Si ha estado buscando un coche nuevo o usado, es probable que hayas encontrado la palabra “hatchback”. Incluso si tan solo has hablado con entendidos del mundo del motor, seguro que la has escuchado. Hasta en algunos de nuestros queridos textos periodísticos aparece con idea de describir la forma más utilizada en los turismos convencionales. Pero, ¿de dónde viene este término? ¿A qué se refiere?
Con tantos tipos de carrocería distintos en el mercado, es importante entender el significado de cada una de ellas para asegurarse de que te haces con el vehículo que mejor se adapte a tus necesidades. Y también por tamaño, razón por la que dividimos los coches en segmentos: el A hace referencia a los urbanitas más chicos como un Toyota Aygo, el B hace lo propio subiendo un peldaño, como un Opel Corsa, y así sucesivamente hasta llegar a la clase F, como un Lexus LS; los deportivos se catalogan en el segmento S.
¿Qué es un “hatchback”?
Práctico, eficiente y asequible. Estos suelen ser los atributos para los coches más populares, al menos en Europa. Pero, ¿qué es realmente un “hatchback”? En pocas palabras, este término anglosajón se refiere a la forma de la carrocería y su tamaño compacto. De hecho, el “hatchback” tiene la luna posterior integrada en la puerta del maletero. Es decir, el área de los pasajeros no está separada del espacio de carga mediante un panel, como suelen tener los sedanes o las berlinas clásicas.
El portón del maletero se considera una puerta más, por lo que los “hatchback” de dos puertas laterales se denominan comúnmente como “tres puertas”, mientras que los de cuatro puertas a los lados son “cinco puertas”. Por lo general, el maletero y el habitáculo se “separan” por una cortinilla o panel extraíble, que se puede quitar y poner fácilmente si necesitas más espacio. La mayoría de los “hatchbacks” también permiten plegar la segunda fila de asientos para mejorar la capacidad de carga.
¿En qué se diferencia de un “familiar”?
Esta flexibilidad y practicidad es lo que hace que los “hatchbacks” sean tan populares. Puede que ahora estés pensando: ¿Y esas características no se pueden aplicar a un familiar? Sí, pero no. Me explico: ambos cuentan con dos volúmenes (frontal y habitáculo + maletero), pero los segundos son más largos, tienen un portón de orientación más vertical (salvo en los llamados shooting brake de orientación “coupé”) y a una altura más baja para facilitar la carga, mientras que el voladizo trasero es mucho más amplio.
¿Y de un “liftback”?
“Liftback” es un término para los modelos “hatchback” en los que la puerta del maletero goza de un ángulo más horizontal que en un “hatchback” promedio y, como resultado, la puerta se levanta más. Aunque siga catalogado como un dos volúmenes, el diseño de estos vehículos se intenta asemejar a los tres volúmenes de una carrocería sedán (motor, habitáculo y maletero). Y si bien parecen que la boca de acceso de carga está separada del habitáculo, las bisagras de apertura continúan posicionadas en la parte más alta del techo.
¿Qué tipo de coches se pueden considerar “hatchbacks”?
Como decíamos más arriba, los coches se dividen en segmentos basándose en el tamaño, y los hatchbacks, generalmente, recaen en los segmentos más pequeños: A, B y C. Hasta es posible que hayas escuchado el término “hot hatchback” haciendo referencia a las líneas más potentes y dinámicas de estos modelos. Por lo general, tienen potentes mecánicas y una puesta a punto más divertida, que van desde modelos como el Ford Fiesta ST al Mercedes-AMG A 45 S. Así, las berlinas se consideran “liftbacks”, dado que están más estilizadas.