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Mario Nogales

Opel Grandland X Hybrid4, prueba del híbrido enchufable con tracción total

Hace unos años, probar un Opel con 300 CV solo podía significar que se trataba de un deportivo con las siglas OPC. Sin embargo, eso forma parte del pasado y que ahora tengamos un modelo de la marca del rayo con ese nivel de potencia solo puede significar que ha adoptado la electrificación. Opel prometió que para 2024 todos sus modelos estarían electrificados de alguna manera y parece que lo va cumpliendo de sobra. Lo hace con modelos como este Opel Grandland X Hybrid4.

Se trata de la variante híbrida enchufable con tracción total de este SUV compacto. Su lanzamiento ha ido acorde al de otros modelos del Grupo PSA como los Peugeot 3008 Hybrid y DS 7 Crossback E-Tense, con los que comparte la plataforma EMP2 y mucha de su tecnología. De esta forma, consigue la etiqueta CERO de la DGT y nos presenta una serie de características que vamos a analizar a continuación.

Aunque antes de volcarnos a fondo con este SUV híbrido enchufable, decir que es uno de los modelos más importantes de Opel de los últimos tiempos. Clave para entrar en el mundo segmento crossover y de los primeros en portar todo el bagaje de PSA, se posicionaba como un referente. Ahora ya se han presentado las actualizaciones de los Mokka y Crossland, por lo que es de esperar que el Grandland X cambie entre 2021 y 2022.

Exterior

Lo cierto es que cuando el Grandland X llegó al mercado en 2018 ya ofrecía una estética actualizada y muy en la línea del resto de productos de la marca del rayo. Destaca principalmente un frontal imponente con una parrilla hexagonal surcada por el mítico “blitz” de Opel en acabado cromado.

También cuenta con unos nuevos faros bastante estilizados con tecnología LED y un paragolpes cargado de personalidad por sus formas y la defensa cromada en la parte inferior. Destacar que este híbrido enchufable podría llevar el capó en color negro haciendo contraste abonando 600 euros adicionales. Sin embargo, la carrocería bitono que viene de serie se limita a los pilares, al techo y a los retrovisores; suficiente para diferenciarse y para lograr una imagen llamativa.

Tampoco pasan desapercibidas en el lateral estas llantas de 19 pulgadas en dos tonos o los detalles cromados que aportan las barras del techo y los marcos de las ventanillas. Como buen vehículo de estilo crossover, vemos que los bajos de la carrocería van cubiertos por plásticos negros. El híbrido enchufable apenas se diferencia por la toma de carga en el otro lateral y por los logotipos.

Llegamos a la zaga para ver algunos detalles deportivos como la antena tipo aleta de tiburón o el pequeño spoiler de techo. También hay que fijarse en unos pilotos traseros muy similares a los que aparecen en el Opel Astra, un portón de generosas dimensiones y un llamativo difusor en la parte inferior. Como la protección de la parte delantera, también tiene un acabado plateado y oculta la salida del escape.

Queda claro que se trata de un SUV del segmento C y sus dimensiones van en consonancia. El Opel Grandland X tiene una longitud de 4.477 mm, una anchura de 1.856 mm y una altura de 1.609 mm. La distancia entre ejes se queda en 2.675 mm, por lo que las dimensiones apenas varían respecto a las versiones de combustión. Vamos a ver qué pasa con el habitáculo.

Interior

El interior del Opel Grandland X Hybrid4 también mantenía la esencia de la marca alemana y se desmarcaba de los diseños más arriesgados de otras marcas de PSA. Podríamos tildarlo de algo sobrio a juzgar por sus líneas también prácticamente calcadas a las del Astra. En la parte central queda bien integrada una pantalla táctil de 8 pulgadas, propia de un acabado superior, que cuenta con el sistema multimedia IntelliLink.

Destacar su facilidad de uso por esos menús tan reconocibles, aunque actualmente hay otras pantallas con una respuesta más rápida y unos gráficos más avanzados. No va escaso en el ámbito de la conectividad, pues tiene Android Auto y Apple CarPlay, además de todos los servicios de Opel Connect como la llamada de emergencia y algunas funciones adicionales a través de la app.

Aunque en PSA ya hayan eliminados los controles de climatización analógicos en algunos modelos, en este Grandland X se mantienen por debajo de la pantalla una serie de botones y ruletas que no desvían demasiado la atención de la carretera. Por otro lado, delante del conductor queda un volante multifunción que controla la pantalla TFT a color que queda entre las esferas analógicas tradicionales. En el híbrido, una es para la velocidad y la otra, en vez de mostrar las revoluciones, enseña el porcentaje de potencia que se está empleando.

La calidad es la correspondiente a un modelo generalista, sin que haya demasiados alardes ni destaque en exceso. Estamos ante el acabado tope de gama y eso significa que veamos una tapicería mixta muy acertada para los cómodos asientos. En general, los plásticos están bien resueltos, en su mayoría son duros, pero el de la parte superior del salpicadero es más blando y de mejor tacto. Hay algunos fallos en los acabados como en el pilar A y tampoco nos gusta el uso del Piano Black en la parte baja de la consola central.

Donde sí que destaca el Opel Grandland X es en términos de habitabilidad. Las plazas delanteras con la certificación AGR destacan por la comodidad, pero también por la amplitud tanto por anchura como por espacio para la cabeza. Eso sí, aquí no tenemos reglajes eléctricos para encontrar la posición de conducción ideal.

En la segunda fila vemos unas plazas bastante capaces para el segmento. No están nada mal por altura ni por espacio para las piernas, aunque la anchura es algo justa. Es más recomendable que viajen cuatro adultos y no cinco por esta plaza central carente de forma y con un túnel de transmisión prominente. Aquí hay una toma USB y salidas del aire acondicionado.

Maletero

En el maletero se nota bastante que estamos con el Opel Grandland X Hybrid4. En el híbrido enchufable, las baterías hacen que se pierdan un total de 124 litros respecto al resto de versiones de combustión tradicionales. De esta forma, pasa de los 514 hasta los 390 litros, que tampoco están del todo mal si tenemos en cuenta bondades como esa boca de carga tan amplia o la apertura eléctrica del portón.

También encontramos un hueco bajo el piso que es bastante útil para repartir la carga y meter objetos como el propio cable de carga, aunque no entra una rueda de repuesto ni siquiera de emergencia. En el caso de que necesitemos todo el espacio de esta superficie bastante con abatir la segunda fila de asientos en dos partes (60:40) para obtener una capacidad de 1.528 litros.

Motor

El Opel Grandland X Hybrid4 es el híbrido enchufable con tracción total, el más potente de la gama. También hay una opción híbrida de tracción delantera, aunque este es el más indicado para los que quieran los beneficios de las cuatro ruedas motrices. El motor principal es uno de gasolina con cuatro cilindros y 1.6 litros que ya por sí solo es capaz de entregar 200 CV. Además, cuenta con dos motores eléctricos, uno situado en cada eje para conseguir esa tracción total. El delantero entrega 81,2 kW y el trasero se va hasta los 83 kW. La transmisión escogida en este caso es la automática de convertidor de par y ocho velocidades EAT8.

De esta forma se combinan para conseguir 300 CV y 520 Nm de par, una cifra notable como dijimos al principio de la prueba. Las prestaciones también son dignas de ser nombradas, sobre todo una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y una velocidad máxima de 235 km/h, limitada a 135 km/h en modo eléctrico. Y es curioso que el SUV más potente de la marca sea también el que menos consume. Este Opel Grandland X Hybrid4 homologa un consumo inferior a los 2 l/100km y unas emisiones de CO2 de 49 g/km.

Lo último, pero no menos importante, es esa batería de iones de litio que lo convierte en híbrido enchufable. Tiene una capacidad de 13,2 kWh y gracias a ello es capaz de conseguir una autonomía eléctrica de 57 kilómetros. En una toma doméstica tardará algo más de 7 horas en recargarse por completo, con el cable de serie. Opcionalmente ofrece un cable para cargarse a mayor velocidad y en un punto de carga de 7,4 kW se recargaría por completo en menos de 2 horas.

Comportamiento

Ya toca ponerse al volante del Opel Grandland X Hybrid4 y como buen híbrido enchufable, el arranque sucede en modo eléctrico siempre que se disponga de batería. Es importante mencionar el buen trabajo de aislamiento y que apenas llegue ruido al interior, algo que sucede no solo cuando vamos en eléctrico, sino también cuando nos ponemos en marcha o cuando entra en juego la mecánica de gasolina.

Hablando precisamente de eso, hay que decir que la transición entre motores ocurre de forma suave, casi imperceptible. Dependerá de los modos de conducción de los que hablaremos ahora a continuación, pero en general la gestión de la energía se hace de forma inteligente. Otro aspecto que nos ha parecido acertado ha sido el uso de una transmisión automática de convertidor de par. Es cierto que la EAT8 no es demasiado rápida, pero la suavidad va acorde a lo que busca este coche y es mejor que cualquier CVT. Tiene una posición B para aumentar la retención y la regeneración de energía.

Ahora sí que vamos a hablar de los distintos modos de conducción disponibles en este Opel Grandland X Hybrid4. Para aquellos trayectos cortos por ciudad lo más recomendable es el modo eléctrico. En nuestro caso no hemos llegado a los 57 kilómetros homologados, pero se pueden superar los 40 sin muchos problemas. El modo Hybrid es el más adecuado para la mayoría de situaciones, pues va alternando entre mecánicas en función de las necesidades.

Como estamos en la versión de tracción total contamos con un modo 4WD que es el que activa el motor eléctrico del eje trasero para mover las cuatro ruedas. No es que estemos ante un auténtico todoterreno por las cotas, pero sí que ayudará en algunas situaciones. Dejamos el modo Sport para el final porque nos ha sorprendido bastante. Se combinan todos los motores para entregar los 300 CV y para sorprendernos por lo que corre.

Hay un modo al que no se accede a través del botón de la consola, sino a través de la consola central y que también nos ha resultado interesante. La función e-Save sirve para conservar la energía de la batería y nos permite guardar 10 o 20 km, además de ir regenerando hasta cargarla por completo. Es algo útil si no tenemos la posibilidad de enchufarlo, aunque aumenta el consumo de gasolina. En un trayecto de unos 70 kilómetros habremos cargado casi por completo la batería de 13,2 kWh.

Ya hemos dicho que el Opel Grandland X Hybrid4 es un coche suave cuando se lo demandas y también tiene un toque deportivo por su enorme potencia. A nivel de chasis es bastante equilibrado, aunque siempre teniendo en cuenta que se trata de un SUV que supera los 1.800 kg de peso. Lógicamente en tramos de curvas salen a relucir algunas de sus carencias, pues pueden aparecer algunos balanceos y el tarado de la dirección no nos da la suficiente confianza. También cuesta un poco acostumbrarse a la frenada regenerativa, pues el tacto del pedal a veces es impreciso.

Si embargo, en ciudad convence por su facilidad de conducción y de maniobrar. En autopista también ofrece un aplomo ejemplar, aunque sus consumos se elevarán. Después de una semana con el Opel Grandland X híbrido enchufable tenemos el consumo medio situado alrededor de los 7 litros. Hay que matizar que es algo elevado porque apenas hemos podido cargarlo. Cuando se le saca todo el partido a este ejemplar es enchufándolo a la red y conociendo el recorrido diario que se va a realizar para intentar hacerlo en modo eléctrico.

Cierre

Los híbridos enchufables son una opción con bastante lógica en los tiempos que corren. Sin las limitaciones de los eléctricos, que dependen demasiado de la insuficiente infraestructura de recarga, y sin las restricciones que se pueden encontrar los coches de combustión tradicionales. En el caso del Opel Grandland X Hybrid4 lo consigue con un sistema de propulsión avalado por el Grupo PSA y que está presente en cada vez más modelos debido a lo bien que funciona en general.

En este SUV compacto se ofrece junto a otras virtudes como el generoso espacio interior, una estética muy propia y una tecnología apropiada. En el apartado dinámico destaca por el equilibrio y por las múltiples posibilidades gracias a los modos de conducción. Eso sí, el precio estará algo por encima de la media. Esta unidad con el acabado Ultimate tope de gama tiene un PVP que supera los 50.000 euros. Por suerte hay algunos descuentos interesantes que se pueden aprovechar.

Opel Grandland X Hybrid4
7.5Nota
Lo mejor
  • Espacio interior
  • Confort en marcha
  • Sobrado de potencia
Lo peor
  • Diseño algo sobrio
  • Pérdida del maletero
  • Precio de partida elevado
Diseño7.5
Habitabilidad8
Acabados7.5
Maletero7
Equipamiento7.5
Motor8
Comportamiento7.5
Calidad Precio7

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