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Pruebanoticias/
Jesús Ramos

Peugeot 508 2.0 BlueHDi 163 CV, prueba a fondo de la berlina de corte deportivo

Los entusiastas de las berlinas estamos de enhorabuena por ver cómo el segmento de los coches de corte más tradicional se está reinventando con conceptos de diseño como el que presenta el nuevo Peugeot 508. Este modelo nos llena de esperanza a los fans declarados de este tipo de vehículos, que por un momento hemos temido por la desaparación de este formato de carrocería debido a la caída pronunciada de sus ventas.

En los últimos tiempos, el segmento de las berlinas, sobre todo el segmento D, se ha visto superado y duramente afectado (en cuanto a cifras de ventas se refiere) por el auge inaudito de los vehículos en formato SUV.

Si bien es cierto que en estos años, muchas marcas no han sabido adaptar sus sedanes a lo que gran parte del mercado ha venido demandando. Si el paradigma cambia y los compradores empieza a demandar productos nuevos, algo más atrevidos (véase elementos típicos de un SUV como carrocería bitono, llantas en color, lunetas tintadas etc), debes empezar a ofrecerlos o las ventas se verán perjudicadas.

Por regla general, las berlinas siempre han lucido un aspecto algo tradicional y, quizá ese haya sido el desencanto de más de uno. La caída paulatina de las ventas ha desencadenado que alguna marca ya haya decidido “bajarse” del segmento para centrarse en el lanzamiento de nuevos modelos SUV.

No obstante, la llegada de berlinas de aspecto menos tradicional como los Peugeot 508, Volkswagen Arteon y KIA Stinger, son reclamos para el público más jóven por lo que el abanico de posibles compradores se amplía notablemente. Gracias a estos modelos parece que el segmento se está reanimando.

En el caso del Peugeot 508, el cambio respecto al modelo anterior es mayúsculo. Es simplemente espectacular, un acaparador de miradas. Una generación en la que los franceses tienen depositada toda su confianza. No es el más espacioso ni el más barato, pero el 407 tampoco lo era en su día y las ventas fueron todo un éxito gracias al diseño (más deportivo y atrevido en comparación al del 406). El mercado dictará, pero yo creo que va a tener muy buena acogida.

Este modelo supone una etapa más del objetivo de la marca por ser la marca generalista más deseada y situarse tras las firmas premium. Aquí, la duda de siempre y la típica conversación entre cuñados; ¿qué comprar?, un modelo generalista con nivel de acabado top, o un modelo premium y acabado de acceso – intermedio.

Exterior

Podríamos definir al nuevo 508 como una reinterpretación de lo que hasta ahora era una berlina generalista del segmento D. Su carrocería de 4,75 metros de largo, 1,86 metros de ancho y 1,40 metros de alto, luce un aspecto muy elegante a la par de deportivo. Ha pasado de ser un devora kilómetros a ser un coche con espíritu y emocional, capaz de convencer al público más jóven y dinámico. A mi personalmente, me fascina.

El cambio en dimensiones es radical, respecto al modelo anterior es 3 centímetros más ancho, 6 centímetros más bajo y 8 centímetros más corto. Estas nuevas proporciones junto a la nueva filosofía de diseño, hacen que el nuevo 508 luzca un aspecto lateral poco común en una berlina. Su carrocería tipo fastback presenta una caída del techo hacía la zaga bastante pronunciada que realza su línea coupé. De igual modo, la ausencia de marcos en las puertas le dan un toque muy deportivo.

El frontal presenta un aspecto muy vistoso, las líneas afiladas que guarda la carrocería le dan un aire muy felino. Además, la menor distancia al suelo del chasis potencia el trazo deportivo que exhibe el morro. La parrilla vertical que lleva consigo nuestra unidad (acabado GT Line), incorpora inserciones cromadas y la sensación es premium. En la parte central se sitúa el emblema del león y justo encima de esta encontramos la inserción del nombre del modelo, un elemento heredado del antiguo Peugeot 504. Por cierto, este año se cumplen 90 años desde que Peugeot decidiera incluir la nomenclatura de 3 cifras a sus modelos. El primero en empezar con esta tradicción fue el Peugeot 201.

Un elemento que le da ese toque distintivo, y por el cual se puede reconocer a un 508 por el retrovisor, son las ópticas delanteras de tipo LED que llaman la atención por incorporar la luz diurna y los intermitentes en forma de colmillo. Eso sí, en los acabados más básicos, este colmillo no tiene tal función y simplemente es una inserción cromada. El sistema de iluminación en conjunto funciona de maravilla e incorpora el cambio automático del haz de luz.

El paragolpes tiene un diseño muy marcado. En la parte inferior se halla una entrada de aire que va de colmillo a colmillo y queda muy bien integrada en el conjunto. No queda muy distanciado del suelo por lo que hay que tener miramiento al aparcar cerca de bordillos altos.

Uno de los puntos más sugestivos de este 508 es el diseño de la zaga. La caída del techo pronunciada, un final de carrocería afilado en forma de cola de pato y la elevación de la chapa del maletero, son su sello de identidad.

El trabajo bien realizado en la carrocería se remata con unas ópticas traseras ennegrecidas de tipo LED situadas a los extremos que se integran visualmente entre sí gracias a la inserción de plástico de la parte central, donde se sitúa la insignia de la marca. Al abrir el coche, los faros se iluminan del mismo modo que lo hacía KITT, el coche fantástico (similar al Audi A8L que probamos). Un detalle para los fanáticos de la serie de los 80 y que nos puede indicar a qué tipo de público está enfocado este nuevo 508 (¿35-40 años?).

Las bonitas llantas que equipa el acabado GT Line son de 18 pulgadas y vienen calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 235/45ZR, estos por cierto, ofrecen un agarre sobresaliente.

Interior

El interior se vuelve fiel a la filosofía de Peugeot con el i-Cockpit y eso se traduce en un habitáculo que resulta espectacular. Su diseño atemporal luce al más puro estilo nave espacial. Además, el espacio en las plazas delanteras no se ve resentido por la carrocería de menor dimensión, de hecho, se gana 1 centímetro respecto a la anterior generación.

Sin embargo, esto no significa que sea un punto que juegue a su favor, es tan arriesgado y distinto que, o lo amas o lo odias. Dentro del sector encontramos paridad de opiniones, tanto a favor como en contra. A mí, personalmente, me gusta. Además, no veo perjudicada mi posición de conducción pese a mis 185 cm de altura.

Este habitáculo es fruto de aplicar la teoría del concept car tech salt, un prototipo que hace tiempo plasmó las líneas de lo que actualmente conocemos. Según la firma francesa, en pocas ocasiones se consigue trasladar de manera tan concreta las ideas de un concept a un coche de calle.

La nueva disposición de los elementos se caracteriza por el sistema de instrumentación digital situado por encima del volante y por la predominante pantalla táctil de 10 pulgadas (de 8 en acabados de acceso) ubicada en una posición algo más baja en comparación al resto de modelos de la gama Peugeot. Debajo de esta, se sitúan unas llamativas teclas cromadas (parecidas a las de un piano) que desempeñan la función de acceso directo a los diferentes menús (climatización, navegación, teléfono, aplicaciones…).

Por último, la elección de un volante pequeño y achatado tanto por la parte superior e inferior, supone el toque final al diseño made by Peugeot. El resultado final es un puesto de conducción muy cómodo, ligeramente orientado hacia el conductor lo que hace que aumente la sensación de confort al volante.

El i-Cockpit de Peugeot es lo primero que nos llama la atención nada más acceder al habitáculo. Este elemento que viene de serie desde el acabo de acceso, le da un toque futurista al habitáculo y muestra de manera sobresaliente toda la información del vehículo. Asimismo, dispone de varias interfaces para mostrar los datos de manera diferente. Desde poner el cuentakilómetros “analógico”, hasta la navegación a pantalla completa, estado de los sistemas de seguridad y la cámara de visión nocturna con detector de peatones. Este último, fiel imagen del avance tecnológico que ha experimentado Peugeot en los últimos tiempos.

Mención aparte para el sistema de climatización, que como ya ocurre en otros modelos de la gama francesa, se controla desde la pantalla táctil. Pese a que la interfaz es sencilla y de fácil manejo, distrae más que los tradicionales botones físicos. Se puede aumentar o disminuir la temperatura a través de comandos por voz para así evitar desviar la mirada de la carretera.

La zona de la consola incorpora inserciones de tono grisáceo y en ella se sitúa la palanca del cambio automático, el botón start&stop, el selector del modo de conducción – Drive Mode (eco, confort, normal, sport, manual), el freno de mano eléctrico y dos portaobjetos, uno destinado para bebidas y otro para la toma de 12V. Los extremos de la consola central vienen rematados en cuero y la sensación de calidad del conjunto es notable. Debajo del todo (a la altura de las rodillas), tenemos un hueco (de difícil acceso) destinado a smartphones que incluye la carga por inducción.

Los asientos del acabado GT Line son muy confortables y agarran muy bien la zona lumbar. Los de las plazas delanteras, además de incorporar el ajuste lumbar eléctrico, cuentan con prologanción de la banqueta para adaptarse mejor a las necesidades de cada conductor. En la parte posterior de estos se encuentra una malla para guardar objetos.

Durante nuestra prueba, fueron varias las horas que estuvimos sentados al volante del 508 y en ningún momento nuestra espalda se resintió. En definitiva, son unos asientos que cumplen con creces tanto en viajes largos como en carreteras reviradas.

Entre los dos asientos delanteros tenemos una especie de cofre guardaobjetos que también tiene la función de reposabrazos. El interior del cofre cuenta una gran capacidad de almacenaje pero no está dividido en partes por lo que resulta poco organizable. En la parte inferior incorpora dos tomas USB para los pasajeros de las plazas traseras.

En el apartado de sonido, este acabado GT Line destaca de manera sobresaliente. Incorpora una instalación acústica firmada por FOCAL con 10 altavoces (4 altavoces woofer de 165 mm, 4 tweeter, 1 subwoofer y un altavoz central). Este sistema expande los límites del confort abordo y proporciona una experiencia de conducción intensa y multisensorial. Proporciona una curva de respuesta de frecuencia que garantiza un sonido de alta definición.

La calidad de acabado es muy buena, situado solo por debajo de modelos premium en este apartado. El salpicadero viene recubierto de plástico blando de tacto agradable y la apariencia es fabulosa. En los paneles de las puertas se emplea un material más duro para proteger las zonas más expuestas. Un detalle que a mí personalmente no me agrada es el empleo excesivo de las inserciones Black Piano, un atrapa huellas que se mancha con solo mirarlo y que aculuma polvo nada más limpiarlo.

La parte más perjudicada del nuevo estilo coupé es la trasera y el acceso a sus plazas. De entrada nos obliga a agachar la cabeza para no dar con el techo, no obstante, una vez dentro el espacio que queda para las piernas no es del todo malo (obviamente una berlina tradicional es más cómoda). La altura de las plazas traseras es justa y eso perjudica a pasajeros de más de 1,85 metros de altura, quiénes rozaran la cabeza con el techo.

En definitiva, un habitáculo moderno y distinto que no destaca por ser el más amplio (el techo viene en color oscuro y eso resta sensación de espacio), pero que sobresale a la hora de transmitir sensaciones atípicas de una berlina.

Maletero

El aspecto novedoso en este apartado es la incorporación del portón trasero que incluye el cristal posterior y que supone la desaparición de la forma propia de un vehículo de tres volúmenes. Está muy bien rematado, sin bisagra superior ya que nada más acabar el techo se encuentra la luneta trasera.

Es un maletero muy bien realizado, cubierto en moqueta. Dividido en dos pisos donde encontramos la rueda de repuesto de uso temporal. En el lado derecho se sitúa el altavoz de graves del equipo de audio FOCAL.

Cuenta con 487 litros de capacidad, una cifra que supone 13 litros menos que la generación anterior. Obviamente, su menor longitud hacía pensar que no tuviese más maletero, sin embargo, ahora es más aprovechable gracias al portón, que abre chapa y cristal, y no solo la chapa como ocurría en la generación anterior. Se gana practicidad a la hora de cargar y mover equipaje.

Los asientos traseros están divididos en dos y con ellos abatidos la capacidad de carga asciende hasta los 1.537 litros. La superficie que sea queda no es del todo plana pero es francamente aprovechable.

En nuestra unidad de prueba, el maletero contaba con apertura automática y manos libres (basta con pasar el pie por debajo del parachoques trasero). El botón para abrir el maletero se sitúa debajo de la moldura de plástico de la zaga. En la anterior generación este botón está disimulado en el “Cero” del emblema “508”.

Equipamiento

El Peugeot 508 es un coche que viene muy bien equipado desde sus acabados más básicos. Hace unos meses atrás, se lanzó una edición limitada denominada First Edition para celebrar su lanzamiento.

Desde el acabado de acceso (Active) incorpora 6 airbargs, freno de estacionamiento eléctrico, pantalla de 8 pulgadas, arranque por botón, sistema de frenada de emergencia, regulador/limitador de velocidad, ayuda estacionamiento trasero, retrovisor electrocrómico y llantas de 17 pulgadas.

El acabado Allure suma al anterior la pantalla táctil de 10 pulgadas con navegador y función Mirror Screen, tapicería mixta (piel+tela), sensores de aparcamiento, llantas Merion bitono diamantada, arranque y acceso sin llaves,asientos delanteros con reglaje lumbar eléctrico.

El GT Line (el de las imágenes) añade al anterior detalles estéticos como la parrilla delantera con inserciones cromadas, llantas de 18 pulgadas, lunas oscurecidas, asistente de aparcamiento y los faros LED. Los asientos delanteros son calefactables e incorporan certificación AGR (como los del Opel Granland X que probamos)

El acabado GT solo está disponible con el motor más prestacional de 225 CV gasolina. Asimismo, incorpora tapicería de cuero, amortiguadores controlados electrónicamente y las llantas más pintonas de 19 pulgadas.

Motor

Actualmente la gama del 508 está compuesta por cinco motorizaciones: dos gasolina (1.6 Puretech de 181 CV o 224 CV) y tres diésel: 1.5 BlueHDi 130 (131 CV), 2.0 BlueHdi 160 (163 CV) y 2.0 BlueHDi 180 (177 CV). Todos van asociados a la caja de cambios automática de 8 velocidades (en el 1.5 diésel opcional). A lo largo de 2019 se incorporará a la oferta mecánica una versión híbrida enchufable de 225 CV (gasolina 180CV + eléctrico de 105).

El propulsor 2.0 BlueHDi de 163 CV cuenta con suficiente potencia para mover con total agilidad a todo el conjunto (1.530 kg en vacío). Este motor acelera de 0 a 100 km/h en 8,4 segundos y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 230 km/h. Respecto al 177 CV apenas presenta diferencias, corre 5 km/h menos y acelera de cero a cien 0,1 segundos más tardes.

La caja de cambios automática (EAT8) de 8 velocidades de convertidor par envía su fuerza a las ruedas delanteras. Pese a ser de convertidor par, su funcionamiento se asimila a una de doble embrague. El engranaje de marchas es suave y rápida, no da tirones al cambiar.

El rendimiento y la respuesta de la caja de cambios varía en función del modo de conducción seleccionado:eco, normal, confort, sport, manual. Estos nos permiten experimentar distintas sensaciones al volante. Desde el confort y la suavidad que otorgan los mapas más conservadores, hasta el sensacional empuje del modo sport. Para utilizar el modo manual cuenta con levas fijas en volante, es decir, no giran con este.

El consumo mixto homologado por esta unidad es de 5,7 l/100 km (4,9l – consumo extraurbano; 7,3l – consumo urbano). Durante la semana de prueba nuestro consumo mixto fue de 6,4 l/100 km (35% urbano – 65% extraurbano). La capacidad del depósito es de 55 litros.

Comportamiento

La nueva disposición del habitáculo hace que la posición de conducción dé sensación de gran turismo. La posición más baja y estirada, el tamaño del volante y la respuesta ágil del motor, ofrecen una sensación muy deportiva.

A pesar de que ahora se trata de un coche más sensacional, también destaca por su excelente comportamiento en carretera al igual que lo hacía la anterior generación. Las berlinas del fabricante francés siempre se han caracterizado por ser extraordinarios rodadores y este atrayente 508 no iba a ser menos.

En autopista nos obsequia con una gran estabilidad. Además, nos permite mantener cruceros a regímenes bajos conservando suficiente capacidad de respuesta para poder reaccionar de manera inmediata ante cualquier imprevisto.

El confort en marcha es absoluto y la insonorización es buena, aunque podría serlo mejor si las ventanillas fuesen de cristal laminado. Pese a ello, los ruidos procedentes del motor y del asfalto están muy contenidos. Según afirman desde Francia, el grosor de las ventanillas es un 1mm más grueso de lo convencional.

Cuenta con un magnífico chasis que nos permite abordar las curvas a más velocidad con un comportamiento directo y seguro. El tarado de suspensiones firme le beneficia en el paso por curva pero peca un poco de seco en ciudad, no siendo el mejor absorbiendo baches. La suspensión delantera es de tipo Pseudo Mac Pherson y la trasera cuenta con tren trasero mutlibrazo.

Cuenta con unos discos de freno delanteros de 330 x 30 mm y con unos traseros de 290 x 12 mm. Nada reprochable en su comportamiento, clavan bastante bien la carrocería.

La dirección es muy asistida para facilitar el manejo de sus 4,75 metros de carrocería. Tiene un tacto muy suave y cuenta con un gran ángulo de giro . El agarre del volante más estrecho hace que nuestras manos se sitúen más cerca una de otra. Este último aspecto, parece potenciar la sensación de control de lo que está pasando en las ruedas.

Opinión Coches.com

Me quedo con muy buen sabor de boca tras probar la nueva y radical generación del 508. Su diseño atrevido y la posición de conducción deportiva, son dos buenos argumentos que sitúan al 508 como una opción muy interesante dentro del mercado.

Cada día son más las marcas que deciden adentrarse de nuevo en este segmento por lo que la competencia es alta. Veremos qué tal van las ventas de esta berlina francesa que, a priori, debería cumplir con las expectivas depositadas en ella ya que es un auténtico cochazo.

Es evidente que con el nuevo concepto de diseño se pierde algunas de las ventajas típicas de una berlina tradicional, sin embargo, puede desempeñar perfectamente la tarea de coche familiar. Cuenta con un maletero más práctico que antes (aunque de menor capacidad) y con un interior que pierde algo de espacio (debido a la menor altura de la carrocería).

La nueva disposición de los elementos del interior me gusta. Pese a haber sido la primera vez que me pongo a los mandos de un Peugeot de nueva generación, la adaptación al atípico puesto de conducción ha sido instantánea.

La motorización 2.0 BlueHDi de 163 CV resulta bastante equilibrada y ofrece una respuesta alegre. Las cifras de consumo son bastante contenidas para tratarse de una berlina de más de 1.400 kg de peso. En coches.com, creemos que la motorización de 131 CV se queda algo corta para el corte tan deportivo de este 508, que quieras o no, a veces incita.

Peugeot 508 2.0 BlueHDi 163 CV GT Line
7.7Nota
Lo mejor
  • Diseño exterior e interior llamativo
  • Prestaciones y comportamiento del motor 2.0 BlueHDi
  • Calidad de acabados
Lo peor
  • Ausencia de cristal laminado en las ventanillas
  • Altura de las plazas traseras
  • Tarado de suspensiones algo seco en ciudad
Diseño9
Habitabilidad7
Acabados7.5
Maletero7
Equipamiento8
Motor8
Comportamiento8
Calidad Precio7

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