¿Cuál es la mejor alternativa para viajar con tres hijos y equipaje? Sin duda, un monovolumen grande. Cierto es que estas alternativas no están demasiado en boga. El motivo es el auge del fenómeno SUV, con modelos cada vez mayores, de hasta siete plazas y buenos maleteros que ya no son exclusivos de las marcas premium, sino que son ya el mascarón de proa de la gama de fabricantes generalistas.
Quedan en el mercado algunos buenos ejemplos para quienes no se dejen atrapar por la marea SUV. Uno de ellos, este Seat Alhambra, un monovolumen que siempre ha mantenido un buen nivel de ventas gracias a su buena relación precio/equipamiento y un comportamiento dinámico a la altura de lo que uno espera en la marca.
Hemos podido pasar algo más de una semana con una unidad recorriendo España de norte a sur. La situación vital era la propicia para el coche: dos niños, uno de ellos un bebé de pocos meses de edad, con todo el arsenal de cunas, carros, bañera y mil cosas que los que no son padres jamás imaginarían.
Con toda la parafernalia, nos disponemos a conocer mejor un coche que para la mayoría puede pasar desapaercibido… pero créenos cuando te decimos que es mucho más práctico, amplio y agradable de conducir que otros modelos cuyas cifras de ventas superan a las de este modelo en los últimos tiempos.
Exterior
Los monovolúmenes optan por aprovechar al máximo su capacidad interior. Eso lleva a que todos sean (más o menos) parecidos. En el Alhambra, eso sí, el concepto Arrow Design ha conseguido darle un aspecto más dinámico, dentro de las limitaciones que imponen este tipo de vehículos. Al menos, más que el Volkswagen Sharan con el que comparte plataforma y la mayoría de componentes.
Con 4.854 mm de longitud y nada menos que 1.904 mm de anchura, la versión actualmente a la venta, lanzada en 2015, difiere poco de la que se presentó allá por 2010. Los cambios de diseño exteriores fueron tan sutiles que apenas los muy expertos los distinguen. Cambian los pilotos traseros, ahora con tecnología LED y más parecidos a los del resto de la gama, y cambió el logo en parrillla frontal y portón trasero.
Nuevos diseños de llantas (de 18 pulgadas en nuestra unidad de pruebas) completaron las novedades de este vehículo que alcanza los 1.720 mm de altura y al que no hay que agacharse apenas para entrar. Y es que, es precisamente por lo que ofrece dentro por lo que la mayor parte de la gente apuesta por estos vehículos. Así que lo analizaremos ahora más en profundidad.
Interior
Con 2.919 mm de distancia entre ejes de ruedas, es obvio que el espacio interior es excelente. Y tiene mucha miga que contar. Empecemos de delante hacia atrás. Las plazas delanteras son muy cómodas y recogen bien el cuerpo (en nuestra unidad, contaban además con regulación eléctrica).
La posición de conducción es algo elevada, pero más baja que en la mayoría de los monovolúmenes coetáneos lanzados a principios de la década y con un volante en posición más de turismo que de una furgoneta, que suelen ir más tendidos.
La disposición de los mandos no varía un ápice de lo que podemos encontrar en otros vehículos de la marca y los materiales y ajustes entre piezas son realmente buenos. En el centro del salpicadero encontramos una pantalla que integra funciones del sistema multimedia y navegación o la indispensable cámara de visión trasera.
No es tan fabuloso como el que monta el actual Ibiza (ver prueba), pero sí notable, pues desde la llegada del Alhambra 2015 cuenta con un sistema Full Link para poder utilizar diferentes funciones del móvil a través de ella. No faltan botones para acceder a las funciones principales y mandos giratorios muy intuitivos.
Bajo él encontramos los mandos de la climatización y teclas de acceso a funciones como abrir las puertas traseras y un pequeño hueco para dejar objetos. En esa zona esta también el arranque por botón y una toma de corriente, precediendo al selector del cambio.
Se ha pensado mucho en el apartado práctico, como cabría esperar de un coche de estas características, de clara orientación familiar. Cuenta con huecos para dejar objetos como el gran cajon estre los asientos, reposabebidas, grandes bolsas en las puertas y una buena guantera, un hueco en el techo para dejar las gafas, otro sobre el salpicadero… incluso puede montar cajones baho los asientos.
En cuanto al cuadro de mandos, es también el clásico de Seat, con una pantalla central flanqueada por dos relojes, de diseño muy alemán. El volante tiene los mandos justos y necesarios (con el control de velocidad en un mando satélite) y todo está donde esperas, algo propio de todos los modelos del grupo VAG.
Cuando nos vamos a las plazas traseras, vemos que se accede a través de dos puertas correderas. Son muy largas y se abren mucho, con lo que ejan un espacio enorme para pasar. Cuando aparcas en batería no tienen el inconveniente de las laterales, lo que facilita subir, por ejemplo, si hay otros vehículos aparcados cerca (es vital en un coche más ancho que los convencionales).
Elegiría, sí o sí, la posibilidad de que cuenten con accionamiento eléctrico. Se gana en comodidad, un niño puede abrirlas sin esfuerzo alguno y no hay peligro de que puedan atrapar a alguien ya que se frenan al ejercer algo de fuerza, no demasiada (un niño de 5 años la para sin problema alguno, comprobado).
No obstante, para evitar sustos, pueden abrirse y bloquear su uso desde las plazas delanteras. Conozco bien las manuales y, como son tan grandes, resultan pesadas para cerrarlas, sobre todo si se aparca cuesta arriba y al hacerlo desde el interior.
La segunda fila de asientos la forman tres asientos idénticos, en los que caben holgadamente dos sillas infantiles y un adulto en medio (o tres sillas, o tres adultos, claro). Es la gran ventaja de los monovolúmenes de este tamaño.
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Ninguno de los SUV grandes o los familiares grandes ofrecen un espacio así para tres ocupantes, ya que la plaza central suele ser más estrecha e incómoda, si bien algunos de los primeros ya ofrecen tres asientos individuales, pero no tan anchos. Dos sí irán más cómodos en un familiar, principalmente porque los asientos no van tan cerca de las ventanillas y suelen ser algo más anchos («condenando» al pasajero central).
Por lo demás, es un espacio pensado por y para los más pequeños. Disponen de bandejas en los asientos delanteros para dejar sus cosas, cortinillas en las ventanas para que no les moleste el sol, un par de huecos bajo el piso para esconder sus juguetes… Además, los asientos laterales pueden ser especiales y suplir la necesidad de una sillita de Grupo 2 o 3 (para niños que ya van sujetos con el cinturón de seguridad, sin arnés), convirtiendo una butaca convencional en un asiento para niños homologado en un par de sencillos movimientos.
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Y queda todavía una tercera fila de asientos. Se accede bien a ellos y es posible que viajen en ellas adultos (no altísimos) o niños en sus sistemas de retención infantiles. No son tan cómodas como el resto y para facilitar el acomodo habrá que echar hacia delante un poco los asientos de la segunda fila (pueden desplazarse hasta 16 cm), pero cuenta con sus salidas de aire independientes o reposabrazos. Sus cinturones salen del techo, para que no molesten en el maletero.
Estos asientos (y los de la segunda fila) pueden recogerse bajo el piso cuando no se utilicen, con apenas unos movimientos. Los de la tercera fila tirando de un asa y los de la segunda, con una palanca desde el mismo asiento. Se pierde altura de carga, pero evita tener que sacarlos del habitáculo, como en la anterior generación (el Seat Alhambra 2000). Por experiencia propia, sé que pesan lo suyo y ocupan, hay que tener un buen espacio para dejarlos cuando no se emplean.
Maletero
Desde luego, cuando sabes que cuentas con 955 litros de capacidad de maletero con cinco asientos disponibles (más del doble del coche que guardo en el garage), piensas que jamás podrás llenarlo. Pues es posible, pero también lo es que no has de renunciar absolutamente a llevar nada. ¿Puede que necesitemos esto? Para dentro. ¿El niño usará la bici estos días? Métela. Y así con muchas, pero muchas cosas.
¿Un pero? Pues cuando utilizas las siete plazas, el espacio es realmente reducido, pues se queda en apenas 300 litros (muy profunda, eso sí, al no contar con rueda de repuesto). Cuando padres de familias numerosas de cuatro hijos me preguntan por este coche siempre les indico este hándicap, si bien pueden emplear solo un asiento en esa fila o ganar algo de espacio, o montar un cofre en el techo para los viajes largos. Si no, un SsangYong Rodius o una variante de pasajeros de un vehículo comercial son las únicas opciones para viajar siete personas con todo su equipaje.
Es posible también contar con una superficie enorme, de 2.430 litros de capacidad, empleando con dos filas de asientos. No hay estantería de Ikea que se le resista (y pocos sofás, añadiría) con esa superficie plana de 2,11 metros de longitud.
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Interesante el portón eléctrico con el que contaba nuestra unidad. Facilita (como las puertas correderas eléctricas, vienen incluidas en el mismo paquete), tener que mover un elemento que puede ser pesado para algunas personas. Y puede regularse la altura a la que se abre con facilidad desde un mando en la consola. De este modo evitas que golpee techos… y que si el dueño del coche es bajo no alcance a cerrarlo si se abre por completo.
Por lo demás, esta superficie está muy bien rematada, cuenta con iluminación suficiente a ambos lados y argollas para poder sujetar la carga si se precisa. Nuestra unidad no contaba con ello, pero entre los accesorios disponibles puede elegirse una red para separar el maletero de los ocupantes, bien detrás de la segunda fila de asientos o incluso de la primera.
Equipamiento
En este apartado de equipamiento donde más se nota el salto del Alhambra 2010 al Alhambra 2015. Nuestra unidad contaba con el nivel de dotación más elevado de la gama, el Style Advanced. Por debajo se encontraba los Reference y Style… y sí, hablamos en pasado ya que la gama ahora se ha reducido a una única terminación, la Style Travel (muy similar a esta) desde el 1 de septiembre. Fue entonces cuando entró en vigor la normativa de emisiones Euro 6d-Temp y el nuevo ciclo de medición de consumos WLTP que obliga a homologar todas las versiones de un modelo y que tantos quebraderos de cabeza ha dado (y da) a los fabricantes.
Dese luego, echas pocas cosas de menos con este acabado. De serie cuenta ya con elementos como las llantas de aleación de 17 pulgadas, barras de techo negras, detalles interiores cromados, especio interior electrocrómico, cristales traseros tintados, el Radio Media Sistem con pantalla de 6,5 pulgadas y Bluetooth, volante de cuero, aire acondicionado…
En un vehículo así es vital la seguridad de todos los ocupantes. No faltan en la dotación múltiples airbags, faros antiniebla con luz de giro, detector de fatiga, control de velocidad de crucero, sensores de aparcamiento delanteros y traseros…
Si el precio de partida de una unidad Style Advanced con el motor diésel 2.0 TDI parte de 37.450 euros, muy competitivo, en nuestro caso contábamos con unos cuántos extras que aumentaban notablemente el coste. Se mejoraba el aspecto con la pintura metalizada (655 €) al pack cromado en barras y contorno de las ventanillas (551 €), las puertas laterales y portón trasero con apertura eléctrica (1.174 €) , los faros bixenón (1.060 €) o las llantas de 18 pulgadas de diseño Akira (478 €).
En el interior, además de los 7 asientos (831 €) encontramos los asientos deportivos en cuero calefactados y el de conductor con memoria y función masaje (2.442), el techo panorámico que hace las delicias de los más pequeños (1.029 €), el navegador con cámara de visión trasera (624 €), apertura y arranque sin llave (374 €), climatizador de tres zonas (946 €)…. Que hace que el coche se sitúe por encima de los 52.000 euros.
No me parece un precio escandaloso por un vehículo de este tamaño y semejante nivel de dotación y cuidado por el detalle, pero sí es cierto que, para una familia de cinco miembros, para quien está pensado, es un desembolso bastante elevado. Eso sí, es de agradecer que exista la posibilidad de montar un equipamiento tan variado.
De todos modos, te recomendamos echar un ojo a las ofertas de Seat Alhambra en nuestra sección de coches nuevos, donde los concesionarios de la marca publican sus descuentos y los mantienen actualizados. Tampoco está de más echar un ojo a nuestro comparador de seguros para dar con la póliza que mejor se ajuste a tus necesidades y presupuesto.
Motor
El motor que equipa nuestra unidad es el 2.0 TDI de 184 CV, asociado al siempre agradable cambio DSG de seis relaciones (puede ir también ligado a un cambio manual con el mismo número de marchas, lo que significa pagar en torno a 2.000 euros menos).
Anuncia un consumo combinado de 5,3 l/100 k y 141 gramos de CO2 por km de emisiones, por lo que paga un 4,75% de impuesto de matriculación. Son datos tomados con la antigua homologación de consumos, ya que desde la entrada del WLTP el 1 de septiembre ha dejado de estar disponible (junto con las versione de gasolina y las 4Drive de tracción total) y por el momento solamente se ofrece la variante de 150 CV, con ambas transmisiones.
Las prestaciones con este motor son excelentes para un vehículo de su tamaño. Entrega su potencia máxima entre las 3.500 y 4.000 rpm, con un par máximo de 380 Nm entre las 1.750 y 3.000 rpm, un amplio rango. No es de extrañar que pueda alcanzar nada menso que 215 km/h y, además, sea capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos.
Cifras muy buenas, como decíamos, tanto que el motor situado un escalón por debajo, el de 150 CV, se nos antoje más que suficiente para las necesidades de la mayoría (amén de más económico para los siempre apuradas finanzas familiares).
Comportamiento
Destaca en interior, en maletero, en equipamiento… y también cuando o pones en marcha. No se trata de un salón sobre ruedas (que también), sino que el Seat Alhambra destaca sobre la competencia por su extraordinario buen hacer en todo tipo de vías. En estos momentos, quizá solamente en Ford S-Max se encuentra a su altura dinámicamente, si bien se ve superado en varios de los anteriores aspectos.
Nada más arrancar sorprende lo bien aislado que está el motor. Esperas algo más tosco de un vehículo de su tamaño, pero reconozco mi equivocación. Suena muy poco a bajas velocidades y en cuanto comienza a ganar km/h en su marcador da gusto comprobar cómo ni siquiera percibes ruidos aerodinámicos (cosa rara en estos vehículos de superficie forntal tan grande) o incluso de rodadura.
Cierto es que sus dimensiones no ayudan en ciudad, obviamente no puedes callejear por zonas estrechas como con un compacto, pero no notas tampoco una diferencia abismal frente a, por ejemplo, un monovolumen compacto como el Volkswagen Touran (ver prueba). Incluso aparcando en lugares angostos, gracias a la dirección asistida o los sensores repartidos por toda la carrocería consigues realizar estas maniobras sin esfuerzo. Además, su sistema Start/Stop se mostró en todo momento rápido y eficaz (la firma asegura que el consumo se rebaja un 4% gracias a él).
Pero donde se siente realmente a gusto, sobre todo con este motor, es devorando kilómetros. El coche… y el conductor. En autovía es realmente una gozada viajar con él y destaca por agilidad a la hora de tomar curvas también cuando te alejas de las vías rápidas. Un comportamiento que contrasta con la de su «hermano», el Volkswagen Sharan, que busca más el confort. El Alhambra se demuestra aplomado, con una dirección precisa y pocos balanceos, mostrándose estable en todo momento, algo que agradecerán los niños que se marean.
Y todo ello sin que la suspensión sea incómoda y transmita los baches al habitáculo maltratando a los pasajeros. El trabajo de los ingenieros de la firma con las suspensiones siempre es excelente. Puede ser «fácil» lograrlo en un Seat Ibiza o un Seat León, pero también lo consiguen en este modelo… y en el Ateca, alejados por altura y peso de esa emotividad al conducir, pero que acaban por empaparse y ser fieles al espíritu de la marca.
No hemos hablado aún de los consumos. Tras recorrer más de 1.800 km con el Seat Alhambra, lo devolvimos con un registro de 6,7 l/100 km de media. Superior al homologado, de acuerdo, pero una cifra excelente si tenemos en cuenta el peso del coche (son 1.800 kg, quizá más por todo el equipamiento que tenía nuestra unidad), las velocidades medias alcanzadas y todo lo que cargamos el maletero.
Opinión coches.com
La historia de los viajes mi infancia está (seguramente, como tantos otros) ligados a los coches de Seat. Desde el Seat 600 de mi abuelo con el que conocí un sinfín de playas gallegas a los 124 y 131 con cuya limitada potencia mi padre debía lidiar adelantando camiones en los puertos de montaña por las nacionales de antaño. Ojalá aquellos viajes hubiesen sido en un Seat Alhambra. Creo que nunca la marca ha contado con un coche tan fabuloso para viajar en familia.
El coste de la unidad probada es muy alto, pero no hace falta nada más que echar un ojo al configurador de la marca para que entre en presupuesto (bien con el motor TDI de 150 CV, que resulta suficiente), bien no abusando de los opcionales (por más que faciliten la vida, algunos con los que contaba nuestra unidad podría ser prescindible). Con ello consigues un coche de una buena relación calidad precio, de los mejores del mercado.
¿Cuál será el futuro del Alhambra? Desde luego, la tendencia no es muy halagüeña para coches como él. La marca ya ha presentado el Seat Tarraco, que ofrece buen maletero y también siete plazas, si bien no contará con la amplitud de este… pero sí con esa imagen aventurera tan demandada en el mercado actual.
- Interior amplio, de calidad, práctico y modular
- Motor refinado y potente. Gran comportamiento dinámico
- Posibilidades de equipamiento elevadas
- Exterior poco conquistador
- Precio final con opciones elevado
- Carencia de asistentes de conducción de última generación
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