Citroën C4 X PureTech 130 CV EAT8, prueba con el SUV coupé más barato

Hay que reconocer que el Citroën C4 X tiene un poco de Frankenstein. Porque es difícil definir con una palabra a este ejemplar, que sería una mezcla entre sedán por sus tres volúmenes, un crossover por su carrocería elevada e incluso un poquito de coupé por esa caída del techo. Creo que a partir de ahora lo más sencillo será tratarlo como un SUV coupé del segmento C. Porque lo que nos queda claro es que cubre el espacio que quedaba entre el C4 y el C5 X y ya está disponible desde 23.155 euros.

El Citroën C4 X es un coche muy importante para la marca, pero también para el país. Es un orgullo de la industria nacional, un vehículo “made in Spain” que sale de la fábrica de Stellantis en Villaverde, Madrid. Desde allí llega a los concesionarios y también se exporta al resto de mercados en los que se vende.

De hecho, presume de tener un 67% del total de sus componentes con etiqueta nacional, fabricados en España gracias a un total de 136 empresas con las que tiene acuerdo el centro madrileño. De esas instalaciones decir también que en 2022 recibieron 15.000 módulos fotovoltaicos que cubren más del 30 % de las necesidades eléctricas de la planta con energía solar.

El Citroën C4 ha sido uno de los modelos más camaleónicos del mercado. Ha estado disponible como hatchback de cinco puertas, como un tres puertas con el C4 Coupé, como crossover con el primer C4 Aircross, que luego evolucionaría en el C4 Cactus, como monovolumen con los C4 Picasso (después llamado C4 Spacetourer) y ahora con esta mezcla que es el C4 X.

Exterior

Como ya hemos dicho antes, el diseño es la baza principal que juega el Citroën C4 X. Es lo que más le diferencia del C4 normal y lo que le hace entrar en esa tendencia al alza que conocemos como la de los SUV coupés. En este caso, aunque el frontal pase a un segundo plano, sigue siendo bastante llamativo gracias a su logotipo de los chevrones que se extiende en horizontal para quedar totalmente alineado con los faros. Es lo que delimita la estrecha parrilla superior y marca las formas de los faros de doble altura con tecnología Citroën LED Vision. Por debajo hay otra parrilla y un paragolpes en contraste.

Como viene siendo habitual en todos los crossover, este modelo recurre a algunas claves como la de cubrir todos los bajos de la carrocería con plástico negro para aumentar su robustez. Incluso hay un guiño al anterior C4 Cactus y sus bumpers en la zona de las puertas. Por otro lado, hay que decir que cuenta con llantas de 18 pulgadas con diseños llamativos, pero que no se recurre a la pintura bitono como recurso estilístico. En este C4 X apenas vemos que elementos como los retrovisores, los marcos de las ventanillas o o los tiradores de las puertas pueden ir en negro haciendo contraste.

La trasera es la protagonista en este ejemplar. Le da esa silueta de fastback, siempre manteniendo las cuatro puertas, pero con una caída de techo muy pronunciada. Es lo que nos recuerda a las carrocerías coupés de antaño y queda rematada por un llamativo spoiler en la tapa del maletero. Merece la pena mencionar que esta silueta lo mejora a nivel aerodinámico y que tiene un coeficiente nada desdeñable de 0,29 Cx. No aparece un portón tradicional y por eso hay menos superficie con la que jugar. En ella lo que más destacan son unos pilotos traseros que replican la forma de los faros delanteros y un paragolpes en contraste a juego con el resto.

Aunque lo cierto es que no es solo el diseño lo que le diferencia del C4. También es considerablemente más grande y llega hasta los 4.600 mm de largo, con una anchura de 1.800 mm y una altura de 1.525 mm. Además, la distancia entre ejes se va hasta los 2.670 mm. Con eso vemos que está en la media del segmento y en la gama se queda 24 cm por encima del C4 y todavía a 20 cm del C5 X, un SUV compacto en toda regla.

Interior

El interior del Citroën C4 X es su parte más anodina. Con esto me refiero a que es más tradicional y similar al resto de modelos de la gama. A nivel tecnológico lo cierto es que sorprende para bien, pues cuenta con el último sistema multimedia de la marca, el MyCitroën Drive Plus, que destaca por su facilidad de uso. La conectividad está servida gracias a Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica, lo que facilita la integración del smartphone. Además, la pantalla táctil de 10 pulgadas es más manejable gracias a los widgets y a un control por voz más completo que se activa diciendo “Hola, Citroën”.

En los acabados superiores también aparece una instrumentación digital de 7 pulgadas que es algo simple, pero que ofrece la información necesaria para no quitar demasiada atención de la carretera. Además, tiene una integración diferente y acentuada por una iluminación ambiental muy llamativa. Nos gusta también que mantenga unos controles de la climatización totalmente analógicos que son muy fáciles de configurar, mucho mejor que tener todo integrado en la pantalla como pasa en otros rivales.

Hemos visto que la tecnología estaba bien, pero si hay algo incluso mejor en el habitáculo del Citroën C4 X eso son los asientos. Los conocidos Advanced Comfort Seats están presentes en este ejemplar con su espuma de alta densidad de 15 mm de grosor y coronándose como unos de los más cómodos del mercado. Es cierto que no recogen tanto el cuerpo o que, en este caso, los tenemos con reglajes manuales, pero aún así cumplen con creces. La calidad es bastante buena para tratarse de un modelo generalista que busca más ofrecer un precio bajo que un elevado nivel de lujo. La mayoría son plásticos, pero sus acabados son buenos y no hay grandes fallos.

El volante con esa forma, con un radio inferior bastante ancho, tiene cierta inspiración en el pasado. Recuerda ligeramente al volante monobrazo de los antiguos modelos de la marca francesa, que tenían el radio un poco girado por seguridad en caso de choque. Esa disposición permitía también maximizar la visibilidad del cuadro de instrumentos.

Otro detalle que encandila en este coche son los 16 huecos portaobjetos que suman 39 litros de capacidad o sus soluciones de espacio que tiene. Hay una superficie de carga inalámbrica que queda bien integrada, mientras que también hay varios huecos repartidos en la consola central, la guantera o las puertas.

Aunque, sin duda, lo que más llama la atención es cómo se ha resuelto la parte del salpicadero que queda enfrente del copiloto. Tiene un pequeño hueco para documentos o una tablet, que después podría quedar integrada en el accesorio Smart Pad Support, un soporte que tiene tres estructuras para que aparatos de cualquier marca queden perfectamente fijados.

Las plazas traseras del Citroën C4 X no están nada mal para su tamaño. Hay un espacio muy generoso para las piernas, que la marca cifra en 198 mm y se acentúa teniendo los respaldos bastante inclinados (27 grados). Aunque es cierto que el de la cabeza se queda algo justo debido a la caída del techo y las formas que tiene este vehículo. Lo mismo pasa con la anchura, pues la plaza central no es tan apta para llevar a un adulto. Aunque habría que destacar para bien que haya salidas del aire, un reposabrazos central abatible con portavasos o bolsillos en los asientos delanteros.

Maletero

La otra ventaja del C4 X con respecto al normal es la capacidad de su maletero. Son 510 litros frente a los 380 que ofrece el otro, algo que le hace estar prácticamente empatado con el Renault Arkana y sacar bastante a otros rivales como el DFSK F5. La parte negativa es que al no tener una puerta completa, el portón deja una boca de carga más estrecha que hace que se complique el acceso al fondo del maletero. Aún así, en indudable que es un maletero grande y con unas formas que lo hacen realmente aprovechable a todos los niveles.

En la parte interior del maletero vemos algo de iluminación y ganchos para fijar la carga. Bajo el piso hay un doble fondo que puede llegar a ser bastante aprovechable, incluso en la versión eléctrica que tiene menos capacidad. También se agradece que se puedan seguir abatiendo los asientos traseros, algo que no pasa en todos los modelos de este tipo. Realizando esa acción en dos partes (60:40) se desbloquearía una superficie casi plana muy generosa. Como apunte, este coche también tiene una trampilla que comunica el maletero con las plazas traseras para meter objetos largos como los esquís.

Motor

Comparte la plataforma CMP con otros modelos de Stellantis y eso se traduce en una gama mecánica amplia y variada. Hay hueco para versiones más tradicionales y también para una electrificación. Si comenzamos por las de combustión, vemos el diésel representado a través del 1.5 BlueHDi de cuatro cilindros y 130 CV, mientras que la gasolina tiene de protagonista al 1.2 PureTech de tres cilindros en dos niveles de potencia: 100 o 130 CV. El menos potente solamente puede ir con una caja de cambios manual de seis velocidades, mientras que los del escalón superior de potencia van con la transmisión automática EAT8.

Mención aparte merece el Citroën ë-C4 X, la versión totalmente eléctrica del modelo, de la que recientemente se ha ampliado la gama. En el momento de su lanzamiento solamente estaba con el motor de 136 CV y 360 kilómetros de autonomía gracias a la batería de 50 kWh. Pero ahora también aparece la versión más capaz, la que llega a los 156 CV y potencia y 420 kilómetros de autonomía con una batería de 54 kWh y una serie de mejoras notables. 

Comportamiento

Nos hemos puesto al volante de la versión más potente de gasolina, el Citroën C4 X PureTech de 130 CV y 230 Nm de par. Es una mecánica archiconocida, de hecho, también estaba presente en el DS 3 que pasó recientemente por la sección de pruebas. El caso es que no sorprende que sea bastante refinado para ser un bloque de tres cilindros y tampoco que su rango óptimo de uso lo encontremos en la zona media del cuentarrevoluciones. Solamente puede ir ligado a la transmisión automática de ocho velocidades, mientras que el manual sólo está disponible con el de 100 CV, algo que limita las opciones de algunos usuarios.

Del motor decir que ese nivel de potencia es más que suficiente para el día a día y del cambio de convertidor de par, que no le sienta nada mal al conjunto. Destaca por la suavidad en las transiciones entre marchas más que por la velocidad a las que las realiza. En todo caso, siempre se podría realizar un uso manual a través de las pequeñas levas plásticas que encontramos tras el volante. Las prestaciones de este modelo no harán que nadie se lleve las manos a la cabeza. Con el bloque de gasolina es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h.

Es más destacada su eficiencia, pues la verdad es que con el paso de los kilómetros ha demostrado ser un vehículo bastante ahorrador. Hemos rondado una media de 6,2 l/100km, algo que se consigue gracias a ese motor y también a valores como el de su aerodinámica. Y con el paso de los kilómetros la verdad es que convence. Lógicamente, el este ejemplar no va a enamorar por su deportividad. Es más un coche cabal que puede amoldarse a cualquier situación con algunas ayudas como es el caso de sus modos de conducción.

Con el botón del Drive Mode de la consola central se puede cambiar entre Eco, Normal y Sport. Lo cierto es que no cambia demasiado el carácter del coche, pero ayuda a rebajar ligeramente sus consumos o a sacar su máximo cuando lo necesitamos. En general, es un coche muy bien aplomado en vías rápidas, con el que es bastante agradable maniobrar en ciudad y que no desentona en carreteras de curvas. No es demasiado dinámico, pero su peso de 1.289 kg lo convierte en un vehículo bastante ágil. Aunque de la puesta a punto hay que añadir otras cosas.

El confort es la máxima premisa buscada por el Citroën C4 X. Lo consigue con una dirección que es muy ligera y que facilita las maniobras, pero que apenas transmite nada. Y como pasa en otros modelos de la marca, recurre a la suspensión Advanced Comfort con amortiguadores progresivos con topes hidráulicos. En la práctica se consigue esa sensación de alfombra mágica, dando la impresión de que el coche absorbe todas las irregularidades del terreno sin que afecte al usuario que viaja dentro del habitáculo. Es muy cómoda para viajes largos, pero también hay que decir que puede resultar algo blanda en algunas ocasiones y que resta toda deportividad del conjunto.

En la teoría, esta suspensión trabaja en dos etapas en función del esfuerzo que se aplique. Ante una comprensión y extensión que sea ligera, el muelle y el amortiguador controlan conjuntamente los movimientos verticales, sin necesidad de ayuda de los topes hidráulicos. Pero cuando se enfrenta a un impacto mayor entran en acción los topes hidráulicos para frenar gradualmente el movimiento y evitar las sacudidas al final del recorrido. La ventaja frente a los topes mecánicos es una mejor absorción de la energía sin que haya rebotes ni golpes bruscos.

Opinión coches.com

El Citroën C4 X es como un buen cocktail de verano. Muchas veces no sabes sus ingredientes ni la proporción en la que están, pero el sabor te gusta y al final eso es lo que cuenta. Parece que la fórmula de este coche es un acierto por lo comentado anteriormente, tiene una estética muy llamativa, que es el principal motivo de compra entre los particulares y el resto del conjunto es realmente equilibrado. Además, creo que está en un rango de precios bastante ajustado. Aunque antes de finalizar la prueba también tenemos que mencionar sus aspectos menos positivos.

Lo cierto es que no hay muchas pegas respecto al precio del Citroën C4 X. Es el más barato de los SUV coupés que hay actualmente en el mercado y su equipamiento es bastante completo incluso de serie. Parte de 23.155 euros, que es una tarifa más que aceptable considerando los precios actuales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que una unidad más equipada y potente saldrá más cara. Incluso, para acceder al eléctrico habría que partir de 36.705 euros. En todo caso, si te interesa pásate por coches.com donde tenemos las mejores ofertas de VN, además de vehículos de renting o la posibilidad de la financiación.

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