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2019 Opel Astra
Luis Blázquez

Así funciona la nueva transmisión automática CVT del Opel Astra 2020

Hace unos meses conocimos a la última iteración del compacto alemán antes de despedirse de sus genes de General Motors y pasar a formar parte del conglomerado de PSA en su próxima generación (prevista para 2021). Disponible con carrocería de cinco puertas y familiar (Sports Tourer), el Opel Astra 2020 no difiere mucho aquel modelo que conocimos en 2015, pero su equipamiento a bordo, sus mecánicas y sus transmisiones han sido actualizadas para poder seguir compitiendo en este duro segmento.

Y la última mejora llega de la mano, precisamente, de una nueva caja de cambios automática de tipo CVT, es decir, continuamente variable. En combinación con el motor 1.4 Turbo de gasolina de 146 CV y 236 Nm, este cambio de variador continuo proporciona refinamiento, respuesta y un frugal consumo combinado de 5-5,1 l/100 km y emisiones de CO2 de 114-116 g/km). Así, el Opel Astra establece los niveles de emisiones más reducidos de su categoría. De hecho, cinco de las siete combinaciones de motor y cambio ofrecidas rebajan la mágica marca de 100 g/km de CO2 (NEDC).

En lo que a prestaciones se refiere, la marca declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos y una velocidad máxima de 210 km/h, acorde para los 1.345 kilos que marca sobre la báscula. A modo de comparativa, cojamos el bloque 1.2 Turbo de tres cilindros (de origen GM), con 145 CV y 225 Nm, pero asociado a una transmisión manual de seis relaciones. A pesar de ser 65 kg más ligero, no es más rápido ni tampoco más eficiente: completa el sprint de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos y alcanza los 220 km/h de velocidad punta, con un consumo medio de 5,2 l/100 km.

Ahora, un poco de historia y técnica. La idea de un cambio de variador continuo fue inventada por un ingeniero americano Milton Reeves allá por 1879, que luego aplicó a su primer vehículo en 1896. En los felices años 20 se plantearon variaciones sobre esta idea, tanto para su aplicación en motocicletas como en coches. George Constantinesco, ingeniero e inventor rumano, creó una de las más interesantes en 1926. El “Coche de Constantinesco” tenía un motor de 5 CV con un convertidor de par integrado. “¡Sin embrague, sin marchas y con sólo un control: el acelerador!”, decía su publicidad.

Fue necesario llegar hasta 1958 para que el concepto de una “transmisión continua” fuera más conocido. En el Salón del Automóvil de Ámsterdam, DAF presentó el 600, un pequeño coche de carácter familiar con la innovadora transmisión Variomatic. Diseñado por el holandés Hub van Doorne, este cambio consiguió hacer famosa a la pequeña berlina de DAF, entre otras cosas, por poder conducir marcha atrás tan rápido como hacia adelante. Desde entonces, las cajas CVT han aparecido en todo tipo de vehículos, desde tractores y motos de nieve hasta los propios coches.

Opel Vectra (C) automático

La firma del rayo ofreció su primera transmisión continuamente variable en el Vectra de tercera generación (C), mostrado en 2002. Sin embargo, la vida del “CVTronic” resultó efímera, ya que la producción en la fábrica de Szentgotthard, Hungría, finalizó en 2005. Pero, ahora bien, ¿sabes realmente cómo funciona una caja de cambios de tipo CVT? Si no es el caso, o te queda alguna duda, Peter Naumann, actual director del programa global e ingeniero jefe en funciones de transmisiones automáticas en Rüsselsheim, Alemania, nos explica cómo funciona:

“El principio de funcionamiento es inteligente y simple. A diferencia de una caja automática tradicional de convertidor de par, con engranajes planetarios, embragues y relaciones fijas, una transmisión continuamente variable tiene dos poleas conectadas por una cadena bajo tensión. Entre los lados exteriores de las poleas hay un eje cónico sobre el que se asienta la cadena. Al adaptar continuamente el espacio entre ellas se obtiene una relación de transmisión variable, dado que al cambiar la superficie de contacto se altera el diámetro”, señala.

“Esto es comparable a transmitir el par de engranajes pequeños a grandes y viceversa. Además, se requiere un engranaje planetario en el eje de entrada para seleccionar marcha adelante o marcha atrás”. Debido a la disponibilidad casi infinita de relaciones, los motores asociados a una transmisión de tipo CVT funcionan en el punto más eficiente en todos los regímenes de giro. “Para cada punto operativo, la transmisión permite que el motor encuentre el equilibrio óptimo entre eficiencia, atenuación de ruido y vibraciones, y respuesta al pedal del acelerador”, añade Naumann.

Actualmente, los cambios de variador continuo están cogiendo algo de impulso, ayudados por las cada vez más estrictas normas de consumo y emisiones. Las transmisiones continuas son muy comunes en los mercados asiáticos, donde su respuesta las ha hecho muy populares. Sin embrago, aquí son muchos los detractores por la sensación que transmiten, una que asociamos al de un scooter. Es así debido a que este tipo de transmisiones ajustan continuamente las relaciones de cambio, por lo que el motor siempre gira en su horquilla más eficiente ahorrando combustible.

Como resultado, se ofrece en una gran variedad de automóviles, desde coches pequeños a grandes berlinas, SUV, monovolúmenes y todoterrenos. El nuevo Opel Astra con el propulsor 1.4 de gasolina y cambio de variador continuo es perfecto para los clientes que buscan un compacto que no sólo ofrece menor nivel de ruido y vibraciones, sino también un consumo más moderado y una buena respuesta. Al final, los datos suelen llevar la razón, y es por ello por lo que estas cajas de cambio son ampliamente utilizadas en los vehículos híbridos.

Fuente: Opel

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