Opel Astra (F): la historia del modelo más vendido Rüsselsheim

Las raíces del Opel Astra se remontan al Kadett original de 1936. Entre esa fecha y 1991, hay décadas de gloria automotriz que incluso Volkswagen puede envidiar. Porque el Kadett llegó con un único objetivo: vencer al Beetle y, posteriormente, al Golf. Se aseguró rápidamente su lugar en los corazones del pueblo, y aunque se hizo muy popular entre las familias, poco a poco fue siendo eclipsado, hasta la llegada del “primer” Opel Astra (F).

¿Por qué “primer”? Porque así fue en todo el mundo salvo en Reino Unido. Allí, los coches de Opel se venden bajo el nombre de Vauxhall, y el nombre “Astra” ha estado presente en las islas desde 1979. En otras palabras, las dos últimas generaciones del Kadett (D y E) en el país vecino ya contaban con la designación Astra en el portón del maletero. Sin embargo, no fue hasta 1991 cuando Opel decidió usarla por primera vez en su modelo compacto, y como lo hemos conocido en Europa a lo largo de sucesivas iteraciones.

Esto sucedió porque en el momento en el que Opel quiso traer el nuevo modelo al mundo, todas las designaciones anteriores fueron sustituidas por nombres que terminaban en “A” (como Vectra, Frontera y Calibra). El nuevo nombre tenía la intención de crear una imagen de marca nueva y positiva. En las encuestas, Astra se asoció principalmente con la tecnología y los viajes espaciales. Sin embargo, se continuó con la letra que indica el modelo, razón por la cual obtuvo el nombre oficial de Astra (F) en todos los mercados.

Continuando con la senda del Kadett (E), el por entonces nuevo Astra se presentó como un vehículo de tamaño compacto con una amplia oferta mecánica y aportaciones tecnológicas, manteniendo por supuesto el precio de venta lo más ajustado posible e intentando ganar al público por su agrado de conducción. No supuso un cambio radical con respecto al Kadett, pero tampoco podemos decir que se quedase estancado en los 80. Echando un leve vistazo, se podía apreciar de primeras que llegó para una nueva década.

El exterior apostaba por unas formas orgánicas que dejaban a atrás las líneas hechas a base de escuadra y cartabón de su predecesor. De hecho, el Astra bebía del diseño estrenado en el Calibra dos años antes. Además, en comparación con el Kadett, el Astra pudo ofrecer una habitabilidad interior considerablemente mayor partiendo de un espacio exterior de similar tamaño. Y aunque en el momento de llegar su final de ciclo de vida ya parecía un veterano, en su debut se veía mucho más fresco que, por ejemplo, el Citroën ZX.

Otro atributo de la séptima generación del modelo compacto de Rüsselsheim fue una gama que conseguía satisfacer todos los gustos. Permitía elegir entre cinco motores de gasolina y un diésel, todos ellos de cuatro cilindros equipados con la última generación de tratamiento de gases de escape. Mientras los motores de gasolina –de 1.4, 1.6, 1.8 y 2.0 litros– estaban equipados con un catalizador de tres vías, el diésel –de 1.7 litros– venía con un catalizador de oxidación de nuevo desarrollo, algo inédito en ese entonces.

Las primeras unidades entregadas a los concesionarios en octubre de 1991 se basaban en dos carrocerías: de tres y cinco puertas (Hatchback), y la familiar (Caravan). De ambas, el que se llevaba todas las miradas era la vertiente de tres puertas con el apellido “GSi”. Su motor de 2.0 litros se podía escoger bien con 8 válvulas y 115 CV, o con 16 válvulas y doble árbol de levas en cabeza y 150 CV. En primavera de 1992 llegó el cuatro puertas (Sedán), seguido un año después por el descapotable (Cabrio), fabricado por Bertone.

Donde también quería destacar el compacto alemán era en el nivel de los dispositivos de seguridad equipados, que planteó un gran paso adelante en el segmento de los compactos. Los sistemas incluían, entre otras cosas, dos barras de acero instaladas en las puertas para la protección contra impactos laterales, apoyos en las banquetas de los asientos para evitar el efecto submarino y pretensores en los cinturones de seguridad delanteros que reducían el movimiento hacia delante del cuerpo ante una grave colisión frontal.

El precepto de “máximo espacio” también se aplicó al habitáculo del Astra. En comparación con el Kadett (E), los ingenieros de Opel dotaron a su nueva criatura de mayor habitabilidad. Eso se conseguía, por ejemplo, colocando el parabrisas 74 milímetros más adelantado, así como aumentando el espacio para la cabeza y las rodillas de los pasajeros traseros hasta en 50 mm. Pese a la ganancia en amplitud, mantuvo la gran eficiencia aerodinámica típica de Opel, con un coeficiente de resistencia aerodinámica (Cx) de 0,30.

Además de la elevada seguridad y gran habitabilidad, el respeto por el medio ambiente era uno de los ejes principales en la fabricación del Astra (F). Gran parte de la instrumentación, los paneles interiores, los asientos y la consola central estaban hechos de polipropileno, un material para el que Opel había desarrollado un innovador proceso de reciclaje compatible con el medio ambiente. Otras piezas como el soporte de los paragolpes y el revestimiento de los pasos de rueda, ya estaban fabricados con material reciclado.

A nivel tecnológico, el Astra estrenó la llamada pantalla “Multi-Info Display” en la sección superior del salpicadero. Este combinaba en una sola unidad dentro del campo de visión del conductor las pantallas de la radio, el ordenador de a bordo y el check control. También fue el primero en el segmento de los compactos con el “Clean Air System”, para proteger a los ocupantes del polen, el polvo y las partículas de suciedad, mientras que el GSi 16V fue el primero de su categoría en contar con control de tracción electrónico.

Sin embargo, no todo fueron alegrías. Los capítulos sin gloria del Opel Astra (F) quedaron marcados por una campaña de retiros motivada a errores de construcción en el depósito de combustible, así como el ataque excesivo del óxido por defectos en el procesamiento de la línea de producción. Otros defectos como correas dentadas débiles, mal funcionamiento del distribuidor de encendido o del alternador de la primera serie exigieron visitas frecuentes al taller. Sin embargo, muchos de estos problemas se solventaron en 1994.

De hecho, con el lavado de cara, el Astra no solo ganó puntos con una estética modernizada. La seguridad pasiva también se incrementó, ya que Opel montaba de serie el doble airbag frontal para el conductor y el copiloto. Las pruebas de choque realizadas por las distintas asociaciones de consumidores, el ADAC y la revista británica Auto Express, mostraron que el Astra protegía mejor ante un fuerte choque que la mayoría de sus rivales coetáneos, y hasta mejor que muchos otros vehículos ubicados un segmento por encima.

En los modelos Sport y GSi posteriores (a partir de 1995), Opel empleó la denominada Lotus Sprung Suspension. Como bien dice el nombre, esta suspensión calibrada por el fabricante de deportivos inglés ofrecía una mejor conducción. Recuerda, Opel y Lotus habían trabajado juntos unos años antes para crear el sedán más rápido de la época con la base de un Omega de primera generación. Además, gracias al lifting facial, también se podía adquirir un Astra GSi con carrocería familiar, aunque simplemente llamado Astra Caravan 16 V.

Pero eso no es todo. El Astra también ejerció como laboratorio de innovación para probar sistemas de propulsión alternativos. El “Impuls”, creado a partir de un Astra Caravan, era un modelo 100 % eléctrico, el cual demostró su eficacia durante las pruebas de larga duración realizadas en la isla báltica de Rügen. 10 prototipos recorrieron 350.000 kilómetros entre 1993 y 1997. Cinco de ellos funcionaban con una batería de níquel-cadmio de 45 kWh y, los otros cinco, con una batería de níquel-cloruro de sodio de 42 kWh.

El “Impuls III” alcanzaba una velocidad máxima de 120 km/h y contaba con una autonomía máxima de 160 km. Además, Opel amplió su investigación sobre combustibles alternativos en 1996 con una producción limitada del Astra Caravan movido por gas natural comprimido (GNC), un combustible que ha demostrado ser respetuoso con el medio ambiente. Seleccionadas empresas de servicios públicos, autoridades locales y operadores de flotas probaron los 500 coches alimentados por este combustible en condiciones cotidianas.

Con una producción de alrededor de 4,13 millones de unidades entre 1991 y 1997, el Opel Astra (F) es el modelo más vendido en la historia de la marca. El modelo abordó con éxito temas que eran importantes para los consumidores a comienzos de los 90, y aportó muchas innovaciones a su segmento. En resumidas cuentas, un coche que vivió en completa sintonía con su época. Echa un vistazo a la galería para disfrutar de un viaje en el tiempo con todos los modelos del icónico compacto germano.

Fuente: Opel

Galería de fotos Opel Astra (F) 3 y 5 puertas:

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Galería de fotos Opel Astra (F) Sedán:

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Galería de fotos Opel Astra (F) Caravan:

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