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Jeep Cherokee prueba – 77.2
Pruebanoticias/
Luis Ramos Penabad

Jeep Cherokee, a prueba: equilibrado pero ¿por qué no convence?

El producto estrella de Jeep es el Wrangler, heredero del Willys (con él comenzó todo, que diría Piqué) pero sin duda el Jeep Cherokee es otro de los históricos de la marca. Con cinco generaciones a sus espaldas, su filosofía es ser el SUV pensado para toda la familia, con un buen hacer en el asfalto, donde al final se realizan la mayor parte de desplazamientos, sin perder de vista el ADN de la marca.

No es un modelo que se vea en demasía por la calle. Sus ventas nunca fueron demasiado altas en Europa, pero llama la atención que otros productos de la firma vendan tanto y el Cherokee se quede detrás. Podríamos achacarlo al tamaño, pero incluso el Grand Cherokee, todavía mayor y más lujoso –y caro– es más fácil de ver que este.

¿Por qué el SUV Cherokee no acaba de despegar en el segmento de los SUV grandes con vocación familiar? El modelo se lanzó en 2014, si bien ha recibido una completa actualización en 2019, centrándose sobre todo en su aspecto.

Desde luego, en un panorama en que las ventas de SUV han fagocitado a las berlinas del segmento D (que parecen ya exclusivas de empresas y flotas, con especial atención por parte de los fabricantes premium), es sorprendente que un producto con tanto recorrido no destaque más. Descubramos qué es lo que no acaba de convencer al público.

Exterior

El Jeep Cherokee no es de los modelos más grandes del segmento de los SUV grandes, pero hemos de tener en cuenta que otros ofrecen en un tamaño muy similar tres filas de asientos. Mide 4.623 mm de longitud (2.708 mm de los cuales corresponden a la distancia entre ejes), por 1.859 mm de anchura y 1.681 mm de alto.

La mayor diferencia respecto al modelo precendente la encontramos en el frontal. Los atrevidos grupos ópticos, muy llamativos por su afilado aspecto y distribuidos en dos partes, han dejado paso a unos nuevos faros Full LED de diseño más convencional.  Estrenó también faros antiniebla, ahora de formas más redondeadas, al tiempo que más pequeños (y también con bordes cromados).

El capó de aluminio integra la característica parrilla con siete ranuras de la firma, con cada uno de los huecos con el contorno cromado. Podemos decir que la estética se acerca más a la del Compass (y por ende a la del Grand Cherokee), no es tan diferenciada a lo que era antes, buscando más la elegancia que la sorpresa.

Cuando lo vemos desde el lateral nos encontramos con nuevos diseños llantas de aleación de entre 17 y 19 pulgadas, bajo los musculosos pasos de rueda trapezoidales. Aparte de eso, ahora contamos con diez colores entre los que elegir para la carrocería, dos de ellos nuevos (el blanco Pearl y el verde Olive). Estrena también una tapa de repostaje de combustible sin tapón, un detalle práctico.

En la parte trasera lo más novedoso es el nuevo paragolpes. Si bien sigue el patrón del modelo anterior, ahora la matrícula pasa a asentarse en él, en lugar de en el portón (que por cierto puede contar con apertura eléctrica y función manos libres). Aunque el diseño de los pilotos LED traseros no ha cambiado, sí lo hace su configuración interior, lo que le da un aspecto más moderno.

Interior

El gran salto de calidad del habitáculo del Cherokee ya se había dado en el modelo de 2014. Fue tal que, cuando echas un vistazo al interior del Cherokee 2008 has de frotarte los ojos para comprobar que se trataba de vehículos de la misma marca. Por diseño pero sobre todo por calidad. Antes se trataba de un coche que sólo pensaba en la robustez, con plásticos y materiales muy poco refinados.

El modelo 2019 sigue apostando por la misma receta, pero mejorada. Si bien ha habido cambios en la disposición de elementos ni en su diseño, los materiales empleados son de una calidad superior. Si eliges un acabado como este (el Overland) eso se hace todavía más patente, con unos asientos tapizados en cuero con costuras y bordados o los detalles en los bordes de aireadores o el sistema de infoentretenimiento.

Ya que hablamos de le, comentar que el nuevo Cherokee incorpora la cuarta generación del sistema UConnect HD, con una pantalla de hasta 8.4 pulgadas (como en nuestra unidad). También es nueva la instrumentación, con una pantalla central flaqueada por dos esferas que, si bien no son muy grandes, se ven suficientemente bien. La información que ofrece esa pantalla es muy variada, pudiéndose cambiar con facilidad desde los mandos del volante.

Es el volante un aro de un gran grosor, rematado en cuero en dos tercios y el tercio restante en un material brillante, de buen tacto pero que a mi, personalmente, me resulta alago antiguo. Para gustos, colores, que reza el refrán. Cuenta con botones, ubicados en lugares donde resulta muy sencillo habituarse. Tanto para controlar la información visualizada en el cuadro de instrumentos, el sistema de infoentretenimiento, el móvil o los diversos sistemas de ayuda a la conducción.

En el salpicadero el protagonismo recae en la pantalla, flaqueada por los aireadores. Si bien no cuenta con botones físicos, sí mantiene un menú fijo en la parte inferior, algo que facilita su uso. Es fluida y no observamos demasiados reflejos en ella.

Aunque desde ella se puede ver datos y controlar la climatización, existen también mandos físicos, más prácticos en nuestra opinión, de buen tamaño y sensación de robustez, en la zona inferior (ahí se conserva también un mando giratorio para seleccionar la emisora o el volumen).

Los asientos son cómodos y el espacio en las plazas delanteras, notables. El acceso a ellas desde el exterior es muy sencillo, así como para salir del coche, no requiere un esfuerzo complementario.

Entre ambos tenemos una consola central con el selector del cambio, un freno de estacionamiento eléctrico y el selector de modos de conducción, junto a botones de la reductora o el control de descenso de pendientes. También una conexión USB y Aux, junto a un lugar algo pequeño para dejar el móvil.

Hay, sin embargo, más huecos para dejar objetos. Además de la guantera o las bolsas de las puertas, un par de reposabebidas y un buen cofre central (donde tenemos conexiones USBV y de 12V) y, entre ambo, otro pequeño espacio donde podemos vaciar los bolsillos. También un pequeño espacio sobre el salpicadero donde dejar pequeños objetos.

En las plazas traseras el espacio es bueno. No notable para las dimensiones exteriores del coche, pero sí más que suficiente para dos personas, porque un tercer ocupante irá justo, pues debe lidiar, además de con un peor asiento, con el espacio que roba el túnel de transmisión. El espacio para las piernas nos parece también mejor en otras alternativas de su segmento.

Hay cosas que sí nos gustaron más, como e hecho de que al final de las consola central contemos con salidas de aire o conexiones USB y de 220V, así como mandos para la calefacción de los asientos. Por cierto, la banqueta trasera puede desplazarse longitudinalmente 14 cm. Eso sí, colocada en la posición más adelantadas, apenas queda hueco para las piernas (si llevas niños, como en mi caso, no supone un problemas y ganas espacio de carga).

Maletero

No sobresale demasiado en espacio de carga. Si colocamos los asientos en la posición habitual (la más atrasada), el cofre se queda en 412 litros de capacidad, que no es mucho para su tamaño. Pero es que si los ponemos totalmente adelantados tampoco es que consigamos un espacio sobrebio.

Son apenas 500 litros, una cifra que superan prácticamente todos los SUV grandes… salvo aquellos que apuestan por una carrocería más de tipo coupé. Tampoco es que resulte muy aprovechable en altura, como pudimos comprobar, debido a la forma del portón (que puede ser eléctrico, como en este caso, pero no destaca precisamente por su rapidez).

En nuestra unidad de pruebas no contábamos con rueda de repuesto, por lo que se contamos con un buen doble fondo. Se suma a otros detalles prácticos como los puntos para fijar la carga, las perchas para bolsas o la alfombrilla de plástico que facilita la limpieza.

Los respaldos de los asientos traseros pueden abatirse. Si lo haces (se dividen en dos partes en proporción 60/40) tienes un espacio con el piso totalemente plano con un volumen de carga de 1267 litros.

Equipamiento

Son tres los niveles de acabado con los que se vende el Cherokee en España. Se denominan, de menor a mayor dotación Longitude, Limited y Overland (justo el de la unidad que probamos). Mención aparte merece la terminación Trailhawk, con un enfoque totalmente off road (y una carrocería con diferencias evidentes para aumentar cotas todoterreno.

Destacar que desde el nivel de acceso ya son de serie elementos como los faros Full LED, las llantas de aleación, el climatizador bizona, acceso y arranque sin llaves, freno de mano eléctrico o el sistema multimedia Uconnect.

También en todos los casos cuenta con un sinfín de ayudas a la conducción, caso del aviso de colisión frontal-Plus con frenada de emergencia y detección de peatones, control de frenada avanzado, control de crucero adaptativo-Plus, aviso de salida de carril, detector de ángulo muerto con control de tráfico cruzado, cámara de visión trasera o el limitador de velocidad activo. Eso justifica en parte que su precio de salida sea de 44.200 euros.

Eso sí, puede que convenga a quien sondee este coche apostar ya por el Limited , pues suma elementos como los cristales traseros tintados, llantas de 18 pulgadas, portón trasero eléctrico y el navegador con pantalla de 8,4 pulgadas. El acabado Overland suma llantas de aleación de 19 pulgadas en aluminio pulido, el techo solar panorámico doble con la parte delantera deslizante, tapizado en piel específica, asientos delanteros con ventilación, volante térmico con apliques en madera, asientos traseros calefactables o el salpicadero forrado en piel.

Si quieres el sistema Select-Terrain (en versiones 4×4), hay que sumar 2.000 euros más en la terminación Limited y 1.600 euros en el acabado Overland.

Estos nos deja, en el caso de la unidad probada, con un precio elevado, de 54.800 euros. Es la tarifa recomendada por la marca, es posible encontrar ofertas de Jeep Cherokee en nuestra sección de coches nuevos, actualizados semanalmente por concesionarios oficiales del fabricante.

Recuerda que esos precios son sin extras y que pueden incluir obligaciones como financiar el coche con la marca. Para ahorrar más dinero visita nuestro comparador de seguros para dar con la póliza que mejor se ajusta a tus necesidades y presupuesto.

Motor

En el apartado mecánico no se han complicado en FCA. El Jeep Cherokee equipa un motor diésel 2.2 Multijet II con 195 CV, ligado a un cambio automático de 9 velocidades y a la tracción total (en el inicio de su comercialización pudo elegirse con 150 CV con transmisión manual de seis relaciones). Por encima se sitúa el nuevo motor de gasolina 2.0 turbo con 270 CV.

Es el propulsor diésel el protagonista de esta prueba. Ubicado en posición delantera transversal (algo poco habitual en un vehículo con tracción total y reductora), tiene 2.184 cc y entrega su potencia máxima a las 3.500 rpm. Un poco antes, a las 2.000 su par máximo de 450 Nm.

Ofrece unas prestaciones buenas, pues es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,8 segundos y 202 km/h de velocidad punta. El consumo homologado es de 7,9 l/100 km, una cifra acorde con su tamaño y capacidades. Se corresponde con unas emisiones de 203 g/km de CO2.

Comportamiento

El Jeep Cherokee es, sobre todo, un coche agradable de conducir. Cuenta con una suspensión cómoda, que filtra bien las irregularidades sin que ello signifique que no sostenga bien al coche en curvas, donde conserva el tipo incluso a velocidades altas. Ojo, teniendo en cuenta que pesa, su versión más ligera, nada menos que 1.800 kg y que no está pensado para esas lides.

Pero, sin duda, este SUV también destaca fuera del asfalto. Puede elegirse con tracción delantera, pero en nuestra opinión merece la pena, si se precisa elegir la tracción total desconectable. La más sencilla es la Jeep Active Drive I, con mejoras como un módulo de tracción trasera aligerado ocho kilogramos. Este sistema distribuye el par de forma automática, asjustable a la superficie mediante el selector Select Terrain, un sistema de control de tracción con modos Auto, Nieve, Deportivo y Arena/Barro.

Además de ir bien por caminos, ayuda a reducir el riesgo de sufrir subvirajes o sobrevirajes. Nuestra unidad va un paso más allá, pues ofrece el sistema Jeep Active Drive II, que suma reductora y control de descenso en pendientes. El Cherokee Trailhawk añade el bloqueo del diferencial trasero.

Es esa combinación de facetas, entre una vocación familiar y asfáltica y el offroad (sin llegar a extremos) donde destaca el Cherokke. Efectivo en el campo, pero sin renunciar a un buen confort en los viajes y desplazamientos diarios.

El motor diésel no es precisamente el más refinado del mercado y llega algo de sonido al habitáculo, sobre todo con el vehículo frío, algo habitual. El cambio automático de convertidor de par no es extremadamente rápido si bien gracias a que cuenta con nueve relaciones permite mantener velocidades de crucero en autovía a bajas revoluciones… y con menor consumo. Siempre puedes emplear las levas ubicadas tras el volante para usarlo en modo manual.

Su potencia es más que suficiente para mover el conjunto con solvencia, sobre todo una vez que se supera la barrera de las 2.000 rpm. Y todo ello con un consumo que no es disparatado, pues, a ritmos legales te puedes mover por debajo del gasto homologado sin problema alguno.

Opinión coches.com

¿Cuál es el pecado del Jeep Cherokee para no ser un referente de los SUV de su tamaño? Pues posiblemente, que su mayor enemigo está en casa. Se llama Jeep Compass. A pesar de la actualización estética, el Compass se parece mucho más al Grand Cherokee y ofrece en un tamaño algo más compacto, un interior prácticamente igual de grande y un maletero similar. Pudimos verlo recientemente en nuestra prueba del Jeep Compass.

Cierto que el Cherokee ofrece una gama de mecánicas más potentes y unas calidades interiores algo mejores, pero en esos aspectos hay todocaminos de marcas premium que rayan a gran altura: quien busque lujos, tiene opciones mejores

La banqueta deslizable permite algo de modularidad del espacio, pero en ese aspecto otros modelos del segmento, de marcas generalistas, lo superan, ofreciendo además, en longitudes similares, terceras filas de asientos. Cierto que son plazas de uso ocasional o que solamente emplearán niños… pero al final se demandan ese tipo de soluciones que ofrecen modelos como el Seat Tarraco, el Skoda Kodiaq, el Kia Sorento… que no son exageradamente más grandes.

¿Qué le queda para diferenciarse? Su equilibrio entre la conducción dentro y fuera del asfalto. Sin tratarse de un todoterreno auténtico –en la marca son los Jeep Wrangler y Jeep Gladiator los encargados de esas lides– es su mejor baza. Quien desee más capacidades cuenta con la variante Trailhawk. Pero parece que esas cualidades ya no son tan apreciadas por el público, algo que demuestra que, por vez primera, el Cherokee cuente con variantes 4×2, que son las que se buscan en su segmento. Si sólo los 4×4 cuentan con un elemento diferencial importante, la futura generación de este modelo debería responder a esas necesidades… sin perder de vista lo que es y lo que fue el Cherokee, claro.

Jeep Cherokee 2.2 Multijet II 195 CV Overland
7.2Nota
Lo mejor
  • Cualidades todoterreno por encima de la media
  • Confort de marcha dentro y fuera del asfalto
  • Diseño no tan polarizante como antes
Lo peor
  • Plazas traseras y maletero escaso para su tamaño
  • Precio elevado y con pocas posibilidades de personalización
  • Rumorosidad del motor
Diseño7.5
Habitabilidad6.5
Acabados7
Maletero6.5
Equipamiento7.5
Motor8
Comportamiento7
Calidad Precio7.5

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