La forma en que poseemos y usamos los productos está cambiando. Muchos de nosotros nos hemos encontrado limpiando estanterías llenas de discos de CD y DVD que llevan acumulando polvo desde la llegada de los servicios de transmisión bajo demanda como Netflix y Spotify. Es algo que también se está replicando en el mundo del motor con los servicios de suscripción de empresas como Wabi, a lo que hay que sumar a los esquemas de arrendamiento existentes.
Como hemos cubierto en alguna ocasión previa, los servicios de suscripción son muy similares al alquiler de un coche, con pagos del tipo “todo incluido” que cubren tanto el uso del vehículo como los costes asociados, exceptuando la gasolina, claro. Todas las empresas de suscripción tienen formas de funcionar un poco diferente, pero en muchos casos, lo único que tendrás que añadir es la cuota mensual y olvidarte de todo lo demás, como el seguro. Además, hay un plan para casi cualquier caso, razón por la que son una tendencia al alza.
Ahora bien, la principal diferencia entre la suscripción de un coche y el alquiler tradicional es la duración. Por lo general, hay una duración máxima para un período de alquiler, que suele ser de varios meses, mientras que los servicios de suscripción están diseñados para funcionar todo el tiempo que necesites (normalmente a partir de un mes) y pudiendo cancelar en contrato si la ocasión lo requiere. Y mientras que algunas ofertas de arrendamiento (leasing o renting) son más completas que otras, la suscripción incluye todo en la cuota mensual.
Si cumples con el perfil, es posible que te interese un coche por suscripción, ya sea porque el tuyo lo tienes muerto de risa y pagas más por no usarlo que por usarlo o porque solo necesitas de un vehículo en momentos puntuales. Uno de ellos puede ser en verano. Piénsalo: ¿Eres un padre de familia y te vas de vacaciones? Puedes alquilar por ese periodo un monovolumen de siete plazas o un SUV grande. ¿Solo quieres disfrutar con tu pareja? ¿Por qué no optar por un coupé descapotable con el que surcar las carreteras de la costa mediterránea?
Para eso hay muchas empresas de alquiler, pero es posible que no te salga tan rentable desde el ámbito económico como optar por un servicio de suscripción a un coche. Sin duda, lo mejor de esta modalidad es que funciona con un contrato continuo que puede durar tan solo un mes, con la opción de cancelar o cambiar de vehículo al finalizar la fecha de arrendamiento. Esto es muy útil si tus circunstancias cambian, por ejemplo, si estás pensando en formar una familia o en trabajar en el extranjero por un periodo temporal más o menos largo.
También da acceso a los últimos modelos. Eso es particularmente relevante si estás buscando modelos eléctricos, donde la tecnología avanza tan rápido que un contrato de arrendamiento de cinco años podría parecer toda una vida. Los planes de suscripción están diseñados para ser lo más simples y transparentes posible, pero aun así hay que leer la letra pequeña. Puede que haya un límite de kilometraje mensual, y no puedes comprar el coche al terminar el periodo de suscripción. Sin embargo, en muchísimos casos, la balanza suele compensar.
Finalmente, está la simplicidad de operar un coche de suscripción. La mayoría de las empresas te entregarán el vehículo en la puerta y lo recogerán si requiere de servicio o mantenimiento. Por lo general, todo está cubierto por una sola tarifa mensual, lo que significa que no hay por qué perder tiempo buscando ofertas de seguros o concertando citas para el taller. En pocas palabras, es la forma más sencilla de hacer funcionar un coche. Si sientes que cambiar de aires te puede venir bien, prueba a coger un coche que te interese este verano.