Suzuki Vitara Strong Hybrid, a prueba: todavía con cierto sabor a todoterreno

Este Suzuki Vitara que tenemos hoy aquí es la última generación de uno de los modelos con más tradición de la marca que fue concebido para todo tipo de terreno pero con una predisposición muy urbanita. Puede que no lo veas por el Rastro un domingo a las dos, pero este viejo lobo de asfalto parece que, al igual que Benjamin Button, se hace más joven con la edad.

Mantiene, eso sí, su carácter guerrero de todoterreno, -de los pocos de su especie, hay que decir-, con opción a tracción total. Pero, a su vez, con la versión que tenemos hoy aquí Strong Hybrid, se ha modernizado a los nuevos tiempos que corren. ¿Por cuánto? Por 27.089 euros. Ahora sí, veamos si este ligero y polivalente SUV tiene realmente condiciones para todo tipo de terreno.

Aunque Suzuki tiene sus raíces en Japón, su presencia a nivel internacional también es importante. Por ejemplo, los Suzuki Vitara y S-Cross que se comercializan en Europa son fabricados en su planta de Hungría. De esas avanzadas instalaciones salen más de 100.000 coches al año.

Exterior

El diseño exterior del Suzuki Vitara es bien reconocible. Como otros modelos del segmento B-SUV tiene unas líneas bastante atrevidas, sobre todo en la parte delantera. Aquí vemos unos llamativos faros LED que tienen una tira azul en su base para darle un aspecto futurista. Se complementan con unas luces diurnas LED que van en la parte baja, a la altura de los antinieblas, y ensalzados por unos embellecedores cromados. Van a juego con la moldura de la parte baja del paragolpes y también con los listones verticales que aparecen en su parrilla, que es la otra protagonista del frontal.

En el Vitara también destaca el nivel de personalización que se puede llegar a tener son 16 combinaciones de colores, destacando 8 con carrocería bitono como es el caso de la unidad probada que va en azul turquesa y techo y pilares en blanco. También hay que añadir otros elementos distintivos como son las llantas de 17 pulgadas o las barras de techo. Como buen modelo crossover, lleva los pasos de rueda y los bajos de la carrocería cubiertos de plástico negro, algo que siempre ayuda en un vehículo que tiene ese marcado carácter 4×4 traído de sus antecesores.

La zaga probablemente es su vista más sobria y en la que menos nos vamos a entretener. No hay spoiler de techo ni concesiones deportivas. En la parte central del portón aparecen unos pilotos traseros de tamaño considerable y entre ellos el logotipo de Suzuki, nada de firmas lumínicas futuristas que distraigan por la noche. Por debajo, están las credenciales del modelo, no sólo el nombre, sino también su condición de híbrido e incluso el tipo de tracción. La parte inferior queda rematada por una especie de difusor en contraste en el que la salida de escape queda oculta.

El Suzuki Vitara es un SUV pequeño en toda regla si echamos un vistazo a sus dimensiones. Tiene una longitud de 4.175 mm, una anchura de 1.775 mm y una altura de 1.610 mm. La distancia entre ejes es de 2.500 mm, como decíamos, en la media del segmento. Si lo comparamos con sus rivales más directos vemos que es ligeramente más corto que los Toyota Yaris Cross y Hyundai Kona.

Ha habido un buen número de carrocerías en la historia del Suzuki Vitara. Algunas tan curiosa como el Vitara X-90 que era descapotable y biplaza, otras más prácticas como el Grand Vitara XL-7 para llegar a las siete plazas e incluso otras que estuvieron presentes en la competición como es el caso de los Vitara T1 y T2 para raids como el Dakar o del Grand Vitara Pikes Peak que hizo historia con Nobuhiro Tajima al volante.

Interior

La primera sensación que llega al usuario que se monta a bordo del Suzuki Vitara es la haberse quedado atrás tecnológicamente hablando. No es casualidad, pues es un modelo que apenas ha cambiado desde su lanzamiento en 2015 y eso tiene consecuencias negativas. Vemos que sus rivales más próximos son mejores, aunque este ejemplar tiene lo suficiente para el día a día. El sistema multimedia se controla a través de una pantalla táctil que tiene navegación integrada en el acabado superior y que también incluye integración con Apple CarPlay y con Android Auto mediante cable.  

Esa pantalla es de 7 pulgadas, un tamaño que ya parece pequeño. Está por detrás de la de 9 pulgadas del Yaris Hybrid y mucho más de la del Hyundai Kona con sus 12,3 pulgadas. Además, sus gráficos dan sensación de haber quedado anticuados, al igual que los guiados de la navegación. La respuesta es bastante rápida y precisa, mientras que también tiene la ventaja de que el sistema es muy sencillo y fácil de utilizar. También se pueden ver en sus laterales una serie de botones táctiles que sirven como acceso directo para algunas funciones.

En otros coches hablaríamos de grandes instrumentaciones digitales, pero el Vitara se conforma con una mixta que tiene las dos grandes esferas tradicionales y una pantalla LCD de 4,2 pulgadas. No es una mala noticia necesariamente, pues se ve fácilmente toda la información necesaria, aunque no nos gusta que se controle con ese botón tan poco práctico que sale del mismo cuadro. También es analógica la climatización, muy fácil de configurar gracias a una serie de botones y ruletas. El último detalle analógico sería ese reloj en la parte superior del salpicadero con los caracteres en japonés.

La calidad de este modelo no es para tirar cohetes, pero tampoco es realmente mala. Es precisamente lo que cabría esperar de un vehículo generalista que busca más robustez que alarde. Casi todo son plásticos, con una buena construcción en general y teniendo los de las partes superiores un tacto más blando y agradable, al tiempo que los inferiores son más duros y toscos. Gana enteros gracias a la tapicería de tela que aparece en el acabado superior y también gracias a haber evitado el dichoso Piano Black.

La habitabilidad del Suzuki Vitara es la esperada para un modelo de este segmento. En las plazas delanteras no hay problema alguno y vemos una posición de conducción elevada y holgada. Las plazas traseras se quedan un poco atrás debido a la anchura principalmente, pues la central carece de forma y tiene túnel de transmisión. En las laterales se viajará con mayor comodidad gracias a un espacio para la cabeza bastante bueno y uno para las piernas que es suficiente para usuarios de menos de 1,80 metros como es el caso.

Maletero

El maletero del Suzuki Vitara no está mal, pues ofrece 375 litros de capacidad. O eso os diría si estuviéramos probando la versión Mild Hybrid con un mayor espacio en esta superficie. Pero estamos ante el Strong Hybrid, que tiene una batería de mayor tamaño ocupando parte del maletero, por lo que nos quedamos con una capacidad de 289 litros. Está claramente por debajo de la media y alejado de otros modelos híbridos como el Yaris Cross y sus 390 litros.

La parte positiva es su enorme boca de carga, que tenga . Por otro lado, el volumen máximo de este maletero es de 1.046 litros cuando se abaten los asientos traseros, algo que se hace en dos partes (60:40) y que deja una superficie plana gracias al doble fondo elevado que tiene.

Motor

Una de las pegas que le sacamos al Suzuki Vitara cuando lo probamos en 2020 fue que su gama mecánica solamente tenía una opción a elegir. Ahora lo cierto es que tampoco ha crecido tanto, pero lo ha hecho de forma inteligente. A la anterior versión 1.4T Mild Hybrid de 129 CV se le suma otra que también tiene la etiqueta ECO de la DGT, pero un mayor nivel de electrificación. Se trata de lo que la marca llama Vitara Strong Hybrid, que curiosamente se posiciona como la versión de acceso por potencia, pero que podría ser la más interesante por su nivel de eficiencia.

Este sistema combina el motor 1.5 Dualjet de cuatro cilindros (K15C) con una unidad MGU (Motor Generator Unit), la transmisión robotizada AGS y el Power Pack que consiste en la batería de iones de litio de 140 V (0,84 kWh) y un inversor. El bloque de gasolina entrega 102 CV, mientras que el bloque eléctrico consigue 33,4 CV. En total, este híbrido consigue una potencia conjunta de 116 CV y 138 Nm de par, una potencia que estaría en la media del segmento, igualada con el Tayis Cross. Entra dentro de las necesidades de la mayoría de usuarios, aunque el Kona tiene una potencia algo superior.

Comportamiento

Ya estamos al volante del Suzuki Vitara Strong Hybrid con el sistema de propulsión híbrido anteriormente mencionado. Lo primero que notamos es un buen refinamiento, pero un nivel de potencia algo escaso. Se puede percibir que el bloque de gasolina es atmosférico, pues hay que llevarlo bastante alto de vueltas para que responda. Además, el bloque eléctrico no apoya con suficiente contundencia en muchas ocasiones. Acelera de 0 a 100 km/h en 13,5 segundos, por lo tanto es un coche bastante lento. De hecho, el Mild Hybrid es más rápido al hacerlo en 12,7 segundos. En este caso, la velocidad máxima es de 180 km/h, tampoco es nada reseñable. 

Esta mecánica va siempre ligada con la caja de cambios robotizada (Auto Gear Shift o AGS) de seis velocidades. La han elegido para el sistema híbrido por ser ligera, compacta y eficiente; precisamente lo que se busca en esta variante. Funciona de forma que se minimizan los baches de entrega de potencia al cambiar de marcha, algo que en la práctica sucede de forma muy suave. Sin embargo, también hay que sacarle alguna pega, pues no es la transmisión más rápida del mundo y su puesta a punto también hace que acostumbre a rodar en una marcha larga y que haya que acelerar fuerte para que reduzca. 

Ya hemos dicho que no hay demasiadas diferencias en cuanto a prestaciones en el Suzuki Vitira Strong Hybrid y el Mild Hybrid, teniendo ambos la etiqueta ECO de la DGT y siendo el segundo más barato. Entonces, ¿a quién le interesa esta versión? Pues a quien realice la mayoría de desplazamientos en ciudad. Esta tecnología, a diferencia de la microhíbrida sí que permite que el motor eléctrico mueva las ruedas por sí solo, consiguiendo rebajar los consumos. De hecho, es fácil ver como se activa el modo eléctrico circulando por la urbe, además de cuando hacemos cruceros a velocidades legales.

La otra diferencia tiene que ver con la gestión de energía, pues el híbrido recupera mucho más en desaceleraciones y en frenadas. Incluso cuando se va a velocidad de crucero se aprovecharía el motor eléctrico para cargar la batería si el sistema lo considera eficiente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la capacidad del motor eléctrico es bastante reducida y no se puede comparar con otros rivales como el Toyota Yaris Cross. En todo caso, es una solución muy aparente que le ayuda a tener un consumo bastante conseguido de 6,4 litros, nada mal si tenemos en cuenta que homologa 5,8 litros en el ciclo mixto con la tracción total.

La tracción total siempre ha estado muy presente en Suzuki y corresponde a una larga tradición. El sistema AllGrip Select que tiene el Vitara le hace ser de los únicos 4×4 que queda en el segmento de los SUV pequeños. Ofrece cuatro modos de conducción para adaptarse a cada circunstancia, estando disponible el Auto para situaciones cotidianas, un Sport para dar su mejor agarre en carreteras de curvas, un Snow para cuando nos enfrentemos a la nieve o carreteras resbaladizas y el modo Lock para salir de situaciones embarazosas como el barro o la propia nieve.

Aunque el Vitara no sea el todoterreno puro que fue antaño, lo cierto es que mantiene ciertas capacidades fuera del asfalto gracias a esa tracción total, a la distancia libre al suelo de 175 mm o al control de descenso de pendientes. Se comporta bastante bien en términos generales, aunque no será el mejor a nivel dinámico. Tiene una suspensión delantera tipo McPherson y una trasera de barra de torsión. El tacto es equilibrado, pero nos ha parecido bastante seco ante badenes, algo que le hace ser menos confortable en ciudad. La parte positiva es un peso bastante contenido de 1.315 kg que le hace ganar agilidad.

Opinión coches.com

El Suzuki Vitara es clave para la marca en España y también en otros mercados. De hecho, históricamente es el que mayor volumen de ventas consigue y eso que está en uno de los segmentos más reñidos, con rivales cada vez más fuertes. Al fin y al cabo, el japonés ha sabido hacerse un hueco y distinguirse por esa personalidad tan marcada. Hace gala a su tradición siendo de los pocos que mantiene opción a tracción total, también con una estética bastante robusta y una relación calidad/precio al alcance de muy pocos. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.

Llegados a este punto, hay que decir que el precio del Vitara Strong Hybrid está en la media de lo que consideramos correcto para un SUV híbrido de este tamaño. El Yaris Cross es ligeramente más barato y el Kona Hybrid ligeramente más caro. La cuestión con este modelo es que tiene un sobreprecio de alrededor de 3.000 euros respecto al Mild Hybrid, que es más potente, un consumo no mucho mayor y más espacio en el maletero.

Así que quedará amortizado solamente para los usuarios que hagan un uso intensivo en ciudad. Y siempre se podrá encontrar más barato en Coches.com, con las mejores ofertas de VN, una financiación envidiable y un renting de lo más completo.

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