Ford Mustang California Special, a prueba: despedida antes del cambio generacional

Hay pocas cosas que me harían más feliz que terminar la Ruta 66 en California después de haber recorrido sus casi 4.000 kilómetros desde Chicago. Y si pudiera elegir me encantaría hacerla con un auténtico muscle car americano que me recordase a aquellos tiempos pasados que no van a volver. Creo que a día de hoy el vehículo perfecto sería el Ford Mustang California Special, una edición muy genuina del deportivo que pone la guinda justo antes de una completa renovación.

California Special ya fue una edición especial del modelo que salió a finales de los 60. Se inspiraba estéticamente en el prototipo Shelby GT Notchback, al tiempo que quería ofrecer el carácter de la Costa Oeste estadounidense. En su momento tenía mucho sentido, pero ahora, en un mundo repleto de eléctricos y bajas emisiones, lo cierto es que no puede pasar desapercibido. Siento que es de las últimas veces que me encontraré con un modelo de estas características, así que voy a disfrutarlo como si no hubiera mañana.

Exterior

Yo siempre he mantenido que soy de carrocerías coupé por encima de las descapotables. Sin embargo, es indudable que el Mustang tiene un atractivo especial en el formato Convertible. El techo duro ha sido sustituido por una capota de lona con accionamiento eléctrico después de soltar un enganche manualmente que se abre en apenas 15 segundos, de las más rápidas del mercado con estas características. La maniobra se puede hacer en movimiento, a velocidades de hasta 5 km/h y lo cierto es que invita a ir descapotado siempre por estética y por el sonido como hemos hablado anteriormente.

El diseño queda mucho más limpio sin la capota que con ella puesta. Aunque, si nos fijamos bien, lo cierto es que tiene las mismas claves que el Fastback que ya probamos. En el frontal vemos formas muy marcadas en el capó y todo el protagonismo recae en la parrilla con entramado de malla, que en este caso no tiene distintivo, apenas la inscripción GT/CS en Rojo Race. Siempre ha denotado personalidad por parte de Ford que tengan un logotipo diferente al del óvalo en este modelo, pues suele emplear el caballo Mustang. Pero en algunas versiones se llega a prescindir por completo del logo, algo que sería impensable en otras marcas.

La versión California Special tiene una decoración singular en su exterior. Se ofrece con hasta nueve colores, con alguna opción nueva, al tiempo que se suman unas franjas laterales inferiores en negro, rojo y gris. Los logotipos GT/CS están presentes en otros puntos de la carrocería, mientras que hay una inscripción con el nombre del modelo casi oculta. Las llantas en este ejemplar son de 19 pulgadas y tienen un acabado en Gris Carbono para hacer juego con el splitter delantero o el difusor trasero, que acoge cuatro salidas de escape circulares.

El Ford Mustang Convertible estaría ubicado en el segmento de los descapotables grandes. Cada vez hay menos y todos corresponden a fabricantes premium. En este caso se llega hasta los 4.789 mm de longitud, con una anchura de 1.916 mm y una altura de 1.394 mm. La distancia entre ejes se va hasta los 2.720 mm, así que vemos cómo es algo más grande que sus rivales más directos.

Interior

El Ford Mustang California Special también tiene una serie de detalles específicos en su interior. De serie tiene unos asientos delanteros que son calefactados y ventilados, algo que ayudará mucho a los usuarios para que no duden en ir descapotables ni en invierno ni en verano. La tapicería es de cuero completa y hay algunas inserciones en ante Miko grias, un material sintético y reciclado. Alrededor del salpicadero hay una moldura de aluminio Carbon Hex, mientras que los asientos y las alfombrillas tienen grabado el logotipo GT/CS. En general, la calidad del Mustang es bastante buena, aunque siempre quedará un paso por detrás de otros descapotables premium debido a los plásticos de las puertas y otras zonas menos expuestas.

Lo mismo ocurre con su tecnología, pues el Ford Mustang incorpora el sistema SYNC 3 de la marca. No es el más avanzado hasta el momento, aunque cuenta con un buen número de funciones interesantes. Se controla desde la pantalla táctil central de 8 pulgadas, que está perfectamente integrada, pero que también presenta una respuesta menos precisa que otras opciones más recientes. Tiene prácticamente de todo, incluyendo conectividad completa con Apple CarPlay y Android Auto, aunque la sensación general es de tener una tecnología algo obsoleta.

Aunque también tiene cierto encanto del pasado. Basta con ver la botonera inspirada en los mandos de un avión justo por debajo de la pantalla. Precisamente es esa personalidad que emana el Mustang lo que convencerá a sus clientes, no lo avanzado que sea. Tiene controles de climatización analógicos, lo que siempre vamos a alabar en un coche, y un volante multifunción de corte clásico. Sirve para controlar una instrumentación digital de 12,3 pulgadas que deja mejor sabor de boca que la otra pantalla debido a sus gráficos y a las posibilidades de personalización que ofrece.

El Ford Mustang California Special está homologado para que viajen cuatro pasajeros, aunque lo cierto es que tenemos que considerarlo más bien como un biplaza. Delante se viaja bien, con cierto confort gracias a los cómodos asientos, pero la segunda fila es un dolor de muelas para un adulto. El acceso es complicado por el poco hueco que queda y una vez dentro apenas hay espacio para las piernas. Las cabezas no sufrirán siempre que vayamos descapotados, aunque en ese momento el aire quedará dirigido a esos pasajeros, que pasarán un rato desagradable.

Maletero

Estamos con un descapotable de grandes dimensiones, así que ya podemos intuir que el maletero no será el punto más fuerte del Ford Mustang Convertible. Sin embargo, homologa 332 litros de capacidad, una cifra correcta y que queda por encima de la media del segmento. Es más que suficiente para llevar el equipaje de dos personas, que son las que viajarán cómodas en su interior. Dicen que su capota no resta capacidad a esta zona por su diseño, aunque el coupé llega hasta los 408 litros de capacidad.

Es más grande que sus rivales directos y eso hace que les saque bastante maletero, con más de 100 litros con respecto a los modelos de la comparativa. También hay que decir que la boca de carga de este maletero no es demasiado amplia, pues el portón deja una abertura estrecha. Bajo el piso sorprende ver un hueco bastante grande, aunque no aparece la rueda de repuesto, sino el socorrido kit antipinchazos.

Motor

El corazón del Mustang California Special y, para mí, el elemento clave que tiene es el motor. Bajo el capó tenemos una mecánica V8 atmosférica de 5.0 litros, apodada como Coyote, que lleva años dando alegrías a la firma del óvalo. El bloque de aluminio sigue la filosofía clásica, aunque con ciertos avances para adaptarse a los tiempos que corren. Lo que no cambia es exactamente lo que se ha mantenido desde la primera generación: que sea un coche de propulsión con ese motor en posición delantera. 

Respecto a sus rivales con motor V8, lo cierto es que está en la media de potencia y de aceleración, encuadrado justo entre el Mercedes-AMG SL 55 que es más potente y sacando un poquito al Jaguar F-Type Convertible con su misma potencia.

Aunque el Mustang es un modelo que siempre ha estado encuadrado como un muscle car de alta cilindrada, también ha tenido una variante de cuatro cilindros. En nuestro continente se ofrecía hasta hace poco con el motor 2.3 EcoBoost de cuatro cilindros con 290 CV. Era considerado casi como un sacrilegio y quien optaba por él sabía que tenía el “Mustang de los pobres”.

Este ejemplar se queda un paso por debajo del Mustang Mach 1, aunque no creo que echemos en falta nada de potencia. Porque entrega 450 CV y 529 Nm de par, ya diremos más adelante que hay pocos coches con ese nivel de potencia en su rango de precios. Además, se permite al usuario elegir entre dos cajas de cambio: una manual de seis velocidades y otra automática de diez relaciones. En la anterior prueba del Mustang GT cogimos el manual y dijimos que era la opción más purista y auténtica; ahora nos toca con el automático que promete mejores prestaciones.

Comportamiento

Y queda claro que la mejor forma de disfrutar un Mustang es sentándose en el puesto del conductor y darle rienda suelta como a un caballo desbocado. Y comienzo por lo primero que se percibe desde un coche descapotado, que es el sonido del motor y del escape. La verdad es que la experiencia auditiva en este modelo es envidiable. En estos días que llevo con él no he encendido ni la radio, me parecería un sacrilegio. Mucho mejor disfrutar del borboteo que nos entrega desde el momento del arranque, con ese bramido notable en medias y un rugido furioso cuando llegamos a la parte superior del cuentarrevoluciones. Por otro lado, llama la atención lo aislado que se va del exterior con la capota puesta.

El Mustang suena mucho y bien, pero también corre. Como buen motor atmosférico de corte clásico, hay que llevarlo alto de vueltas para que nos muestre su rendimiento. Sorprende lo que es capaz de estirar esa mecánica las marchas, sobre todo la pegada a partir de las 5.000 vueltas. Estamos con un ejemplar que hace el 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y que puede llegar hasta los 249 km/h. También estamos con un modelo que tiene una transmisión automática de lo más novedosa. Ya lo habíamos probado en su versión manual y ahora tocaba ver cómo iba la otra opción.

Cuando me puse al volante del Mustang coupé en su versión manual alabé esa versión tan purista. Si me lo tuviera que comprar optaría por la variante con embrague debido a que es una tendencia al borde de la desaparición, aunque ahora que conduzco el automático también le veo el encanto. Es más cómodo para el día a día y también más aprovechable. Monta una nueva caja de convertidor de par de 10 velocidades que destaca por la suavidad y efectividad con la que hace los cambios. Tiene levas detrás del volante para que podamos usarla al gusto y su principal ventaja es que va totalmente acompasada con los distintos modos de conducción. 

Como en todo buen deportivo que se precie, en el Ford Mustang California Special se puede configurar prácticamente todo gracias a los modos de conducción Normal, Sport, Track y Snow/Wet. Cambia la respuesta de la dirección, del acelerador, del cambio o del control de estabilidad. De hecho, ojo con el modo de circuito que nos puede dejar cierto deslizamiento en el eje trasero. También hay otras configuraciones en este ejemplar, por ejemplo el Drag Strip para salir desde parado. Incluso se puede modificar de forma independiente la sonoridad del escape para no molestar a los vecinos saliendo del garaje.

A nivel de chasis siempre se ha dicho que el Mustang estaba por detrás de otros rivales europeos. Puede que haya parte de razón en esa afirmación, aunque he de dejar claro que ya no es un coche solo para moverse en línea recta. Va mejor en curvas gracias a una puesta a punto muy trabajada. La respuesta es precisa y es un coche que transmite mucho. La suspensión, a pesar de tener un grado de rigidez elevado, tampoco es incómoda para el día a día. Además, ofrece opcionalmente la suspensión Magneride con sus amortiguadores adaptativos que se van ajustando a razón de hasta 1.000 veces por segundo.

Queda claro que la semana al volante de este Mustang ha estado cargada de diversión. Creo que hay muy pocos coches capaces de ofrecer una conducción con tanta personalidad en su rango de precios, aunque también hay que pensar en su mantenimiento. Con el precio actual del combustible, va a ser caro moverse en un coche que ronda los 13 litros de media. Tenemos que viajar con la gasolinera a cuestas debido a la configuración de su motor, a un elevado peso de 1.818 kg o a que nos invite a acelerar en la salida de cada curva. Aunque eso no tiene por qué ser un problema.

Opinión coches.com

Es la primera vez que se pone a la venta un Ford Mustang California Special en Europa y no se nos ocurre mejor momento. Al más puro estilo americano, recibe algunas novedades en el exterior, además de un interior con toques de calidad imperdibles. Aunque, sin duda, lo más importante del modelo es que mantenga esa mecánica V8 tan genuina, que saca sonrisas con cada acelerón y nos regala los oídos conduciendo a cielo descubierto. De hecho, no vamos a engañarnos, esa es la auténtica esencia del Mustang y lo que convence a su cliente para comprarlo.

A lo largo de la prueba hemos hecho varias comparativas con posibles rivales del Mustang. Si bien es cierto aclarar que es un modelo que no tiene adversarios naturales, que es prácticamente único y que lo enfrentamos con otros descapotables que pueden tener motores con las mismas características. Pero hablando de precio, todos ellos están por encima del muscle car. El California Special parte de 62.930 euros en su versión manual. Es 2.200 euros más caro que la variante sin la versión especial y llega hasta los 65.930 euros en el automático. Una tarifa que es la mitad de lo que piden por otros descapotables con mecánica de ocho cilindros.

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