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Pruebanoticias/
Mario Nogales

Prueba contacto Audi A8 L 50 TDI, ¿conducir o ir atrás?

El Audi A8 2018 es uno de esos vehículos que se sitúan en lo alto de la gama de cualquier marca. La berlina de representación apareció por primera vez en el año 1994 como sustituto del Audi V8 y curiosamente fue el que estrenó las denominaciones que se siguen hoy en día (con la A más un dígito). Fue presentado con carrocería sedán de cuatro puertas y motor delantero, una configuración que se ha ido repitiendo en las dos últimas décadas.

Pero si algo era novedoso en esa primera generación de Audi A8, era su carrocería hecha totalmente de aluminio, algo que lo hacía bastante más ligero. La segunda generación llegaba en 2003 e incluía un diseño renovado por Walter da Silva, adelantando unos rasgos que pasarían a muchos modelos posteriormente. La tercera generación, ya en 2010, mejoraba principalmente en cuanto a tecnología y equipamiento.

Pero con la cuarta generación del Audi A8 se ha querido ir un paso más adelante. Quizás estéticamente no sea demasiado revolucionario, pero sin duda se ha convertido en un escaparate tecnológico. El referente de la marca en este aspecto también quiere liderar el segmento, luchando con rivales de la talla del BMW Serie 7 o del Mercedes Clase S. Para comprobar de lo que es capaz, nos hemos desplazado al sur de España, aquí va nuestra opinión.

Exterior

El exterior del Audi A8 viene inspirado por el prototipo Audi Prologue Concept. Esto se traduce en un frontal que gana en presencia, más contundente gracias a la parrilla Singleframe. Es hexagonal, más grande y situada en una posición más baja. Queda flanqueada por unos faros estrechos, que en opción pueden ser HD Matrix LED con tecnología láser. En el paragolpes recibe algunas molduras cromadas, que van a juego con la parrilla.

Desde el perfil se puede observar los rasgos de la generación anterior, con los tres volúmenes bien marcados y una nervadura que cruza la parte superior de las puertas. Aquí también aparecen toques cromados, en el marco de las ventanillas y en los faldones laterales. Las llantas de 20 pulgadas opcionales que lleva nuestra unidad parecerían grandes en cualquier otro coche, pero en este incluso pueden pasar desapercibidas.

La zaga es la otra zona donde se aplican importantes novedades. Todo el protagonismo se lo llevan los pilotos traseros, que quedan unidos por una fina línea, que va apoyada sobre una lama cromada. Su firma lumínica es muy reconocible en carretera y la clave es que pueden llevar tecnología OLED de forma opcional, con una animación de apertura y cierre digna de ‘El Coche Fantástico’. La zona inferior del paragolpes también tiene una moldura cromada que integra unas salidas del escape falsas.

Desde fuera impone y no es para menos. El nuevo Audi A8 tiene unas dimensiones a tener en cuenta, con una longitud de 5,17 metros, una anchura de 1,94 metros, una altura de 1,47 metros y una distancia entre ejes de 3 metros. Y si hablamos del A8 L, encontramos una longitud de 5,30 metros, fruto de extender su batalla 13 centímetros más (todo para las plazas traseras, pues el maletero se mantiene intacto). La altura también crece ligeramente hasta los 1,47 metros en este caso.

Interior

Entrar al interior del Audi A8 por primera vez es algo que puede aturullar ligeramente. Ya anunciaban que este modelo llevaría la tecnología por bandera y eso se comprueba nada más sentarse en el asiento del conductor. Ahí te rodean tres pantallas a color, así que vayamos por partes. La primera es el habitual Virtual Cockpit, la instrumentación digital de 12,3 pulgadas totalmente personalizable y mejorado para este modelo.

Las otras dos son táctiles y son las que aglutinan casi todas las funciones del vehículo. La superior de 10,1 pulgadas es la que controla el infoentretenimiento y tiene respuesta háptica. Esto quiere decir que nos regalará una pequeña vibración para que estemos seguros de que tiene nuestra comanda y no tengamos que apartar la vista de la carretera. Lo mismo ocurre con la pantalla inferior de 8,6 pulgadas, desde la que se controla la climatización y permite otras funciones como dibujar caracteres a mano alzada.

Con este MMI touch response, queda patente que el número de botones en el nuevo Audi A8 es muy reducido y eso tiene ventajas y desventajas. Su uso es intuitivo, pero aún así requiere de cierto aprendizaje y de quitar la vista de la circulación (principalmente con la climatización). Llama la atención que todos estos sistemas no van enfocados directamente al conductor (como en los deportivos), sino que apuntan también hacia los acompañantes.

Lo que sí que se aprecia desde los cuatro costados es la calidad de fabricación del A8. Si en Audi este aspecto ya cumple con nota, en el buque insignia busca la matrícula de honor haciendo uso de materiales exquisitos. Casi todas las superficies van cubiertas de cuero, Alcántara, aluminio o madera; todos de un tacto más que agradable. El único ‘pero’ que se le podría sacar es el ‘cristal negro brillante’ que rodea las pantallas y se extiende en el salpicadero, algo mejor que otros Piano Black, pero igual de ensuciable.

Aunque si te compras un Audi A8 puede que vayas a pasar la mayor parte del tiempo sentado en las plazas traseras. Probamos la versión de batalla extendida y comprobamos que allí no habrá problemas de espacio. Aunque tengas cinco plazas homologadas, lo cierto es que está pensado para que viajen cuatro personas. De hecho, hay una consola central en el reposabrazos que nos permitirá multitud de opciones.

Basta con acomodarse en una de sus butacas, dignas del mejor de los salones, y ajustarse la posición con todos los reglajes eléctricos. En esta variante se permite incluso reclinar notablemente el asiento y activar distintos tipos de masaje (incluso para los pies). En dicha consola central también hay una pequeña tablet de 5,7 pulgadas, que es extraíble, y que permite controlar casi todas las funciones, desde la climatización al sonido, pasando por la iluminación ambiental. No hay que olvidar que aquí el mando lo tiene quien va sentado detrás.


Opcionalmente también se pueden añadir dos tablets de 10,1 pulgadas fijadas en los reposacabezas delanteros. Aunque cuentan con un sistema operativo Android, su diseño es muy Audi y van en aluminio a juego con el coche. Al tener conexión a internet permiten muchas opciones. Como se aprecia en el vídeo, nosotros pudimos viajar navegando por nuestra web favorita, viendo la tele o siguiendo nuestro recorrido. Las tablet también son extraíbles, pudiendo ser usadas por el copiloto.

Maletero

El maletero en el Audi A8 tiene una capacidad de 505 litros tanto en la versión normal como en nuestro A8 L. Como decíamos los centímetros extra se los llevan íntegramente las plazas traseras. Al tener portón (que también cuenta con apertura eléctrica), acceder al fondo será algo más complicado y además hay algo de inclinación en dicha zona.

Aunque las formas no son tan aprovechables como en otros modelos, lo suple con las redes de sujección y otros enganches muy útiles para dividir y fijar la carga. También llama la atención la calidad del revestimiento que tiene el maletero, mejor que lo que acostumbramos a ver en la mayoría de coches. Bajo el piso hay una rueda de repuesto tipo galleta.

Equipamiento

El Audi A8 es un modelo que ya de serie viene con una dotación bastante completa. Entre su equipamiento se pueden encontrar llantas de 18 pulgadas, faros LED, asientos delanteros eléctricos y calefactados, tapicería de cuero, iluminación ambiental o climatizador bizona. También toda esa tecnología novedosa de la que hablamos, como el Virtual Cockpit, el MMI touch response (con las dos pantallas) o un sistema de sonido con 10 altavoces.

Y este modelo también destacaba en cuanto ayudas a la conducción. Prometía ser el primero en alcanzar el nivel 3 de conducción autónoma con sus sistemas Audi AI, pero en nuestro país esto chocaría con las leyes (así que no se podrá montar aquí). Lo que sí que se permite es la incorporación de algunas soluciones como el Traffic Jam Pilot (asistente en atascos capaz de parar y retomar la marcha) o el Remote Parking Pilot (para aparcar desde fuera del coche), que utilizan unos avanzados sistemas de escáner del entorno.

Y si volvemos al resto de equipamiento opcional nos damos cuenta de que apenas hay límites. Se pueden añadir cosas como las llantas de 20 pulgadas (3.235 euros), los faros láser HD Matrix LED y OLED traseros (6.120 euros), masaje en los asientos (1.995 euros), asientos traseros individuales con reglajes y consola central fija (13.770 euros), paquete de cuero completo (6.070 euros) o inserción de madera tilo (965 euros).

Si seguimos sumando podemos optar por otros elementos tan dispares como el sistema de sonido Bang & Olufsen Advanced (7.940 euros), la visión nocturna (2.750 euros), climatizador de cuatro zonas (1.515 euros), head-up display (1.700 euros), las tablets traseras (3.785 euros), televisión digital (1.565 euros), dirección dinámica a las cuatro ruedas (2.385 euros) o techo solar (2.145 euros). A estas alturas no queremos ni parar a echar cuentas, simplemente dejar claro que se puede gastar solo en extras prácticamente lo mismo que ya cuesta el vehículo.

Motor

La gama mecánica del Audi A8 ya era una novedad en sí misma. Toda la gama recibe la tecnología mild hybrid (MHEV), una forma de mcrohibridación que presenta una serie de ventajas. Gracias al uso de un sistema eléctrico de 48 voltios y un alternador accionado por correa (BAS) es capaz de rodar por inercia y con el motor apagado cuando se deja de acelerar entre 55 y 160 km/h. El resultado es que se reduzca el consumo de combustible hasta en 0,7 l/100km, independientemente del motor al que vaya ligado.

Por el momento, en nuestro país se ofrece un bloque gasolina y otro diésel. Con la nueva nomenclatura, el A8 55 TFSI lleva el gasolina V6 3.0 TFSI de 300 CV y 500 Nm, mientras que el A8 50 TDI se trata del diésel V6 3.0 TDI de 286 CV y 600 Nm (la que probamos). En este modelos todas las versiones van ligadas al cambio automático tiptronic de ocho velocidades y con la tracción integral quattro.

Más adelante llegarán el resto de versiones, precisamente las más potentes. En diésel se espera que haya un V8 4.0 TDI con 435 CV de potencia, mientras que en gasolina aparecerán los V8 4.0 TFSI de 460 CV y, el tope de gama, W12 de 6.0 litros y 585 CV. No faltará un híbrido enchufable, el A8 L e-tron quattro, que combinará el motor V6 3.0 TFSI con un motor eléctrico para una potencia de 449 CV y una autonomía eléctrica de 50 kilómetros.

Comportamiento

Como decíamos, nos ponemos al volante del Audi A8 L 50 TDI, la variante diésel con batalla extendida. Lo primero que llama la atención al arrancar es lo bien insonorizada que está la berlina, permitiendo que no se filtren ni ruidos ni vibraciones, a pesar de que el motor no es el más refinado de la gama. Por lo que sí destaca el diésel de acceso es por su suavidad y entrega progresiva de la potencia.

Los 286 CV y los 600 Nm de par entre 1.250 y 3.200 rpm hacen que acelere de forma contundente y sin apenas retardo siempre que se lo demandemos. A pesar de sus dimensiones, no hay que olvidar que puede hacer el 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y alcanzar una máxima de 250 km/h (limitada). El cambio tiptronic también aporta toda la sutileza que se pide en este vehículo, con unas transiciones entre marchas casi imperceptibles.

En el tramo de autovía que tuvimos en nuestra prueba dinámica, el Aud A8 L demostró ser un rodador nato y el perfecto acompañante para un viaje. Se traga los kilómetros con una facilidad pasmosa y con una calidad de rodadura a la altura de muy pocos. Apenas se acusará la fatiga en este vehículo y además ofrece una confianza ciega al volante gracias al gran aplomo que presenta, incluso con lluvia o sobre carreteras peor asfaltadas.

Uno de los elementos clave para conseguir esto es la suspensión neumática adaptativa, montada de serie en todos los A8. Destaca su capacidad de filtrar las irregularidades del terreno, así como la de reducir prácticamente a cero cualquier balanceo. Llama la atención como en una frenada fuerte el morro no se inclina. Próximamente se podrá equipar el sistema Active Suspension, que utiliza la cámara leer la carretera y prepararse para absorber el bache. También es capaz de inclinar la carrocería en caso de posible accidente.

Pero donde puede pecar un coche como este, que supera las dos toneladas, sería en su agilidad. Por eso nos enfrentamos a un tramo revirado donde poder sacarle las cosquillas a este A8 L. Y lo cierto es que salimos sorprendidos de allí, ¿cómo es posible que se desenvuelva con tanta pericia? La respuesta son las cuatro ruedas directrices, que permiten que el eje trasero se mueva en un ángulo hasta 5º en dirección contraria a las delanteras a baja velocidad y de 2º en la misma dirección a partir de 60 km/h.

Otra de las claves es su nueva plataforma, que busca una mayor ligereza con el uso de materiales avanzados. Como viene siendo tradición, incorpora el aluminio, al que se unen el magnesio, la fibra de carbono (CFRP) o el acero de alta resistencia. Además de mejorar su rigidez torsional en un 24 % también ayuda a reducir el peso y que los consumos sean mejores. Sin haber hecho una medición fiable debido a la corta duración de la prueba, no nos parecen altos, logrando cifras cercanas a los 8 litros (homologa 5,6 l/100km) sin haber buscado una conducción eficiente en ningún momento.

Opinión de coches.com

En definitiva, la nueva generación del Audi A8 es una evolución lógica y a la altura de las circunstancias. El buque insignia mantiene una estética algo continuista, aunque con algunos cambios evidentes. En el interior nadie puede decir que no haya habido un desarrollo, pues estamos sin duda ante uno de los coches más tecnológicos del mercado en todos sus sentidos. También en términos de conducción autónoma aunque no se pueda aplicar por el momento.

Al probar el Aud A8 L 50 TDI nos dimos cuenta de lo que es viajar como un alto ejecutivo en sus asientos traseros. También de la suavidad al volante de su V6 3.0 TDI de 286 CV, con una aceleración y un aplomo envidiables. Sin duda, la suspensión neumática es el gran aliado de este modelo, permitiendo que se adapte a cualquier tipo de terreno. Por no hablar de la agilidad extra que aporta el eje trasero direccional.

Aunque volviendo a la realidad, hay que tener en cuenta que el Audi A8 parte de 97.460 euros de serie. Teniendo en cuenta lo que hablamos de su equipamiento, para conducir una unidad como la que teníamos nosotros habrá que desembolsar una cifra cercana a los 200.000 euros. Es lo que tiene ser el más avanzado de una marca como Audi, un precio a la altura de unos pocos, que sin embargo se llevarán un ejemplar que se ha convertido en referente.

Audi A8 L 50 TDI
8.4Nota
Lo mejor
  • Es un escaparate tecnológico
  • Comodidad y espacio en sus plazas traseras
  • Comportamiento dinámico muy equilibrado
Lo peor
  • Diseño algo continuista
  • Gama mecánica escasa (de momento)
  • Precio del equipamiento opcional
Diseño8
Habitabilidad9
Acabados9.5
Maletero7.5
Equipamiento8.5
Motor8.5
Comportamiento9
Calidad Precio7.5

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