El mercado de los SUV compactos es cada vez más complejo. En España se venden actualmente 37 modelos con esta carrocería. Una barbaridad, pues no contamos los exclusivamente eléctricos. ¿Y cómo destacar entre tanta competencia? Pues o bien con un modelo con bagaje, como el Kia Sportage, o bien con algo totalmente nuevo y rompedor, como el Kia Sportage.
El Sportage es especial para Kia en Europa. Llegó al mercado en 1993, se trataba de una especie de todoterreno ligero, cuando aún los SUV eran un rara avis en la carretera. Ofrecía tracción total a un precio económico. El salto llegó en 2010, con la tercera generación. Entonces se convirtió en el modelo más vendido de la marca, con mejoras notables en diseño y calidad. Ya en 2016 conocimos la cuarta generación, un coche también muy vendido a pesar de tener múltiples rivales en su segmento.
Y ahora conocemos la quinta generación. Llegó al mercado en 2022 y pretende revivir los éxitos de sus antecesores con cuatro pilares: diseño, calidad de interior, tecnología y diferentes alternativas de propulsión. Hoy tenemos con nosotros a la variante híbrida, pero en verano se suma a la gama una híbrida enchufable, con etiqueta Cero.
La versión más básica parte de 23.500 euros, con motor de gasolina de 150 CV. Si eliges esta híbrida de 230 CV asciende a 33.900 €, si bien con un acabado más completo. Vamos a analizar en detalle si compensa pagar ese precio, a fondo:
Exterior
Decía el jefe de diseño de Kia que con el Sportage no querían dar un paso adelante, sino pasar a un nivel diferente en el mucho de los SUV. Te puede gustar más o menos, pero Lo han conseguido. Un apunte: es la primera vez en sus 29 años que no hay un diseño global para este modelo, ya que la versión europea es diferente a las que se venden en otros mercados.
La fuente de inspiración fue el Kia EV6, pero con matices. Como él estrena el nuevo logo de la marca en el extremo delantero del capó y como él tiene un atrevido frontal, con una parte superior con la tiger nose más minimalista que nunca y una inferior con una parrilla muy grande, en negro brillante. Las separa un listón en color de la carrocería en las versiones GT-Line, metálico en las “convencionales”. Llamativas sin duda las ópticas, con una luz diurna en forma de boomerang muy singular, y que enmarcan a las luces principales en el lateral.
En la parte inferior, un paragolpes con una gran apertura central, lugar donde se ubican los sensores y faros antiniebla de LED encastrados en los extremos. No falta la habitual protección metálica pero aquí no se busca la robustez, pues los bajos se han revestido de negro brillante en lugar de plástico que soprote mejor el paso por caminos.
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El lateral tiene una imagen más sofisticada que su antecesor. De nuevo superficies brillantes en la parte baja y en los pasos de rueda, bajo los que encontramos llantas de entre 17 y 19 pulgadas (de 18 en esta versión híbrida). Las versiones GT-Line puedes elegir el techo en negro, en contraste con otros ocho de carrocería, la mayoría más atrevidos que el Penta Metal. Eso sí, este color nos permite ver muy bien el marco que acompaña la línea de cintura y que luego se parte para continuar más arriba en el pilar C, uniéndose al alerón trasero.
El coche creció 3 cm respecto de su predecesor. Ahora mide 4.515 mm de longitud, por lo que es algo más grande que el Hyundai Tucson que probamos y con el que comparte plataforma. Se va a los 1.865 mm de ancho y a los 1.650 mm de altura.
En la parte trasera, se juega con superficies cóncavas y convexas como en el EV6. Se ha conseguido que sea una zona muy limpia, ayudado porque el limpialuneta se oculta bajo el spolier superior. Las ópticas apuestan por la horizontalidad y se unen visualmente con un arco en negro brillante, no con una tira de LED como en el SUV eléctrico. Más abajo, una protección cromada a la altura de las luces antiniebla. Y sin salidas de escape a la vista.
Interior
Como en todos los Kia que han pasado por nuestro canal de pruebas, ya no es una sorpresa hablar de un salto de calidad notable. Superior a la mayoría de marcas generalistas europeas, con texturas suaves. ¿La única pega? Que se abuse del negro piano.
La posición de conducción es alta y contamos con unos asientos muy cómodos, acabados en piel negra con ribetes blancos en este acabado GT-Lie y con unos reposacabezas anatómicos que permiten descansar la cabeza muy bien.
Otros detalles del GT-Line son el techo en negro, si bien en esta unidad tenemos un techo de cristal practicable, los pedales de aluminio o el logo en el volante. Es un aro algo achatado en la base, de buen tacto y buen grosor.
Y, por supuesto, tecnología. Se ha recurrido a la solución más modernas actualmente, una superficie de cristal curvada que integra dos pantallas de 12,3 pulgadas, Una para el cuadro de instrumentos, con mucha información que controlamos desde el volante y en la que tenemos el sistema de visión del punto ciego al activar los intermitentes.
A su derecha, otra táctil del mismo tamaño, 12,3 pulgadas. Tiene el sistema de infoentretenimiento de la marca y un buen funcionamiento, aunque como hemos dicho en otros modelos del fabricante y de Hyundai, la interfaz puede mejorar.
Es una pantalla táctil pero se incluye bajo el aireador central vertical la barra multimodo que tanto me gustó en la prueba del Kia EV6. Y es que este conjunto de superficies o diales pueden servir para controlar el climatizador y también para el sistema multimedia. Así subimos y bajamos temperatura o volumen en un mismo mando, pero sin desviar la vista de la carretera.
Separa los asientos una consola central elevada, donde se ubica el mando giratorio del selector del cambio, el mismo que estrenó el Kia Sorento. Tenemos en esa zona también el botón de encendido y accesos rápidos a otras funciones, pero no el freno de estacionamiento, que está a la izquierda del volante
En esa zona también contamos con un par de reposabebidas, antes de un reposabrazos que oculta un cofre para dejar objetos. En la parte delantera, el lugar para dejar el móvil, que puedes recargar con las tomas USB, USB-C, 12 V y, en versiones más equipadas, el la zona de recarga inalámbrica en la parte delantera, así como un par de reposabebidas, que se pliegan si no los necesitas, y el reposabrazos que da acceso a un cofre para guardar algún objeto.
En un vehículo de este tamaño se valora el espacio para varios miembros de la familia. El espacio detrás es bastante cómodo, con buen espacio para las piernas o la cabeza, aunque como es habitual, dos irán más cómodos que tres ocupantes, si bien el piso es totalmente plano.
Un buen punto a favor, que no tiene el Kia Niro, son los respaldos reclinables o que las puertas tienen el mismo material de recubrimiento que en las plazas delanteras. Eso sí, la banqueta no puede desplazarse longitudinalmente como en otro rivales.
Contamos y salidas de la climatización al final de la consola central. Permiten regular la temperatura, no solo el caudal del aire. Y detalles interesantes en los asientos delanteros, como las tomas USB-C integradas en el lateral, ganchos para colgar bolsas o el reposacabezas con forma de percha para dejar la chaqueta, además del clásico bolsillo posterior.
Maletero
Un Kia Sportage cuenta con un maletero de 591 litros, una cifra que está entre las mayores del segmento, superado, eso sí, por el Hyundai Tucson. Elegir la versión híbrida no resta mucho espacio, ya que apenas se reduce 4 litros, se queda en 587. Reducen mucha más capacidad las versiones mild hybrid gasolina (562 litros) y diésel (526 litros).
El borde de carga no está exageradamente elevado y el piso queda a ras de la carrocería. Las formas son bastante regulares, por lo que es sencillo aprovechar el espacio.
Bajo el piso hay un espacio compartimentado que es bastante aprovechable y donde está el kit de reparación de pinchazos. Otros detalles que nos gustaron fueron las argollas para fijar la carga, ganchos para colgar bolsas o la toma de 12 voltios.
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Los respaldos de los asientos traseros están divididos en tres partes, en proporción 40:20:40. Puedes abatirlos tirando de una palanca en el lateral para conseguir un espacio de 1.776 litros de capacidad.
Equipamiento (no en vídeo)
Kia ha estructurado el equipamiento del Sportage en cuatro niveles de dotación, denominados Concept, Drive, Tech y GT-Line. Desde el de acceso se incluyen de serie elementos como llantas de 17 pulgadas, climatizador bizona, encendido automático de luces, sistema de mantenimiento de carril, programador de velocidad o el sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Si quieres la doble pantalla de 12,3 pulgadas tendrás que buscar entre los dos acabados más altos. Te detallamos toda la dotación en la ficha del Kia Sportage 2022. Incluye este acabaod todos los detalles estéticos diferenciadores, tanto por dentro como por fuera. Eso nos deha con elementos como las llantas (18 o 19 pulgadas en función de la mecánica), tapicería GT-line con asientos ventilados o el techo panorámico.
La dotación de este acabado tiene también portón del maletero manos libres, regulador de velocidad adaptativo Stop & Go, sistema de alerta de tráfico cruzado y prevención de colisión en intersecciones en las versiones con cambio automático o la cámara de 360 grados.
El precio de partida de un Sportage híbrido es de 33.900 € (descuentos de la marca incluidos). En nuestra sección de coches nuevos, puedes encontrar ofertas de Kia Sportage que rebajan mucho esa cantidad publicadas por concesionarios de la marca de toda España. Si eres de los que prefieres (o tienes) que pagarlo mes a mes, no olvides visitar la de préstamos de coche donde hay diferentes herramientas para facilitarte la financiación.
Motor
Toca hablar ahora de la gama mecánica del Kia Sportage. Es muy extensa. Hay versiones de gasolina con 150 y 180 CV y diésel de 116 y 136 CV. Las menos potentes sin ningún tipo de ayuda eléctrica y las más capaces microhíbridos, por lo que obtienen la etiqueta Eco. Se asocian a cambios manuales de seis relaciones o automáticos de siete, de doble embrague. Todos ellos son bloques de 1.6 litros de cuatro cilindros y hay versiones con tracción total.
Versión | Etiqueta | Cambio | Tracción |
1.6 CRDi 116 CV | C | Man 6 | 4×2 |
1.6 T-GDI 150 CV | C | Man, 6 | 4×2 |
1.6 CRDi MHEV 136 CV | Eco | Man. 6 /Aut. 7 | 4×2 / 4×4 |
1.6 T-GDI MHEV 150 CV | Eco | Man. 6 / Aut. 7 | 4×2 |
1.6 T-GDI MHEV 180 CV | Eco | Aut. 7 | 4×4 |
HEV 1.6 T-GDI 230 CV | Eco | Aut. 6 | 4×2 / 4×4 |
PHEV 1.6 T-GDI 265 CV | Cero | Aut. 6 | 4×2 |
Y el protagonista de las versiones híbridas también es un motor 1.6 de cuatro cilindros turboalimentado de 179 CV que trabaja en combinación con uno eléctrico de 60 CV. En conjunto, son 230 CV de potencia y un par máximo de 350 Nm. Contamos también con una batería de iones de litio de 1,49 kWh de capacidad que puede mover al coche bastante tiempo en modo eléctrico.
Una base similar emplea el Sportage Plug-in Hybrid, si bien con un motor eléctrico más potente y una batería con 13,8 kWh de capacidad con el que podrá recorrer unos 60 km en modo eléctrico.
Como no llega al mercado hasta el verano, centrémonos en contarte cómo va este híbrido de tracción delantera para ver cuándo es más interesante que el de tracción total o de cualquiera otra versión.
Comportamiento
En líneas generales el Kia Sportage es un coche que busca, en otro segmento, lo mismo que decíamos el Kia Ceed: un buen compromiso entre confort, sin llegar a ser tan cómodo como un Citroën C5 Aircross, y el dinamismo, sin ser tan directo como un Seat Ateca o un Mazda CX-5. Es agradable de llevar en cualquier tipo de vía. Desde los desplazamientos habituales urbanos a viajes en autovía.
Es precisamente en ciudad donde este modelo sobresale en la gama. La ayuda del motor eléctrico se hace notar. No recorrerás muchos kilómetros sin usar combustible, de hecho ni siquiera puedes forzar al coche pulsando un botón para ello. Todo es automático y a poco que levantes el pie del acelerador, la batería se recarga y, si tienes energía almacenada, se mueve en eléctrico a poco que
La hibridación ayuda a que el coche resulte menos ruidoso que el gasolina mild hybrid de 180 CV que probamos. Y además, resulta más capaz. El Sportage híbrido completa el 0-100 km/h un segundo más rápido, en apenas 8 segundos. Y, sobre todo, a pesar de ser 50 CV más potente, homologa menos combustible, 5,8 l/100 por 7,1 del microhíbrido gasolina.
¿Y se consiguen esos consumos? En ciudad, sin problema alguno. En carretera y autovía los verás más cercanos a 7 l/100 km, sobre todo si eres de pie derecho pesado. Si solamente haces viajes con el coche, elige el diésel microhíbrido, también con etiqueta ECO. Eso sí, es algo más caro a igualdad de equipamiento, con 94 CV menos y peores prestaciones.
El gasolina de potencia más cercana va ligado al sistema 4×4. Eso hace que pesen casi lo mismo, en el entorno de 1.650 kg. No veo yo a este coche, con apenas 17 cm de altura libre al suelo, muy enfocado al offroad, pero sí es cierto que la tracción total facilita moverse en firmes rebaladizos. Ganas el Drive Terrain, con tres modos para adaptarse a distintas superficies y unos amortiguadores de dureza variable.
Con esa suspensión ganas confort de rodadura y mayor eficacia en curva, ya que actúa al perder tracción. Pero incluso en las versiones más potentes del coche que hemos probado, sigue sin ser un coche de carácter deportivo. Se trata de un SUV y, aunque no es un barco balanceándose, en curvas acaba pasando factura su peso y su altura. Tampoco ayuda la dirección, que resulta blanda para practicar una conducción dinámica, y pierdes información a medida
Tenemos, eso sí, dos modos de conducción que cambian el carácter del coche. Cuando pasas del modo ECO al Sport, lo que más notarás es que el acelerador se vuelve más reactivo y los cambios de marcha se realizan a revoluciones más altas. Ya que menciono el cambio. Es de convertidor de par y tiene seis relaciones en lugar de las siete de otras versiones, ya que el motor eléctrico aporta mucho par extra a las ruedas y no son necesarias tantas relaciones para tener reprís.
Opinión coches.com
El Kia Sportage ya no tiene la responsabilidad de antaño de tener que triunfar sí o sí, ya que la marca cuenta con otros productos que se venden muy bien. Pero lo hará, porque hay buenos mimbres y cumple con las cuatro premisas que señalábamos al inicio.
Primero, un diseño diferenciado, en un mercado donde se arriesga poco. También cumple en el interior, donde además de un buen espacio tiene una notable calidad de realización. Y no falta un buen equipamiento de serie, completísimo si eliges los acabados superiores como este GT-Line y una gama de motores donde esta versión híbrida nos ha gustado mucho. ¿Pegas? Nos gustaría algo menos de plásticos negro brillante por dentro y por fuera, eso ya va en gustos, y una dirección más comunicativa.
También que fuese más barato, pero el salto de calidad y tecnología justifica los cerca de 3.000 euros de sobrecoste comparado con la anterior generación. Pero en estos tiempos en que los coches están tan caros, contar con un híbrido tan potente por 33.900 € (descuentos de la marca incluidos), suena razonable.
Es algo más barato, por ejemplo, que un Hyundai Tucson o un Toyota RAV4, por citar algunos de los SUV híbridos del mercado y solamente el Ford Kuga híbrido es algo más económico con este sistema de propulsión, pero por detrás en calidad de realización.
- Calidad de rodadura
- Buen nivel de equipamiento y tecnología
- Buenos consumos, sobre todo en ciudad
- Abuso de plásticos en negro brillante
- Dirección muy poco comunicativa
- Sin versión híbrida menos potente
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