Cada vez que pruebo un Skoda tengo la sensación de que es la marca del Grupo VAG mas equilibrada. Hace tiempo que los acabados pueden enfrentarse de tú a tú a las terminaciones que encuentras en un Volkswagen y el comportamiento dinámico no es ya muy distante de los Seat. Y todo ello sin renunciar a sus máximas: buen espacio, mejor maletero y precio ajustado.
La marca pretende seguir con estas máximas en el mundo actual. Y eso nos lleva por un lado a los SUV y a la electrificación. Sin duda el Skoda Enyaq IV (que ya hemos probado) sigue esos pasos, pero estamos de acuerdo con que los coches 100% eléctricos no son todavía para todo el mundo.
La respuesta a esa transición son los híbridos enchufables. Y Skoda inició ese camino, cómo no, con el Octavia. Era obvio. Es su vehículo referente la berlina más vendida de Europa en 2020 y su cuarta generación incide en lo que siempre ha sido referente y además con más estilo que nunca.
La carrocería familiar (o Combi) del Octavia se lleva gran parte de las ventas. Es por eso que, tras una primera toma de contacto con el Octavia IV y otra con el Octavia RS iV ahora hayamos decidido probar el Skoda Octavia Combi IV. Un coche que promete lo de siempre: practicidad, maletero pero ¿qué aporta la electrificación?
Exterior
La verdad es que un Skoda Octavia Combi IV cambia bien poco respecto a un Skoda Octavia Combi convencional. En nuestra prueba a fondo analizamos de arriba abajo tanto sus cotas (con 4,69 metros de longitud) como los detalles de diseño nuevos respecto a la anterior generación.
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En función del acabado elegido cambiará más detalles que por su naturaleza híbrida. Y es que las diferencias se ciñen a la toma de carga que se ubica en el paso de rueda delantero izquierdo y el logo IV que podemos encontrar en el portón. Salvo esos detalles (y la etiqueta Cero en el parabrisas), nadie detectará que llevas un coche enchufable.
Por lo demás, cuentas con los mismos 13 colores entre los que elegir para la carrocería y llantas que parten de las 18 pulgadas, como en esta unidad, con neumáticos 225/45. Según el acabado elegido también puede variar alguna moldura y claro, con el RS tendrás detalles más deportivos que con el Style que ves en la imagen.
Interior
También el habitáculo se mantiene idéntico. La calidad percibida es muy alta, alejada de los Octavia de hace una década que buscaban exclusivamente la funcionalidad. Ahora hay detalles de diseño y de materiales que eran imposibles de ver hace un tiempo en la marca.
No falta el componente tecnológico, que se hace visible en forma de pantallas. Por un lado la del sistema de infoentretenimiento, de 10 pulgadas y que concentra también la climatización. Solamente se mantienen algunas teclas de acceso rápido bajo ella, el resto es todo táctil. Por otro lado, el cuadro de instrumentos digital, con diferentes vistas para mostrar la información.
Obviamente, debido a la naturaleza eléctrica del vehículo hay pantallas específicas. El cuadro de mandos presenta un potenciómetro, por ejemplo, compartido con el cuentarevoluciones clásico. Y en la pantalla central podemos ver distintos gráficos sobre consumo eléctrico y de combustible, flujo de la energía en cada momento o cómo se está desarrollando la carga.
También el paso de un modo a otro se ha dejado en la pantalla, sin disponer de un botón al uso. Para ello hay que acceder a los diferentes modos de conducción con los que cuenta el coche (existe la tecla Mode para ello) y luego eliges el eMode (eléctrico) o Hybrid (combina ambos propulsores). Es ahí donde también debes entrar para modificar la retención –y regeneración– de la frenada.
Este último detalle es algo que algunos híbridos enchufables tienen en las levas. El Octavia Combi IV cuentas con ellas, pero actúan sobre el cambio DSG. Se ubican tras el volante de dos radios, uno de esos detalles de diseño (junto a las manillas de las puertas) que demuestran que esta generación del Octavia es mucho más que practicidad y racionalidad.
Ojo, que no renuncia a ello. Tenemos espacio a raudales para adultos de cualquier talla delante. Y numerosos huecos para dejar objetos. Como delante del pequeño selector del cambio (la caja es ahora electrónica y puede prescindir del pomo), ganando una base de carga inalámbrica, bolsas de las puertas, guantera o el cofre entre los asientos.
Detrás… pues el mejor de su clase. Todos los rivales del segmento C han crecido pero ninguno ofrece un espacio para las piernas semejante (sólo el Seat León Sportstourer se le acerca de los que hemos probado).
Y tiene, de serie o como opción, numerosos elementos que te hacen la vida más fácil al viajar con niños. Desde las salidas para el sistema de climatización (puede regularse la temperatura del aire), dos tomas USB-C o un enchufe de 230 V. No falta un soporte para una Tablet en el respaldo delantero o las cortinillas en las ventanas que hacen más soportables los días de sol.
Maletero
Buena parte de la fama del Octavia Combi se ha fraguado con su capacidad de carga. Y es que pocos familiares compactos suelen ofrecer tanto, si bien el éxito de este Skoda ha llevado a que las cifras hayan ido aumentando en sus rivales.
Eso sí, como cualquier coche enchufable se pierde bastante. Del vasto cofre de 640 litros de capacidad se pasa a 490 litros. Sigue siendo el referente entre los coches familiares PHEV de su tamaño y muy superior al de un compacto.
De todos modos, sigue siendo un espacio muy aprovechable y con numerosas soluciones prácticas. Contamos con un espacio bajo el piso (en el lado más cercano al borde de carga) para llevar los cables de carga (trae dos de serie, su potencia máxima de carga es de 3,6 kW en corriente alterna). No faltan perchas, ganchos para mantener la carga fija, un piso de goma si no quieres dañar el tapizado…
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En los laterales contamos con dos palancas que sirven para abatir fácilmente los asientos traseros. Están divididos en dos partes asimétricas (la mayor cuenta con una apertura para llevar objetos largos). Si abates los dos queda un espacio de 1.555 litros de capacidad, totalmente plano. Cargué en él una bicicleta de montaña de adulto (rueda de 29 pulgadas) y una de niño de 20 pulgadas) sin tener que desmontar nada.
Equipamiento
La gama del Skoda Octavia Combi IV parte del acabado Ambition, que parte de 37.120 euros sin descuentos. Es bastante completo, más que el de un Octavia con motor de combustión exclusivamente, ya que dispone de llantas de 18 pulgadas, el sistema de infoentretenimiento Bolero con pantalla de 10 pulgadas y el cuadro de instrumentos digital, selector de modos de conducción, control de crucero adaptativo, asistente de cambio de carril, apertura del portón eléctrica, cámara de visión posterior, climatizador bizona, faros traseros LED Dynamic…
Si buscas algo más tienes el Style, con el que ganas elementos estéticos que mejoran la imagen, como los detalles cromados o las barras de techo en plata, pero también otros tecnológicos y de confort en el habitáculo. Son 38.620 euros.
A todo lo que incluye, que no es poco, puedes sumar numerosos opcionales. Como te contamos en su día la marca los ha organizado en diez paquetes de extras para que uno no se agobie demasiado con listados interminables.
Quienes busquen un cariz deportivo tienen el acabado Sport, en un nivel de precios similar al Style y el RS (que ya se eleva a 41.420 euros).
Estas tarifas que te hemos dado no incluyen descuentos, que son muy generosos en todas las marcas en estas mecánicas ya que evitan pagar multas por superar los niveles de emisiones. Es por ello sencillo encontrar ofertas del Skoda Octavia Combi híbrido en nuestra sección de coches nuevos. Las publican y actualizan concesionarios oficiales de la marca de toda España y recuerda que pueden incluir la obligación de financiar el coche con la marca.
Motor
El Grupo VAG tiene una ya clásica combinación para coches híbridos enchufables. La misma que probamos, por ejemplo, en el Passat Variant GTE, el Cupra León Sportstourer o el Seat Tarraco e-Hybrid: la unión del bloque 1.4 TSI de gasolina de 156 CV con uno eléctrico de 115 CV.
El resultado, en este caso es de 204 CV de potencia y 350 Nm de par. Y decimos en este caso porque la configuración de la centralita permite que la potencia aumente a 245 CV y 400 Nm de par en los Octavia RS iV, con idénticos ingredientes.
Sus prestaciones son notables ya que es capaz de alcanzar 100 km/h desde parado en 7,8 segundos y una velocidad punta de 220 km/h (no supera los 140 km/h en modo eléctrico). Gracias a su batería de 13 kWh de capacidad es capaz de recorrer hasta 60 km en modo 100 % eléctrico (si eliges la carrocería berlina, hasta 69 km).
No me gusta hablar de consumos homologados en coches con este sistema de propulsión ya que la metodología no es replicable en un uso normal. Así que lo mejor es conducir y ver cuánto gasta con y sin batería llena.
Comportamiento
El coche arranca siempre en modo 100 % eléctrico (salvo con frío extremo, que no era el caso). Es algo habitual en estos coches, así que si quieres reservar carga batería para usar más adelante toca primero acordarse y después buscar en los menús de la pantalla. De todos modos, para el experimento que quiero hacer con el coche en esta ocasión me interesa saber cuántos km puedo recorrer sin emisiones, así que lo dejo activado.
No fueron los 60 homologados, se quedó en 51 km hasta que agotamos la carga de la batería, pero también he de decir que recorrimos buena parte de ese trayecto por autovía a velocidades máximas legales de 120 km/h, algo que desde el punto de la eficiencia no tiene sentido alguno. Y llegamos a destino, donde realizamos algunas fotos, con el ordenador de a bordo indicando que habíamos recorrido 135 km, gastando 3,5 l/100 km de gasolina y 6,4 kWh/100 km.
El coche en modo eléctrico va bien. Es un coche cómodo, si bien puedes elegir también entre los modos de conducción clásicos (Eco, Normal, Confort, Sport e Individual) independientemente del sistema de propulsión empleado y cambiar bastante el carácter del coche que sigue primando el confort.
Respecto al diésel de 150 CV que probé pesa 150 kg más pero no es algo que aprecies salvo que quieras apurar mucho las curvas. De todos modos, sigo sin ver esta solución híbrida muy enfocada a la conducción dinámica. Ya no tanto por ese peso extra sino por la gestión de le centralita cuando pasa de un motor a otro.
Con una berlina entre manos (de acuerdo, con carrocería familiar) el paso obvio en una prueba es testarla en un viaje. Es sin duda el hábitat natural de este tipo de coches. Tenía ante mi un viaje de ida y vuelta de 464 km. Mi idea era contrastar los consumos sin carga y volver a medirlos una vez que cargase en destino (me dirigía a una casa unifamiliar).
En vías rápidas estos híbridos tienen todavía más aplomo que un coche. Debido al oeso y a que los ingenieros procuran tener el peso de las baterías lo más centrado y bajo posible. Me sorprendió que no perdía garra pese a ir, teóricamente, descargado. No pierde aceleración y recupera de fábula. Y es que siempre hay un pequeño porcentaje para asistir al motor de combustión, además de que cargas en las deceleraciones. Y de qué manera… en un puerto de montaña llegué a recuperar 15 km de autonomía.
Mi problema fue que no puede cargar en destino. Pensaba enchufarlo en una toma convencional (en cinco horas estaría cargado), pero el cargador me daba un error del domicilio. Puede ocurrir en ocasiones no es una faena, sino que evita que “frías” la instalación eléctrica. Como no tenía otra opción, tuve que volver de nuevo sin carga. Bueno, podría emplear el motor de combustión para recargar, pero es algo que me parece un contrasentido.
El resultado del consumo me sorprendió. Y es que con cuatro ocupantes y carga, con una velocidad media alta (95 km/h) acabar gastando 5,9 l/100 km en un recorrido que no beneficia al sistema de propulsión de este coche me pareció una cifra muy buena.
Opinión coches.com
De esta prueba pude extraer varias conclusiones. La primera, que nos falta camino por recorrer en infraestructura eléctrica. Incluso contando con una toma en una casa unifamiliar te puedes encontrar con problemas. De tener un coche 100 % eléctrico me habría tocado buscar una solución que hubiese sin dida retrasado mi viaje de vuelta.
La segunda conclusión es que los híbridos enchufables pueden ser unos aliados a la hora de gastar poco. Eso sí, hay que verlos más como híbridos que fijarse en las cifras de prestaciones. Porque uno puede ver a un coche de más de 204 CV con ciertas aspiraciones deportivas, pero entonces quizá estos coches no son los más adecuados para ti.
Contando con un punto de carga habitualmente (no es necesario siquiera un Wallbox) los primeros kilómetros serán además mucho más baratos y limpios. Cierto, hay una diferencia de precio notable. Respecto al 2.0 diésel de 150 CV con idéntico acabado Style, un sobrecoste, sin tener en cuenta los descuentos, de 5.000 euros. Se salvan en parte con las ayudas del Plan Moves y te facilita la vida al entrar en ciudades.
Por lo demás, tiene el resto de virtudes de los Skoda Octavia, un coche racional, amplio y que ofrece mucho por menos dinero que otros competidores. Cierto que el maletero se ve mermado respecto a otras mecánicas, pero sigue siendo notable y el confort de marcha y las prestaciones rayan a gran altura.
- Habitabilidad y acabados interiores
- Rendimiento del motor y consumos
- Buen equipamiento de serie y posibilidades
- Potente, pero no deportivo
- No son posibles las cargas rápidas
- Pérdida de maletero respecto a versiones de combustión
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