los dos tipos de cable que el coche trae de serie (de 2,3 kW/h para carga doméstica y 3,6 kW para carga pública). Es posible también abatir los respaldos de los asientos traseros. En caso de hacerlo contamos con 1.405 litros de capacidad en el sedán, cifra que aumenta hasta los 1.555 litros en el Combi.
Equipamiento
El nuevo Skoda Octavia iV está disponible en acabado Ambition y Style. Se prescinde del acabado Active de entrada disponible en el resto de la gama. El Ambition tiene un enfoque más familiar, con elementos como las llantas de aleación de 18 pulgadas, pilotos LED traseros, climatizador bizona, el sistema de infoentretenimiento Bolero con pantalla de 10 pulgadas y el cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas. También control de crucero adaptativo o el asistente de mantenimiento de carril. En promoción durante el lanzamiento, el portón trasero eléctrico y la cámara de visión posterior.
El Style, al que correspondía nuestra unidad, suma elementos como los faros LED Matrix, antiniebla LED, acceso y arranque sin llave, asistente de aparcamiento o el techo solar.
No está disponible el acabado aventurero Scout con esta tecnología, pero sí el RS iV, con detalles específicos como las llantas de aleación negras de 18 pulgadas de serie, paragolpes delantero y spoiler trasero, pinzas de freno en rojo… y en promoción las barras de techo negras.
¿Precios? Sin financiar el coche, el Skoda Octavia IV Ambition tiene un precio de 34.000 euros. Con un salto de 1.500 euros se pone en 35.500 y por 4.100 más (38.100 ya cuentas con el RS, más deportivo y potente). De todos modos, puedes encontrar las mejores ofertas del Skoda Octavia iV en nuestra sección de coches nuevos, publicadas por los concesionarios oficiales de la marca.
Motor
El Skoda Octavia IV comparte conjunto motopropulsor con modelos de SEAT, Volkswagen Audi y Cupra, que conocíamos de la prueba del Volkswagen Passat GTE, entre otros.
Se combina un bloque de gasolina 1.4 TSI de 156 CV con otro eléctrico de 115 CV (85 kW), que consiguen 204 CV de potencia total combinada y 350 Nm de par. En el caso que elijas el RS iV es exactamente el mismo sistema, pero gracias a una reprogramación de la centralita alcanza 245 CV y 400 Nm de par.
Las prestaciones son buenas, ya que anuncia 7,8 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado (el RS iV en 7,3), con una velocidad punta de 220 km/h (llega a 225 km/h en el más potente).
Como buen coche híbrido enchufable puede moverse en modo eléctrico. Homologa nada menos que 69 km en esta versión probada (3 km menos en la variante Combi y 5 menos en el RS iV sedán). Es una cifra interesante, que consigue gracias a la batería de 13 kWh de capacidad. Moviéndose en modo eléctrico la velocidad punta se limita a 140 km/h. Por cierte, está garantizado que conserva al menos un 70% de capacidad en 8 años o 160.00 km.
Es posible cargar la batería en un enchufe doméstico de 230 V. No pudimos comprobarlo, pero en 3 horas y 45 minutos cargarías del 0 al 80% y en 5 horas alcanzaría el 100%. Si empleas un wall box de 3,6 kW, el tiempo en recargar el 80 % se reduce a 2 horas 33 minutos y 3 horas 33 minutos para una carga completa.
Comportamiento
No era el día para establecer juicios de consumos eléctricos. Las temperaturas en Madrid y alrededores eran extremadamente bajas en el momento de realizar la prueba, con numerosos montones de hielo y nieve incluso en las arterias principales de la capital de España, tras la borrasca Filomena.
Estas condiciones tan poco habituales hacen que el consumo eléctrico observado en el ordenador de a bordo fuese alto, pero es que las bajas temperaturas afectas sobremanera en coches eléctricos e híbridos enchufables.
Por lo demás, podrían parecer pocos los 85 kW del motor eléctrico, pero la verdad es que mueve perfectamente y sin sobresaltos al Octavia iV tano en ciudad como en las vías de circunvalación a velocidades legales. Son precisamente esos entornos donde la conducción eléctrica no tiene rival. Sin emisiones y prácticamente sin ruidos, tan solo un ligero zumbido al iniciar la marcha tras una detención. Es un coche muy cómodo en ese sentido y para esos desplazamientos tan cotidianos, a lo que ayudan los buenos butacones delanteros.
Lo bueno del sistema de hibridación del grupo Volkswagen (y de otros fabricantes) es que si en algún momento demandas más potencia, la tienes. Un adelantamiento, una incorporación… el motor de gasolina y sus 156 CV de potencia llegan a tu rescate sin tener que hacer nada más que pisar el acelerador.
Es posible elegir entre diferentes modos de conducción. En ciudad compensa activar el E-Mode, que prioriza moverse sólo con el motor eléctrico. Por defecto se activa el Hybrid Auto, que autoregula el porcentaje de carga de la batería. Si, por el contrario, activas el modo Hybrid, puedes regular la cantidad de energía que quieres conservar. Cambias de modo desde un botón físico… salvo el último punto, que requiere seleccionar en la pantalla si quieres guardar batería o bien cargarla con el motor de combustión (no muy recomendable y menos aún eficiente).
No habíamos comentado que el motor de combustión se asocia a la caja de cambios automática DSG de seis velocidades. Funciona de manera electrónica, con lo que gana en suavidad. Puedes retener el coche actuando sobre las pequeñas levas tras el volante, pero también variar la intensidad de la frenada regenerativa en tres niveles (alta –el coche se frena mucho al levantar el pedal del acelerador–, auto –con la información que le llega del radar, en función del tráfico– y baja –gana inercia, solo regenera con el freno).
Este sistema tiene cosas buenas, como que lo pones en auto y te olvidas (que el coche lo calcule todo). También malas, pues es engorroso de modificar, ya que obliga a moverse por los menús. Y eso no es bueno, pues en un puerto de montaña, por ejemplo, uno podría querer jugar con la intensidad de la regeneración si quiere ir frenando o ganando inercia. Y mirar una pantalla al bajar un puerto… no nos parece adecuado.
Hablando de frenos, a falta de conducirlo más tiempo, tiene el tacto de “dos tramos” habitual de los coches electrificados (primero actúa la frenada regenerativa y después el circuito de frenos hidráulicos convencional). Pero no es de los peores en este sentido. No fue tampoco una prueba extrema ni pusimos en compromisos de ningún tipo a este coche que pesa 150 kg más que la variante diésel de 150 CV.
Es de todos modos, un coche que apuesta por el confort en las variantes de combustión y, en esta, también. ¿Y la variante RS? Desde luego, 204 CV no están mal. Ojo, que se limitan a 15 segundos para no sobrecargar la batería. El Skoda Octavia iV es un coche rápido, pero no endiablado. El RS iV lo condujimos mucho menos. Apenas 20 km. Se notan sus 41 CV más, hay un sonido artificial que simula un escape deportivo en el modo Sport y, donde más se nota es en el chasis, más firmes pero que en el modo Comfort los amortiguadores pilotados pueden conseguir un coche tan cómodo como el convencional.
Opinión coches.com
El Skoda Octavia iV nos ha resultado un coche interesante. Conserva los aspectos que le hacen destacar dentro de su segmento, un buen espacio a bordo donde no pierde ni un milímetro y buena calidad percibida. Apenas cambian los gráficos del cuadro de instrumentos habida cuenta de su naturaleza híbrido y la merma del maletero, siendo importante, no hace que el cofre de carga sea testimonial.
En cuanto a la tecnología de propulsión, tampoco podemos decir que sea ultra innovadora, pero hace falta tener un representante en el sistema de propulsión que más crece en ventas en los últimos años. No es el que más autonomía eléctrica tiene y tampoco prestaciones desorbitadas… pero su conducción es agradable en sus diferentes modos de conducción.
El precio es interesante. Porque desde 34.000 euros contar con 204 CV supone pagar en torno a 5.000 más que por el 2.0 TDI de 150 CV a igualdad de terminación. Cuesta amortizarlo, pero si se materializan las subvenciones a la compra esa diferencia se acortará.
Sacará más provecho de él quien más km al año pueda recorrer en modo eléctrico, minimizando el gasto de combustible, que será mayor en viajes en las variantes de combustión. Son ideales en ciudad, donde su etiqueta Cero aporta muchas ventajas, y tienen menos mantenimiento. Y, quien desee un plus de deportividad, ahí tiene el RS iV.
- Confort de marcha, sobre todo en ciudad
- Equipamiento completo, incluso de partida
- Precio bastante ajustado
- No cuenta con carga rápida
- Pantalla necesaria para demasiadas funciones
- Merma de maletero importante
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