Cuando un coche alcanza el millón de unidades vendidas en menos de cinco años es señal de un éxito casi inmediato. Lo cierto es que había muchas expectativas alrededor del Volkswagen T-Roc cuando salió al mercado en 2017. El SUV urbano de la firma alemana fue un soplo de aire fresco en la familia, un modelo que apuntaba a un público más pasional que buscase diseño y prestaciones. La prueba fehaciente es que haya recibido una carrocería descapotable con el T-Roc Cabrio y también versiones tan interesantes como el T-Roc R. En este caso tenemos un precio de partida de 30.230 euros y a continuación te cuento el resto de detalles.
Que el T-Roc sea tan versátil es posible a que se asienta sobre la popular plataforma MQB-A0 del Grupo Volkswagen. Es la misma que estrenó el Volkswagen Polo y sobre la que actualmente se asientan otros crossover pequeños como los T-Cross y Taigo, que también han pasado por el canal. Una de las partes negativas es que esta arquitectura no ha sido adaptada a la electrificación y, por lo tanto, no tenemos ninguna versión del modelo con etiqueta ECO ni CERO. Nos tendremos que conformar con mecánicas gasolina y diésel más tradicionales, además de otras bondades.
Exterior
El Volkswagen T-Roc es un modelo que desde el principio quiso destacar en el apartado estético. Es un crossover que emana cierta deportividad gracias a sus formas marcadas y proporciones atléticas. Con la actualización, vemos un frontal que gana personalidad gracias a los renovados faros que ofrecen tecnología LED de serie y que pueden contar con el sistema IQ.Light de la marca. También va un paso más allá con el listón horizontal iluminado que cruza la parrilla. No podían faltar algunos detalles cromados o en negro para darle más carácter.
Como se puede esperar en cualquier actualización de un coche que se preste, el Volkswagen T-Roc presume de paragolpes rediseñados tanto en el frontal como en la zaga. Además hay nuevos diseños de llanta para este modelo que pueden ir desde las 17 a las 19 pulgadas y, también, nuevas combinaciones de colores, pues la paleta se ha ampliado con los tonos Gris Sólido, Plata Pirita, Rojo Intenso o Petroleum Blue.
En el T-Roc ya es un habitual donde siempre ha llamado la atención por sus combinaciones para la carrocería bitono. Para gustos colores. Aquí lo tenemos en el techo, los retrovisores y los pilares A van en color negro para hacer contraste con el resto.
Se puede apreciar desde la zaga, que también quiere mostrar deportividad a través de un spoiler de techo que queda por encima de una luneta de pequeñas dimensiones. La parte central del portón acoge el logotipo de la marca y el nombre del modelo, mientras que a los laterales aparecen los pilotos traseros Full LED, que mantienen una forma muy reconocible. En la parte inferior queda una especie de difusor que tiene unos embellecedores cromados que simulan las salidas del escape.
Ahora que cada vez tenemos más crossover en el mercado, a veces es difícil encasillarlos. El Volkswagen T-Roc estaría dentro del segmento de los SUV compactos, aunque situado en la parte baja para diferenciarse del Volkswagen Tiguan. En este caso, tenemos una longitud de 4.236 mm, con una anchura de 1.819 mm y una altura de 1.584 mm. La distancia entre ejes se va hasta los 2.590 mm:
Modelo | Longitud | Distancia entre ejes |
Mini Countryman | 4.299 mm | 2.670 mm |
Jeep Renegade | 4.255 mm | 2.570 mm |
Volkswagen T-Roc | 4.236 mm | 2.630 mm |
Ford Puma | 4.207 mm | 2.588 mm |
Audi Q2 | 4.191 mm | 2.601 mm |
Interior
Cuando entramos al interior del Volkswagen T-Roc también vemos algunos cambios notables. El primero es que pasa a montar el Digital Cockpit de serie. A través del volante se aprecia una instrumentación digital que puede llegar a tener 10,25 pulgadas en el caso de montar el Cockpit Pro. Sirve para mostrar todo tipo de información y es totalmente configurable a través del volante multifunción. Otro punto que estrena el crossover es el sistema multimedia MIB3 de la marca para avanzar en el apartado tecnológico. Aunque hay diferencias entre lo que viene de serie y lo que podemos configurar.
Por defecto trae una pantalla táctil de 6,5 pulgadas con el Composition Media más básico. Hay un sistema intermedio con pantalla de 8 pulgadas y nuevas funciones de conectividad, mientras que el nuestro lleva el tope de gama, Discover Pro, con pantalla de 9,2 pulgadas. Destaca por detalles como su conectividad con Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica, además de algunos detalles extra con el We Connect Plus y su control por voz o servicios de streaming conectados a la red.
Otra cosa que se actualiza en el Volkswagen T-Roc son algunos de los controles. Para empezar, el volante es de nueva generación y destaca por su buen tacto o por los botones táctiles en la opción deportiva. Del mismo estilo son los controles de la climatización, que son una especie de deslizadores táctiles que facilitan acciones como subir o bajar la temperatura o el caudal del aire. Lo cierto es que no mejoran el uso de una ruleta tradicional, pero tampoco es tan engorroso de operar como si estuviera directamente en la pantalla.
Este ejemplar busca alejarse de los generalistas y estar un paso más cerca de los premium, al menos por planteamiento y por precio. De ahí que encontremos una calidad bastante cuidada y materiales agradables al tacto en las partes superiores. También destacan para bien la tapicería o las molduras embellecedoras. Sin embargo, se perciben algunos elementos que desmejoran el conjunto, pues se abusa del Piano Black en zonas de la consola central y alrededor de las pantallas.
La habitabilidad no está mal en este modelo. Si lo comparamos con otros SUV compactos lo cierto es que nos vamos a encontrar con rivales mucho más amplios, pues aquí las dimensiones ya vimos que estaban por debajo de la media. Se nota cuando analizamos el espacio que queda para las piernas, que es algo justo y eso que yo apenas paso el 1,70 y el asiento delantero está ajustado a mi altura. Lo mismo ocurre con el hueco para la cabeza o con la anchura total. En definitiva, es mejor que viajen cuatro que cinco adultos en este modelo.
Maletero
Si hablamos del maletero del Volkswagen T-Roc, lo cierto es que está por encima de la media y que cumple con las expectativas. A pesar de no estar tan pensado para la habitabilidad como el Volkswagen T-Cross en las plazas traseras, en esta superficie consigue 445 litros de capacidad, teniendo a rivales como el Ford Puma o el Mini Countryman a unos pocos litros de distancia. Además, en este caso tenemos una boca de carga amplia y que no queda a mucha altura, por no hablar de la iluminación o los ganchos para fijar la carga.
El portón puede contar opcionalmente con apertura manos libres, bastaría con pasar el pie por debajo para que se abriera automáticamente. También hay un pequeño hueco bajo el piso en el que encontramos un kit antipinchazos. Sin embargo, una buena noticia es que este modelo podría llevar rueda de repuesto de emergencia, de forma opcional eso sí. Siempre se puede abatir la segunda fila de asientos en dos partes (60:40) para obtener una superficie casi plana que hace que se incremente su capacidad hasta los 1.290 litros.
Modelo | Maletero | Longitud |
Ford Puma | 456 litros | 4.207 mm |
Mini Countryman | 450 litros | 4.299 mm |
Volkswagen T-Roc | 445 litros | 4.236 mm |
Audi Q2 | 405 litros | 4.191 mm |
Jeep Renegade | 351 litros | 4.255 mm |
Motor
Como dijimos, la gama mecánica del Volkswagen T-Roc es bastante tradicional en el sentido de que no abraza la electrificación. Sorprendentemente tenemos todavía algunas versiones diésel, siempre con el motor 2.0 TDI de cuatro cilindros como protagonista ahora que retiraron el anterior 1.6 TDI. Está disponible con 115 o con 150 CV, siendo el más potente el único que podría asociarse con la transmisión automática DSG de siete velocidades. Y para quien opte por la gasolina habrá más opciones.
El acceso a la gama lo pone el 1.0 TSI de tres cilindros con sus 110 CV y el cambio manual de seis velocidades. Hay un punto intermedio en 1.5 TSI de 150 CV, que es el que lleva nuestra unidad de pruebas y puede ir tanto con el cambio manual como con la transmisión automática. Hay por encima un 2.0 TSI de 190 CV que solamente puede ir con el cambio DSG y con la tracción total 4Motion. Sería el tope de gama de no ser porque también existe el Volkswagen T-Roc R con el mismo 2.0 TSI potenciado hasta los 300 CV y haciendo gala de un comportamiento muy deportivo.
Comportamiento
Ya estamos al volante del Volkswagen T-Roc en la que yo considero que es la versión más interesante de la gama. Con el motor 1.5 TSI de 150 CV y 250 Nm de par ya tenemos el refinamiento del que solamente pueden hacer gala las mecánicas de cuatro cilindros. En ese apartado es mucho mejor que el 1.0 TSI de tres cilindros, al que también aventaja por potencia y prestaciones. El pequeño será suficiente para un uso cotidiano, pero éste se siente mejor y nos da margen para hacer un uso más intensivo o para hacer viajes largos con carga.
Cuando echamos un vistazo a la ficha técnica de este modelo, vemos una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y una velocidad máxima de 207 km/h. También arroja un consumo de 6,4 l/100km y unas emisiones de CO2 de 144 g/km. Destacar que este T-Roc solamente puede ir con la tracción delantera, pues la tracción 4Motion queda reservada para los que se alimentan del 2.0 TSI y tienen un nivel superior de potencia. Lo que sí que se puede escoger con esta mecánica es la transmisión y en este caso tenemos la automática.
La caja de cambios automática DSG de doble embrague y siete velocidades es bien conocida por todos y una apuesta segura. En un modelo como el Volkswagen T-Roc y ligada a un motor como el 1.5 TSI la verdad es que hacen una buena dupla. Destaca la rapidez con la que se hacen las transiciones entre marcha y también hemos notado bastante suavidad, a pesar de no ser su punto fuerte. Su comportamiento dependerá mucho del modo de conducción seleccionado, aunque para un uso puramente manual se puede recurrir a las levas que encontramos tras el volante. Cumplen su función, pero son demasiado pequeñas y su tacto no es bueno.
Como decíamos, en esta versión del T-Roc se puede elegir entre cuatro modos de conducción para adaptar algunos parámetros como la respuesta del motor, el cambio o el tacto de la dirección. Se puede elegir entre un Eco que busca minimizar los consumos, destacando por la facilidad que entra el modo vela, por un modo Normal que es el más aprovechable para el día a día o por un modo Sport que saca un poco más de carácter y afila su manejo. También existe un modo Individual que es configurable, aunque hay que decir que no es un vehículo que vaya a cambiar radicalmente.
De hecho, su chasis tiene una puesta a punto equilibrada que le permite ser un coche que se mueve bien en cualquier situación. Notamos que la suspensión con este acabado R-Line es un poco más dura y que no va a ser tan confortable como otros rivales. A cambio, ofrece un tacto más deportivo y directo, haciéndolo bien en carreteras de curvas y presentando un aplomo envidiable en vías rápidas. Además, opcionalmente se puede configurar otra suspensión con amortiguadores variables que lo solventarían.
Llegados al final de la prueba queda claro que el Volkswagen T-Roc no es un vehículo con el que salir fuera del asfalto. Sabemos que la mayoría no le darán este uso, pero cabe recordar que es más bajo que la mayoría de SUV. También nos queda dar el último dato, que es el de consumo. En la ficha técnica nos daban una cifra atractiva, junto con la promesa de la eficiencia que da la desconexión de cilindros en el motor 1.5 TSI. El resultado final es una media de 7,5 litros, algo por encima de la media, pero dentro de lo comprensible.
Opinión coches.com
Queda claro que la del Volkswagen T-Roc es una fórmula ganadora. Es un SUV de imagen atractiva, algo que ya supone el primer motivo de compra para la mayoría de clientes. Y hay que valorar que haya mejorado a nivel tecnológico, que tenga un interior espacioso o un chasis con una puesta a punto que agradará al gran público. Aun así, tengo que decir que lo que menos me ha gustado de este modelo son algunos materiales del interior, un precio que está por encima de la media o que no tenga opciones electrificadas en su gama mecánica y, por tanto, nos tendremos que conformar con mecánicas gasolina y diésel más tradicionales.
Modelo | Precio | Motor |
Ford Puma | 27.416 euros | 1.0 Ecoboost MHEV 125 CV |
Jeep Renegade | 27.750 euros | 1.0 G 120 CV |
Volkswagen T-Roc | 30.230 euros | 1.0 TSI 110 CV |
Audi Q2 | 32.330 euros | 1.0 TFSI 110 CV |
Mini Countryman | 35.430 euros | 1.5 Cooper 136 CV |
Partir de 30.230 euros ya es una tarifa importante para un SUV de tamaño compacto. Le salva que tiene algunos rivales directos que tienen un precio de partida superior, aunque si nos ponemos a configurarlo la cosa cambia. Una unidad como la nuestra con acabado R-Line, algún extra y el motor intermedio puede estar superando los 40.000 euros. Siempre será algo menos echándole un ojo a páginas como Coches.com, proveedor de todo tipo de servicios de movilidad entre los que se encuentran los mejores precios de vehículo nuevo, renting o financiación.
- Mejora a nivel tecnológico
- Habitabilidad buena
- Puesta a punto del chasis
- Algunos materiales del interior
- Sin opciones electrificadas
- Precio por encima de la media
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